En 2002, el primer ministro Blair pidió al presidente Bush que llevara a Naciones Unidas el tema de Irak. El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó la resolución 1441, que establecía que se denunciara a ese órgano cualquier incumplimiento por parte de Irak. Pero en diciembre de 2002, Bush decidió que los inspectores de armas de la ONU no obtendrían el resultado deseado.
En enero, Blair aceptó el calendario estadounidense para una guerra a mediados de marzo, según ha afirmado Chilcot. Ha añadido que Bush aceptó presionar para una segunda resolución de la ONU. Pero para el 12 de marzo ya estaba claro que no había apoyos para eso.
El exprimer ministro británico ha defendido en su comparecencia la idea de la importancia de seguir a Estados Unidos en su ofensiva contra Irak para el mantenimiento de la buena relación entre ambos países. Ha manifestado su “total desacuerdo” con una parte del informe en la que dice que Francia y Alemania tienen una relación fuerte con EEUU a pesar de que se opusieron a la invasión. Ha asegurado que Francia y Alemania han tenido que trabajar duro para reparar el daño causado por su postura sobre Irak.
Cuando le han preguntado si no es falso decir que lo que ocurre en Siria ahora no tiene relación con Irak, Tony Blair ha negado que él diga que no hay vínculos. Pero ha afirmado que el ISIS solo emergió cuando se abrió en Siria un espacio ingobernable. También ha indicado que Chilcot no dice en ningún lugar del informe qué podría haber pasado si se hubiera dejado en el poder a Sadam Hussein.
Tony Blair cree que la primera parte de la campaña de guerra fue “un éxito militar brillante”, no como indica el informe Chilcot que califica a la invasión sobre Irak como un “fracaso”. El primer ministro también ha apuntado que la decisión del Parlamento de no intervenir en Siria en el año 2013 fue un “error fundamental” y que la documentación que se ha presentado hoy pasa por alto la necesidad de una estrategia.
El exprimer ministro de Reino Unido ha negado tajantemente que le diera un “cheque en blanco” a su homólogo norteamericano cuando le dijo, por correspondencia, que estaría a su lado “pase lo que pase”. Eso ha dicho durante la ronda de preguntas posterior a la rueda de prensa que ha convocado este mismo miércoles tras salir a la luz el informe Chilcot.
El exprimer ministro Tony Blair ha hablado en su comparecencia de la gestión de los problemas posteriores a la guerra. Ha dicho que, aunque la investigación identifica fallos graves, no sugiere alternativas. Ha afirmado que su planificación se centró en los riesgos de los que le advirtieron: un desastre humanitario, el uso de armas de destrucción masiva y problemas de reconstrucción. Pero ha señalado que el principal problema fue el terrorismo y que eso no se anticipó.
ntes de la invasión de Irak, el Gobierno británico debatió 26 veces la acción armada. Así lo ha confirmado Tony Blair, defendiéndose de las informaciones que han salido hoy a la luz a través del informe Chilcot. Según este análisis, la invasión de Irak no se debatió lo suficiente.
Tony Blair, exprimer ministro de Reino Unido, ofrece en estos momentos una rueda de prensa. Esta es la segunda reacción del laborista que ya ha emitido esta mañana un comunicado, justo después de darse a conocer el inform Chilcot.
Una de las primeras cosas que ha dicho es que rechaza de plano la afirmación de Chilcot en la que asegura que la decisión de invadir Irak pudo ser retrasada.
La investigación Chilcot ha proporcionado un veredicto condenatorio sobre la decisión del exprimer ministro Tony Blair de comprometer a las tropas británicas en invasión de Irak liderada por Estados Unidos en 2003. Esto es lo que ha dicho:
Reino Unido decidió unirse a la invasión antes de que se agotaran las opciones pacíficas
Chilcot es fulminante sobre la decisión de Blair de sumarse a la invasión estadounidense. “Hemos concluido que Reino Unido decidió unirse a la invasión de Irak antes de que se agotaran las opciones pacíficas para el desarme. La acción militar en aquel momento no fue un último recurso”, ha afirmado.
Blair exageró deliberadamente la amenaza que suponía Sadam Hussein
Chilcot considera que Blair exageró de forma deliberada la amenaza que suponía el régimen iraquí cuando aspiraba a defender la acción militar ante el Parlamento y la sociedad en el proceso previo a la invasión, durante 2002 y 2003. El entonces primer ministro desoyó las advertencias sobre las posibles consecuencias de la acción militar y confió demasiado en sus propias convicciones, más que en las consideraciones más matizadas de los servicios de inteligencia. “Las valoraciones sobre las capacidades de Irak se presentaron con una seguridad que no estaba justificada”, dice el informe.
Jack Straw, laborista que ocupó la cartera de Exteriores durante la invasión de Irak, ha dicho tras la publicación del 'informe Chilcot' que “con el beneficio de saber lo que se sabe ahora, habríamos tomado decisiones diferentes en Irak”. Y ha dicho tajante: “Las consecuencias de haber llevado a cabo una acción militar contra Irak vivirán conmigo el resto de mi vida”.
Jeremy Corbyn, líder del partido laborista, afirma que “el peso abrumador de la opinión legal internacional” dice que la invasión fue ilegal, en su intervención tras la publicación del informe. Corbyn opina que la invasión y la ocupación de Irak “ha sido una catástrofe para muchos” y tuvo “consecuencias devastadoras alimentando el terrorismo y la guerra en toda la región”.
Mientras que la clase gobernante se equivocó, el líder laborista considera que mucha gente lo hizo bien como el millón y medio de personas que marcharon contra la guerra. Corbyn ha rendido homenaje a los fallecidos y a sus familiares con los que se reunió ayer.