El brote de cólera en Yemen está aumentando a un ritmo alarmante. Los expertos advierten que la bacteria infecta a un niño cada 35 segundos, de acuerdo con Save the Children.
Grant Pritchard, director de la ONG en Yemen, advierte que el país está “al borde del colapso absoluto” a causa de las condiciones cercanas a la hambruna y las dañadas infraestructuras que ayudan a la propagación del cólera.
En las dos últimas semanas, la tasa de infección se ha más que triplicado, de acuerdo con Save the Children. La organización informa que los jóvenes son cada vez los más afectados —los menores de 15 años suponen actualmente en torno al 50% del total de casos. La semana pasada esta cifra era del 40%—.
A 13 de junio, se han registrado 129.185 casos de posible cólera o diarrea grave y 942 muertes en 20 de las 22 provincias de Yemen. Unicef estima que podría haber 250.000 casos en un periodo de seis meses.
Meritxell Relaño, representante de Unicef en Yemen, afirma que la epidemia se suma a una crisis en los servicios públicos que ha dañado los sistemas de sanidad, agua y saneamiento. “El cólera ha llegado en un momento en el que el sistema está a punto de colapsar, la pobreza aumenta y la desnutrición se dispara. Ya te puedes imaginar lo que puede hacer la diarrea a un menor muy debilitado y cuyo sistema inmunológico está bajo mínimos —niños de seis meses que solo pesan 2,5 kilos”— cuenta.
Más de dos millones de niños menores de cinco años sufren desnutrición aguda. Los daños en infraestructuras tras dos años de conflicto intenso han provocado que 14,5 millones de personas, incluidos 8 millones de menores, no tengan acceso a agua limpia y saneamiento.
La situación es especialmente mala para las comunidades que viven en zonas remotas donde las familias no se pueden permitir viajar a un hospital. Relaño cuenta que Unicef está enviando equipos móviles a comunidades en zonas rurales, pero que muchas familias no pueden tener acceso a un doctor. “La pobreza es algo generalizado”, cuenta. “Las familias han usado todo el dinero que tenían en los dos últimos años de crisis”, añade.
Aquellos que pueden viajar a centros sanitarios se encuentran con unas instalaciones abarrotadas que carecen de los recursos más básicos. Los suministros médicos entran en el país a un ritmo tres veces más lento del ritmo al que entraban en Yemen antes de marzo de 2015.
Saleh, de 53 años, es uno de los muchos padres que ha luchado por llevar a sus hijos enfermos al hospital. “Primero llevé a mis hijos al hospital en Abs [en la provincia de Hajjah], donde les dieron unas pastillas y líquidos”, cuenta. “No nos dejaron entrar porque el hospital estaba lleno de gente enferma. Cogimos un taxi a un hospital en Saná, a más de 200 kilómetros. Lo más difícil ha sido el transporte. Tuve que pagar 52 euros de mi pueblo hasta Abs. Y después otros 70 solo para llegar a Saná”, indica.
La doctora Mariam Aldogani, asesora de sanidad en Save the Children, señala desde el hospital de Al Salakhana, en la ciudad portuaria del Mar Rojo de Hodeidah, que los doctores están completamente desbordados. “Hemos tenido 1.702 casos desde mediados de mayo hasta ahora. Esto solo en el hospital de Al Salakhana. Las necesidades son muchas, pero los recursos son muy limitados. No te puedes imaginar el miedo en los ojos de las madres porque la mayor parte de los casos son niños. En algunos casos hay incluso tres niños en una misma cama”, afirma.
Solo la mitad de los centros sanitarios en Yemen está en completo funcionamiento y los trabajadores, como muchos otros empleados del sector público, no han recibido su sueldo durante aproximadamente nueve meses. “Muchos de los doctores y enfermeros han salido del país porque aquí no reciben un sueldo o porque quieren buscar otras oportunidades, dada la escalada del conflicto”, señala Relaño.
Las restricciones para traer ayuda y suministros médicos a Yemen, incluidos largos retrasos en el acceso al puerto de Hodeidah, uno de los principales en el Mar Rojo, y el cierre del aeropuerto de Saná, están complicando la lucha contra la epidemia, cuenta Pritchard. “El país más pobre de la región está al borde del colapso absoluto y los menores se están muriendo porque no pueden acceder a los cuidados sanitarios básicos”, afirma el director de la ONG en Yemen.
El doctor Nevio Zagaria, director de la sede en Yemen de la Organización Mundial de la Salud, afirma que se están centrando en los “puntos calientes” que son foco de la enfermedad. Más de la mitad de todos los casos de cólera hasta ahora han sido en Saná, Amran, Hajja y Hodeidah. “Erradiquemos el cólera en estos lugares y podremos ralentizar la propagación de la enfermedad y salvar vidas. Al mismo tiempo, seguimos apoyando la atención temprana y adecuada a los enfermos y llevamos a cabo actividades de prevención en todo el país”, afirma.
Traducido por Javier Biosca Azcoiti