Las protestas contra la violencia policial desafían los toques de queda en EEUU

Chris McGreal / Julian Borger / Sam Levin / Maanvi Singh

Minneapolis / Washington / Los Angeles / San Francisco —

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Las protestas contra la brutalidad policial y la muerte de George Floyd continuaron este domingo en ciudades de todo Estados Unidos incluido Washington, donde se produjeron disturbios e incendios, también cerca de la Casa Blanca.

En medio de la creciente ira y frustración por el reiterado fracaso del sistema policial de EEUU para hacer frente al vertiginoso número de muertes de ciudadanos afroamericanos desarmados a manos de agentes, los alcaldes de más de una decena de ciudades impusieron toques de queda y los gobernadores de seis estados llamaron a la Guardia Nacional. Pero esta medida no impidió que los manifestantes se congregaran de nuevo en muchas ciudades una vez llegó la noche. Desde el día en que Floyd murió asfixiado, más de 4.100 manifestantes han sido detenidos.

En Minneapolis, donde las protestas comenzaron la semana pasada tras la difusión del vídeo en el que se puede de un agente con la rodilla en el cuello de Floyd durante casi nueve minutos, se han desplegado tropas de la Guardia Nacional mientras continuaban las manifestaciones. Un camión cisterna trató de embestir a las miles de personas que marchaban en un puente cerca del centro de la ciudad, que lograron salir corriendo. Las autoridades dicen que nadie resultó herido después del “desagradable” incidente. La policía ha anunciado en Twitter que el conductor fue detenido y trasladado al hospital.

En Washington DC, se produjeron intensos disturbios en el Parque Lafayette, justo delante de la Casa Blanca, cuando la policía procedió a imponer el toque de queda. El sótano de la llamada “Iglesia de los Presidentes”, situada frente a la Casa Blanca, ardió brevemente, antes de que los bomberos se apresuraran a apagar el fuego, y el humo de múltiples incendios rodeó el monumento a Washington. Los agentes lanzaron gas lacrimógeno a la multitud, y se desplegaron agentes de la DEA y del Servicio de Alguaciles (US Marshals), además de la Guardia nacional y el Servicio Secreto.

En el barrio de Santa Mónica de Los Ángeles, la policía también lanzó gases lacrimógenos y otros proyectiles a los manifestantes que bloqueaban una de las principales zonas comerciales. Se vivieron escenas de saqueo en edificios y tiendas, entre ellas de ropa y zapatos, de una calle comercial.

En Nueva York, miles de manifestantes volvieron a las calles, marchando por Manhattan durante el día y congregándose más tarde en Union Square, donde se incendiaron varios coches de policía el sábado por la noche. Se volvieron a prender fuegos en las calles en medio de los enfrentamientos entre agentes y manifestantes.

La manifestación fue más tranquila en Brooklyn. La multitud incluía muchas familias. Una mujer, Fátima, residente de Brooklyn, que acudió con su marido y su hijo pequeño, explicó a The Guardian: “Estoy cansada de publicar en las redes sociales. Tengo un marido negro, un hijo negro. Estoy cansada de que nos maten. Este es el movimiento de derechos civiles y estamos en el 2020”.

Por otro lado, se produjeron saqueos en Filadelfia, Boston, Chicago y otras ciudades del país.

Una cuestionada actuación policial

La policía ha sido sometida a un intenso escrutinio y críticas por su actuación, acusada de tácticas de mano dura, atacando y arrestando a los manifestantes y a trabajadores de medios de comunicación.

En Fort Lauderdale, una ciudad de Florida, agentes montados en moto rociaron a la multitud con gas lacrimógeno, según recoge la prensa local.

En Atlanta, donde la policía volvió a utilizar gas lacrimógeno en las calles, dos agentes han sido despedidos y tres han sido apartados de sus funciones y colocados en labores de oficina por uso excesivo de la fuerza el sábado por la noche. Las autoridades dicen que el incidente salió a la luz a través de un vídeo que muestra a un grupo de policías rodeando un coche conducido por un hombre con una mujer que iba como pasajera. Los oficiales sacan a la mujer para atarle las manos y, aparentemente, usan un arma aturdidora contra el hombre. Los medios locales indican que la policía había roto los cristales del coche y también había desinflado sus neumáticos.

Asimismo, se produjeron protestas frente a las embajadas de EEUU en Londres, Berlín y Copenhague mientras el movimiento se extiende en el extranjero.

De vuelta en Minneapolis, las autoridades estaban dispuestas a forzar el cumplimiento del toque de queda la noche de este domingo y evitar que se repitieran los saqueos y los incendios que ocasionaron daños a las tiendas a lo largo de un tramo de más de tres kilómetros de Lake Street, una calle comercial en su mayoría de propiedad local.

Se cerraron todas las carreteras principales y en muchas calles secundarias se montaron barricadas improvisadas. Algunas personas desafiaron las órdenes de quedarse en casa por la noche. El principal lugar de reunión seguía siendo la calle donde George Floyd fue arrestado el lunes, ahora un altar lleno de flores.

La congresista Ilhan Omar, cuyo distrito incluye Minneapolis, afirmó que los ciudadanos se sentían “aterrorizados”. “Cuando vemos a la gente incendiando nuestros edificios y nuestros comercios, sabemos que no son personas que están preocupadas por proteger la vida de las personas”, dijo a la cadena ABC esta semana. Pero también ha asegurado que la gente teme la presencia de la policía y las tropas de la guardia nacional.

“Vivimos en un país que tiene un sistema de justicia de dos niveles y la gente está... harta y cansada de estar harta y cansada. Y tenemos que dar un paso atrás y decirnos a nosotros mismos, ¿a dónde vamos realmente desde aquí? Y eso no puede ser solo conseguir justicia para George Floyd. Tiene que ir más allá”, ha afirmado la congresista.

Donald Trump, sin embargo, ha hecho poco para calmar la situación. Ha calificado a los manifestantes de “anarquistas” y ha afirmado, sin pruebas, que los oponentes políticos estaban orquestando la violencia.“La memoria de George Floyd está siendo deshonrada por alborotadores, saqueadores y anarquistas”, ha dicho el presidente. “La violencia y el vandalismo están siendo dirigidos por Antifa y otros grupos radicales de izquierda que están aterrorizando a inocentes, destruyendo empleos, dañando negocios e incendiando edificios”. “Ley y orden”, twiteó el domingo por la noche.