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Una inesperada victoria para los bosques tropicales en la lucha contra la deforestación chocolatera

Ruth Maclean

Dakar —
  • Mira el especial de eldiario.es y El Faro sobre cultivos en zonas pobres para consumo de los países ricos: La tierra esclava

Los gobiernos de Ghana y de Costa de Marfil están diseñando planes para terminar con la deforestación después de que una investigación de the Guardian desvelara que la industria del cacao estaba destruyendo sus bosques pluviales.

Los dos países del África occidental han estado elaborando nuevas medidas para recuperar los bosques que aún les quedan y replantar los ya degradados.

En una investigación de septiembre, the Guardian publicó que el cacao vinculado a la deforestación había entrado en las cadenas de suministro de algunos de los mayores actores de la industria del chocolate. El grupo ambientalista Mighty Earth publicó a la vez “El secreto oscuro del chocolate”, un estudio según el cual “una gran cantidad del cacao utilizado en el chocolate producido por Mars, Nestlé, Hershey's, Godiva y otras grandes empresas chocolateras venía de cultivos ilegales”.

Funcionarios corruptos de Costa de Marfil cuyo trabajo era proteger los parques nacionales y bosques protegidos del país estaban aceptando sobornos enormes para que pequeños agricultores pudieran talarlos y cultivar el cacao. El cacao era adquirido por intermediarios que luego lo vendían a grandes jugadores del sector, como Barry Callebaut y Cargill, que a su vez lo vendían a Mars, Cadbury y Nestlé.

Según Mighty Earth, las medidas tomadas por los gobiernos son muy prometedoras pero no tendrán éxito si los comerciantes de cacao y los fabricantes de chocolate no aportan dinero. De acuerdo con Etelle Higonnet, la principal autora del informe, “el gran peligro ahora es que la industria culpe a los gobiernos de Ghana y a Costa de Marfil y los obligue a solucionar el problema sin ayudarlos económicamente. Pero las personas que tienen el dinero y los recursos técnicos necesarios para arreglarlo son las de la industria”.

Contactados por the Guardián, los chocolateros Mars, la empresa Hershey y los dueños de Cadbury (Mondelez) no dijeron haber previsto ninguna partida para los planes de los gobiernos africanos. Mondelez se refirió a su programa de abastecimiento sostenible Cocoa Life. Hershey dijo que más del 75% del cacao que adquiere está certificado como sostenible y que en el año 2020 ese porcentaje sería del 100%. Mars dijo que en la conferencia sobre el cambio climático daría a conocer “marcos de acción conjunta” en los que detallarían “las acciones clave, los plazos y los compromisos técnicos y financieros para la protección y recuperación de los bosques de Ghana y Costa de Marfil”.

Según los planes de Costa de Marfil, aparentemente sancionados por la oficina del primer ministro, cada uno de estos grandes jugadores se deberá hacer cargo de una serie de bosques protegidos degradados para convertirlos en bosques densamente sombreados, organizando a los agricultores para que planten árboles mientras cultivan cacao bajo ellos.

En busca de la sostenibilidad

Se trata de una forma mucho más sostenible para cultivar el cacao (una planta de la que dependen las economías de Ghana y Costa de Marfil) que la manera actual, en la que muchos agricultores talan árboles antiguos para asegurar que sus plantaciones de cacao reciban todo el sol.

Además del efecto que sobre el cambio climático tiene la tala de bosques tropicales en África occidental, los científicos dicen que también se reducen drásticamente las precipitaciones. Si los patrones actuales continúan, tampoco habrá suficiente lluvia para cultivar cacao.

El puñado de bosques protegidos de Costa de Marfil que aún no ha perdido franjas de árboles se convertirán en parques nacionales. El parque nacional de Marahoué se encuentra en tan mal estado que probablemente será degradado, tal vez hasta el rango de bosque protegido.

No está claro quién pagará los planes del gobierno de Costa de Marfil. Se espera que los comerciantes aporten, pero no queda claro cuáles serán las consecuencias si se niegan. El número de personas que viven dentro de las áreas protegidas hace del programa una tarea complicada y llena de riesgos: el gobierno ya ha sido acusado de abusos contra los derechos humanos por desalojar a miles de cosechadores de cacao en el parque nacional Mont Péko.

En Ghana los planes son de largo alcance. Si se promulgan, podrían transformar el panorama, aunque no está claro si los que redactan estas estrategias tienen la influencia o el dinero que hacen falta para ponerlas en marcha. Además de comprometerse a no emprender nuevas medidas de deforestación; de reformar la tenencia de la tierra y de los árboles; y de asegurar la transparencia en la cadena de suministro para que el cacao pueda ser rastreado hasta la puerta de la granja (una forma de asegurar que ninguna parte procede de áreas protegidas ilegales), el gobierno también está teniendo en cuenta el High Carbon Stock Approach, un enfoque sobre el uso de la tierra que protege a los bosques de baja y de alta densidad, lo que significaría que aún más bosques de Ghana podrían ser recuperados.

Pero la financiación de todo eso está aún menos clara que en Costa de Marfil. Los precios del cacao en los dos países han bajado un tercio en el último año y Ghana también se ha visto afectada por los bajos precios del oro y del petróleo, así como por una crisis fiscal que el FMI ha cubierto con créditos de 565 millones de dólares por el momento. Controlar y replantar los bosques costará decenas de millones de dólares que al país le va a costar encontrar.

Según Higgonet, las empresas y comerciantes de chocolate son los que deben pagar. “Las compañías tienen que pagar por plantar los árboles el próximo año. Es probable que cosechen un beneficio inesperado de 4.000 millones, porque el precio de las tabletas de chocolate se ha mantenido igual mientras que el precio del cacao se está derrumbando”, dijo. “¿Qué pueden hacer con ese dinero extra? Bueno, pueden usarlo para plantar árboles”.

Muchos de los principales actores de la industria del cacao dicen que el 17 de noviembre publicarán un “marco conjunto de acción” junto a los gobiernos. Pero también preocupa la posibilidad de que un endurecimiento de la normativa en África occidental empuje el comercio hacia otra zona.

Como dijo Higgonet, “el cacao se está moviendo hacia estos bosques fronterizos en África central, Indonesia y el Amazonas”. “Y seguiremos reproduciendo los mismos desastres que en África occidental a menos que protejamos esos bosques ya”.

Traducido por Francisco de Zárate