“Un regalo para el Kremlin”: incertidumbre por el futuro de Ucrania tras la victoria de Trump

La victoria de Donald Trump ha sumido a Ucrania en la incertidumbre y la tristeza. Con el Kremlin diciendo que el objetivo de subyugar a su vecino no ha variado, lo que se espera de Trump es que probablemente ponga fin a la ayuda militar estadounidense.

Volodímir Zelenski ha felicitado a Trump por su “impresionante triunfo electoral”. “Valoro el compromiso del presidente Trump con la idea de la 'paz a través de la fortaleza' en los asuntos globales”, decía el mensaje del presidente ucraniano.

Zelenski recordó el “gran encuentro” que él y Trump celebraron en septiembre en Nueva York y dijo que habían hablado de “mecanismos para ponerle fin a la agresión rusa en Ucrania”. Elogió el “liderazgo decisivo” de Trump y recordó el “fuerte apoyo bipartidista a Ucrania” en Estados Unidos.

Pero lo más probable es que una segunda presidencia de Trump genere consecuencias complicadas para Ucrania en un momento en el que Rusia avanza en el campo de batalla al ritmo más veloz desde 2022.

Sin la asistencia militar de EEUU, Ucrania podría perder más terreno en la provincia del Donetsk, donde se libra un encarnizado combate desde que Vladímir Putin ordenó la invasión a gran escala del país hace casi tres años, así como en muchas otras líneas del frente.

El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia ha comunicado que Moscú tratará de trabajar con la futura Administración Trump, pero que su objetivo sigue siendo “lograr todos los objetivos fijados para la operación militar especial”, el término con el que el Kremlin se refiere a la guerra. “Nuestras condiciones no han cambiado y en Washington son bien conocidas”, decía el texto.

Dimitri Peskov, el portavoz del Kremlin, ha dicho que no tiene conocimiento de ningún plan de Putin para llamar y felicitar a Trump por su victoria. Cualquier posible reajuste de la política entre Rusia y EEUU llevará un tiempo, ha añadido.

“En repetidas ocasiones hemos dicho que EEUU puede contribuir a terminar con este conflicto. No es algo que pueda hacerse de la noche a la mañana, pero (...) EEUU tiene la potestad de cambiar la trayectoria de su política exterior”, ha dicho Peskov durante su rueda de prensa diaria.

Trump dijo en una ocasión que podría poner fin a la década de guerra ruso-ucraniana en cuestión de “24 horas”. J.D. Vance, su vicepresidente, es un escéptico declarado en lo que se refiere a Kiev y ha dicho no estar “verdaderamente preocupado por lo que le ocurra a Ucrania, de una forma u otra”.

Pero también es cierto que Zelenski está cada vez más harto de la Administración Biden. El presidente saliente de Estados Unidos no ha concedido a Ucrania el permiso para utilizar las armas occidentales de largo alcance contra objetivos militares dentro de Rusia.

Según Orysia Lutsevych, directora del foro sobre Ucrania en el centro británico de estudios Chatham House, si Zelenski no logra que Trump vea las cosas como él, el resultado de las presidenciales estadounidenses podría ser “un regalo para el Kremlin”.

A pesar de eso, Lutsevych también destacó la frustración considerable que hay en Kiev por el enfoque “incrementalista de Biden” y la esperanza de que “las cosas puedan cambiar en favor de Ucrania” si Trump decide adoptar una política de mayor intervención de manera repentina.

En el centro de Kiev no hay una opinión uniforme sobre el resultado de las elecciones de EEUU. El ingeniero de combate Andriy, de 30 años, dice no estar seguro de que una presidencia de Trump cambie mucho las cosas. “Nuestra brigada no ha visto armas estadounidenses”, dice Andriy, que pasó una temporada en el frente cercano al pueblo de Niu-York y ahora está en Kiev con un permiso para recibir formación.

Ucrania no tiene más opción que la de seguir luchando, con o sin la ayuda de EEUU, dice. “Si no lo hacemos, seremos destruidos, borrados, literalmente” por los invasores rusos, añade.

Oksana, una mujer de 53 años, pide que aumente la ayuda de Europa para compensar. “Podrían decírselo a sus lectores”, afirma. También, que varios de sus amigos habían muerto durante los combates.

Pero Vasyl, de 63 años, está contento con la victoria del magnate republicano. “Ha prometido que la guerra se terminará”, dice Vasyl, en la calle con su nieto Nikita. Con 13 años, Nikita es jugador de hockey sobre hielo y viene de pasar una temporada en Colorado, con una familia de simpatizantes de Trump.

Vasyl dice que confia en que Trump llegue a un acuerdo de paz con Putin y que a Rusia debería permitírsele el control de los territorios ocupados a cambio de la paz. “Lo mejor de nuestro pueblo se está muriendo”, dice. También, que Rusia “tenía la fuerza” para impedir cualquier contraataque efectivo.

Donde abuelo y nieto no se ponen de acuerdo fue en la posibilidad de un ingreso de Ucrania a la OTAN. El adolescente dice rotundamente que sí, pero Vasyl mantiene una postura más ambigua, argumentando que lo más importante es la recuperación económica.

Ni Trump ni la derrotada Kamala Harris “representaban una victoria clara para Ucrania”, escribe en el Kiev Post la ex secretaria de prensa de Zelenski, Iuliia Mendel. La guerra “está constantemente erosionando los mismos cimientos de la nación ucraniana”, escribe. En su opinión, un alto al fuego que ofrezca a Ucrania la posibilidad de recuperarse “puede ser lo mejor a lo que podemos aspirar a corto plazo”.

Los asesores de Trump ya habían esbozado un posible “acuerdo de paz”: consistiría en ceder a Rusia la península de Crimea, arrebatada por Moscú en 2014, así como las regiones orientales de Ucrania bajo ocupación rusa, congelando la actual línea del frente. Rusia controla en torno al 20% del territorio ucraniano en este momento.

Durante una entrevista en mayo con el periódico británico The Guardian, Zelenski dejó claro que esa solución era inaceptable. Tampoco estaba dispuesto a aceptar un “ultimátum” de Rusia que obligase a Ucrania a abandonar la integración con Europa y la futura pertenencia a la OTAN.

Zelenski reconoció entonces que, si Trump salía reelegido, podría imponer a su país la derrota militar. “Ucrania, con las manos desnudas, sin armas, no podrá luchar contra un ejército [ruso] multimillonario”, dijo.

“¿Quiere [Trump] convertirse en un presidente perdedor? ¿Entiende lo que puede pasar?” dijo Zelenski haciendo mención a las graves consecuencias que una victoria de Putin en Ucrania generaría para la posición de Estados Unidos en el mundo, así como para el propio Trump.

Según Matthew Savill, director de Ciencias Militares en el centro de estudios Rusi, es probable que ahora Rusia “haga valer su ventaja numérica” en el campo de batalla. “La voluntad de Trump de llegar a un acuerdo, y probablemente rápido, no augura un apoyo sostenido de Estados Unidos, especialmente con la presión que hay sobre Ucrania ahora mismo”, dijo.

Es probable que Moscú tenga sus propias exigencias en cualquier posible negociación mediada por Trump.

En 2022 Rusia se “anexionó” formalmente las cuatro provincias ucranianas de Donetsk, Luhansk, Zaporiyia y Jersón. Si bien controla casi toda la provincia de Luhansk, el dominio de Moscú sobre las otras tres es solo parcial. Es probable que Putin exija su entrega. Para Ucrania, eso significaría ceder ciudades clave como Zaporiyia y Jersón.

Otras exigencias probables incluyen la creación de una zona colchón, la exigencia de “reparaciones” por daños en el Donbass ocupado por Rusia, y una garantía de “neutralidad” manteniendo a Ucrania fuera de la OTAN. Son condiciones inaceptables para Kiev y para una mayoría de los ucranianos.

Traducido por Francisco de Zárate