El equipo de campaña de Bernie Sanders llega a Londres para ayudar a Corbyn
Mientras los que se desplazaban en hora punta buscaban un lugar para resguardarse de la lluvia, decenas de personas desafiaban al mal tiempo y hacían cola en las puertas de la sede del sindicato TSSA, junto a la entrada de la estación de Euston, en Londres.
A lo largo de la tarde, centenares de personas se pusieron en la cola. “Los miembros del Partido Laborista hacen cola para ejercer sus derechos. ¿Quién había confirmado su asistencia en Facebook?”, pregunta una mujer en la calle.
Si bien en la cola hay gente muy diversa, blancos y minorías étnicas, veinteañeros y jubilados, todos están de acuerdo en un punto: quieren que Jeremy Corbyn sea el próximo primer ministro de Reino Unido. Y para conseguirlo, se han aliado con los simpatizantes de otro político poco convencional.
Momentum, el grupo de presión de izquierdas, ha organizado tres sesiones de formación para asesorar a los activistas laboristas sobre cómo captar votos.
Algunas personas que coordinaron la campaña de Bernie Sanders en Estados Unidos están participando en estas sesiones, impartiendo cursos y dando a conocer nuevas herramientas digitales.
Incluso los defensores más incondicionales de Corbyn reconocen que les será muy difícil llegar a Downing Street. Sin embargo, creen que el hecho de contar con miembros del equipo de Sanders, que consiguió que millones de personas apoyaran a un candidato que no formaba parte del sistema y que se consideraba demasiado radical para el elector medio, es un elemento clave para motivar a un ejército de voluntarios y conseguir que den lo mejor de sí.
Es cierto que Sanders no ganó las primarias demócratas, pero también lo es que su campaña consiguió sacudir a Estados Unidos y que provocó un terremoto entre la clase política. Hillary Clinton consiguió el apoyo de los comités demócratas de los distintos estados del país, pero Sanders consiguió una cifra de pequeños donativos sin precedentes y ganó en estados clave como Indiana, New Hampshire y Michigan. Estas victorias se consiguieron, en gran parte, gracias a las tácticas empleadas por los voluntarios.
Sanders y Corbyn, el poder de la energía ciudadana
Erika Uyterhoeven, una mujer de 30 años de Boston, es una de las personas que coordinó la campaña. En su opinión, lo siguiente que debe hacer el equipo de Corbyn es situar a equipos de voluntarios en los lugares más estratégicos.
Ayuda a Momentum a coordinar lo que, sin su ayuda, sería un grupo abrumador de voluntarios. Juntos han conseguido que en esta campaña se utilicen técnicas basadas en la tecnología que nunca se han utilizado en otras elecciones generales.
Jeremy Parkins también trabajó como coordinador en la campaña de Sanders y aconseja a los activistas que apoyan a Corbyn que expliquen por qué decidieron hacerse miembros del Partido Laborista. “Todos tenemos una historia personal. A todos nos afectan las políticas públicas de alguna manera u otra… si consigues que dos personas cambien de opinión, has triplicado tu poder de voto. No puedes hacer que todo el mundo cambie de opinión, pero sí plantar la semilla de la reflexión”.
Cerca de 190.000 personas se hicieron militantes del Partido Laborista inmediatamente antes y después de las primarias que Corbyn ganó. En la actualidad, el partido tiene unos 528.000 militantes.
Momentum tiene 24.000 miembros y 200.000 simpatizantes. Los responsables del grupo creen que si sus bases se movilizaran e intentaran captar más votos podrían ganar las elecciones.
Uyterhoeven está de acuerdo con esta afirmación. La campaña de Corbyn, como la de Sanders, se nutre de la energía de los ciudadanos. Una energía que no se puede captar a través de los métodos tradicionales.
“Cada vez que hemos organizado una sesión formativa se han apuntado más de cien personas. Cuando lanzamos una página web para compartir vehículo conseguimos más de 20.000 vistas en 18 horas. Sería imposible interactuar con todas estas personas si no tuviéramos estas nuevas herramientas de comunicación”.
El envío directo de mensajes de texto, por ejemplo, fue un elemento clave en el contexto de puesta en marcha del movimiento de apoyo a Sanders. Se ha comprobado que entre el 20% y el 40% de destinatarios de los envíos masivos de correos electrónicos por parte de Momentum abren estos correos. Sin embargo, la totalidad de personas que recibe un mensaje de texto lo lee. El 40% lo responde.
Los laboristas acaban con las divisiones internas
Según Rachel Godfrey Wood, la coordinadora de la campaña Momentum, el Partido Laborista ha ganado poder desde que dio a conocer su programa hace unas semanas. Ahora los activistas pueden utilizar este documento para rebatir cualquier prejuicio negativo sobre Corbyn.
“El partido ha podido terminar con el ruido y los rumores de los últimos 18 meses sobre luchas internas, sobre Jeremy y sobre los militantes”, indica.
Lo más importante, según el coordinador nacional de Momentum, Adam Klug, de 30 años, sería que más militantes se movilizaran y salieran a la calle. “Los tories tienen unas bases más bien pequeñas y no tienen detrás a esta cifra de simpatizantes entusiasmados y comprometidos, que son miembros activos de su comunidad y que saben cuáles son las cuestiones que afectan a diario a los votantes”, indica Klug.
“Queremos cambiar la percepción y la cultura en torno a la política; que no se vea como un conjunto de decisiones que toman un grupo de personas con traje y corbata desde Westminster”, señala el coordinador nacional.
Cuando se creó, Momentum quería aprovechar la energía y el entusiasmo que había generado la primera campaña presidencial de Corbyn y canalizarla para transformar la cultura política.
“Cuando estás intentando construir algo positivo y quieres que las personas entiendan que pueden propiciar el cambio, pero alguien presenta el movimiento como algo siniestro o agresivo, te vienes abajo”, explica Klug. “Este es el terreno en el que te mueves cuando entras en política, sin embargo, a lo largo y ancho del país he visto personas decentes y concienciadas que quieren una sociedad mejor y más justa”, añade.
“Se ha creado una imagen de nosotros a partir de una minoría que existe dentro de Momentum, como existe en cualquier organización o grupo. No tiene nada que ver con la realidad” explica Klug.
Uyterhoeven, que estudió Económicas y más tarde trabajó para la Oficina Nacional de Investigación Económica en Estados Unidos y para una consultora, quiere ir a la Universidad de Harvard el año que viene. “Algo que percibes en Bernie, y creo que también en Corbyn, es una cierta integridad”, afirma.
“Existe el lema 'No puedes comprar a Bernie'. Nunca se ha dejado impresionar por el dinero o por el poder político”, señala Uyterhoeven. “Lo mismo se puede decir de Corbyn. No lo hace para satisfacer su ego, tener fama o dinero, lo hace para mejorar la sociedad. Esto es nuevo en política y creo que es por esto que muchas personas se han sumado a la causa”, añade.
Traducido por Emma Reverter