Rusia recurre al uso de drones kamikaze iraníes en la invasión de Ucrania
Rusia está intensificando el uso de drones kamikaze iraníes en el sur de Ucrania, incluidos el puerto meridional de Odesa y la cercana ciudad de Mykolaiv, mientras se calcula que el Kremlin podría haber desplegado cientos de armas en Crimea y otras zonas ocupadas del sur. De hecho, el jefe ucraniano de la administración militar regional de Zaporiyia ha denunciado que en el ataque de esta semana en el que fallecieron 11 personas participaron los drones kamikaze iraníes Shahed-136.
Los drones también se han utilizado contra posiciones de artillería ucranianas en el este del país, incluida la región de Járkov. El Ministerio de Defensa británico observó por primera vez el empleo ruso de estas armas suministradas por Irán a mediados de septiembre. Incluso la semana pasada, el gobernador de Bila Tserkva, a unos 90 kilómetros de Kiev, denunció un ataque con seis drones kamikaze iraníes.
Capaces de permanecer en el aire durante varias horas y de sobrevolar en derredor de objetivos potenciales, los drones están diseñados para impactar contra tropas, blindajes o edificios enemigos, explotando en el momento del impacto.
El pasado 27 de septiembre, las fuerzas armadas ucranianas dijeron haber derribado con éxito otros tres drones kamikaze iraníes que atacaron la región de Mykolaiv. Un día antes, el portavoz de las fuerzas aéreas ucranianas, Yuriy Ihnat, había sugerido que Irán podría haber suministrado “varios cientos” de estas armas a Rusia.
Este jueves, el agregado militar de la embajada de Ucrania en EEUU, Boris Kremenetski, dijo que Kiev está trabajando por localizar y atacar las bases desde las que salen los drones.
Cada vez más importantes
A medida que el uso de drones se va convirtiendo en una de las características distintivas del conflicto en Ucrania, ambas partes han intensificado en los últimos meses sus esfuerzos por adquirir y desplegar drones kamikaze.
Si bien la atención se ha centrado en gran medida en el uso exitoso de vehículos aéreos de combate no tripulados por parte de Ucrania —en particular el empleo de los Bayraktar TB2, suministrados por Turquía—, Rusia ha comenzado a confiar más en los drones kamikaze que en los misiles.
En las últimas semanas, las fuerzas rusas han utilizado vehículos aéreos no tripulados Shahed-136 de fabricación iraní para atacar las regiones de Odesa y Dnipro. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, citó el suministro de los drones a Rusia, que calificó como “una colaboración con el mal”, como motivo para la reciente degradación de los lazos diplomáticos de Ucrania con Irán.
Las informaciones sugieren que los drones kamikaze utilizados en las últimas semanas en el sur fueron lanzados desde zonas controladas por Rusia, como Crimea y la ocupada Jersón.
Según fuentes militares ucranianas, algunos de los drones habían sido pintados con colores rusos. En uno de sus discursos nocturnos de hace unas semanas, Zelenski acusó a Irán de haber suministrado los drones, una afirmación negada por Teherán, que ha dicho que es neutral en el conflicto.
“Hoy el Ejército ruso ha utilizado drones iraníes para sus ataques. El mundo sabrá de cada caso de colaboración con el mal, y tendrán las consecuencias correspondientes”, dijo Zelenski, unas horas después de que Oleg Nikolenko, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ucraniano, tuiteara que los drones suministrados por Irán eran la razón por la que revocaban la acreditación del embajador iraní en Ucrania.
Este viernes, el ministro de Exteriores iraní, Hossein Amirabdollahian, volvió a negar que su país esté proporcionando armas a Rusia “para usar en la guerra contra Ucrania”. “Aunque algunos países proporcionaron apoyo militar a Ucrania, [nosotros] nunca enviamos ni enviaremos armas a Rusia para que las utilice en la guerra contra Ucrania, ya que creemos que la solución a esta crisis es política y ofrecer cualquier apoyo armamentístico a los dos bandos retrasa la posibilidad de paz”, dijo el ministro en una conversación telefónica con su homólogo finlandés, según recoge la agencia iraní Tasnim News Agency.
Uso en enjambres
Aunque se ha identificado al menos otro tipo de dron suministrado por Irán en Ucrania, el Shahed 136 —también conocido como Heran 2— es el que ha sido utilizado con más frecuencia. Incluso el sonido que produce al acercarse a su objetivo, similar al de una motocicleta lejana, se ha vuelto familiar.
Estos drones de 200 kilos y armados con explosivo suelen ser lanzados de dos en dos y tienen un alcance oficial de unos 2.000 kilómetros, aunque en realidad se cree que no llega a esa cifra y ronda los varios cientos. La información anecdótica sugiere que, en ocasiones, las fuerzas ucranianas han tenido dificultad para rastrear los drones entrantes.
En una entrevista reciente, Oleg Katkov, de la compañía ucraniana Defense Express, sugirió que los drones probablemente sean de baja tecnología —ensamblados con piezas que pueden comprarse con facilidad en Internet y guiados por un sistema civil de GPS — y que su eficacia se debe a su uso en enjambres, es decir, junto a otros drones.
“Dado que estos equipos se ensamblan con piezas de baja calidad, su fiabilidad será baja. Por eso, la táctica de utilizar estos vehículos aéreos no tripulados implica usarlos en lo que se da por llamar 'enjambre'. En otras palabras, se lanzan entre cinco y seis drones kamikaze, e incluso más, contra un objetivo, suponiendo que unos pocos de ellos cumplirán su cometido”.
“Los Shahed-136 de Rusia son seguro un problema creciente para Ucrania. Las fuerzas de defensa aéreas no los pueden parar todos y causarán daños en ciudades, bases y radares antimisiles”, escribió en Twitter Justin Bronk, experto en el tema del think tank Royal United Services.
Por su parte, los analistas del think tank estadounidense Institute for the Study of War creen que los drones no tendrán la capacidad de alterar el curso de la guerra: “Han utilizado muchos drones contra objetivos civiles en zonas de retaguardia, probablemente con la esperanza de generar terror. Estos esfuerzos no están teniendo éxito”.
Asimismo, Ucrania ha dicho que las fuerzas rusas están utilizando otro dron iraní más grande y sofisticado —el Mohajer-6—, que también puede ser utilizado para vuelos de reconocimiento y armado con munición. Este dron también despega desde Crimea.
Ucrania busca contramedidas
A pesar de que Teherán lo niega, cada vez hay más pruebas de su rol en el suministro de armas. La cuestión fue planteada por primera vez en agosto, cuando Jake Sullivan, asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, reveló que funcionarios de defensa rusos habían estado en Irán intentando comprar drones. A principios de septiembre, Estados Unidos emitió sanciones contra una compañía aérea iraní que, según se cree, está involucrada en el traslado de drones a Rusia.
La preocupación por las nuevas tácticas de los drones kamikazes rusos —y por cómo contrarrestarlas— surge de forma paralela a la compra por parte de Ucrania a EEUU de un sistema kamikaze similar: el Switchblade 600. Con una potente ojiva, que ha sido comparada con la fuerza de un misil antitanque Javelin, esta munición es capaz de destruir tanques y otros vehículos blindados. Sin embargo, es posible que no llegue hasta dentro de varios meses.
Ucrania también ha acudido a Israel en busca de información de inteligencia y medidas para responder a la amenaza de los drones iraníes. A principios de septiembre, la subdirectora de Israel para Eurasia, Simona Halperin, visitó Kiev y parece que uno de los temas planteados fue la inteligencia israelí sobre la tecnología de los drones iraníes.
Traducción de Julián Cnochaert.
28