Alexander, de 33 años, se enteró de la decisión del presidente ruso, Vladímir Putin, de ordenar una movilización parcial durante una emotiva llamada de su pareja. “Sasha, pueden cogerte”, le dijo ella poco después de que él llegara a su oficina en el centro de Moscú.
Aunque Alexander sirvió en el Ejército como recluta hace casi 15 años, nunca combatió. Por ello, se encuentra en una posición comparativamente baja en la orden de movilización, la primera de Rusia desde la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, como a muchos otros hombres rusos, le preocupa recibir una povestka, los papeles de reclutamiento, y ser enviado al frente.
“Antes que luchar en esta guerra, me voy”, dice en una breve conversación con The Guardian a través de una aplicación de mensajería. “Si me llaman a filas, entonces me gustaría irme [del país]”.
Pero debido a una nueva ley que castiga la deserción, dice, cree que podría enfrentarse a unos 10 años de cárcel, o más, si huye. “Es imposible [tomar esta decisión]”. Considera que si lo llaman a filas probablemente “tendría que ir” al Ejército. Sin embargo, intentará encontrar una forma de evitarlo.
“Es lo que todo el mundo temía”
Millones de rusos se despertaron este miércoles con la constatación de que podrían tener que participar en la guerra y la ocupación de Ucrania. Durante casi siete meses, muchos rusos se han limitado a ignorar la invasión de Ucrania. Ahora, para muchas familias, la guerra ha llegado a sus casas.
“Esto es lo que todo el mundo temía cuando empezó la guerra”, dice una madre que cree que su hijo puede ser reclutado.
Otros aseguran que están listos para luchar. Un hombre de unos 30 años que ya había hecho el servicio militar considera que es su deber patriótico ir al Ejército si lo llaman a filas. “Quiero apoyar a mi país”, dice.
Hasta ahora, Rusia no ha cerrado las fronteras para impedir que salgan del país los que eluden ser movilizados. Pero muchos piensan que ese podría ser el siguiente paso.
Los rusos que se están yendo del país han comprado billetes de avión a países como Turquía y Armenia, donde pueden viajar sin visado. Ya no quedan billetes de avión para viajar a estos países hasta este fin de semana, e incluso entonces pueden costar más de 3.000 euros. Incluso Aviasales, un buscador de vuelos, ha incorporado ahora la opción para elegir el destino “donde pueda ir”.
Muchos países europeos han cerrado sus fronteras terrestres a los rusos, lo que deja aún menos opciones para escapar. E incluso los rusos que se marchen podrían enfrentarse a una acusación penal por deserción si son reclutados y no regresan.
“No quiero morir por Putin”
Las grandes empresas estatales han empezado a distribuir documentos de reclutamiento. “Entre nuestros compañeros hay empleados con experiencia de combate, que han servido en las fuerzas armadas”, ha escrito Sberbank, una empresa estatal de servicios bancarios y financieros. “Algunos de ellos tienen sus documentos de movilización y ya se les ha dado la orden”.
En un vídeo publicado este jueves en redes sociales se ve como familiares se despiden de hombres a los que ya se les ha dado la orden de reclutamiento, en Yakutsk, Siberia.
Los opositores a la guerra han comenzado a protestar en ciudades de toda Rusia. Pero las concentraciones son pequeñas, a veces de apenas un puñado de personas. En Novosibirsk, un hombre que fue detenido en una protesta gritó: “¡No quiero morir por Putin y por vosotros!”. Más de 1.300 personas han sido detenidas en las protestas, según la organización independiente OVD-Info.
Los opositores también han difundido una llamada de broma con el hijo del portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, al que le dijeron que había sido reclutado para la guerra. En la llamada se puede oír cómo el hijo les indica que resolverá esta cuestión “a otro nivel”.
Algunos opositores a la guerra la han calificado de mogilizatsia, un juego de palabras entre la palabra 'movilización' y la palabra mogila, tumba. “Sabemos que es mucho más peligroso de lo que cuentan”, dice Alexander. “Si no, ¿para qué necesitarían reclutarnos?”.
Traducción de Emma Reverter