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Las fuerzas de Asad están a punto de ganar la batalla de Alepo

Kareem Shaheen

Estambul —

Los habitantes de la zona oriental de Alepo han enviado mensajes desesperados con peticiones de ayuda a la comunidad internacional para que salve a los civiles en los distritos sitiados en la ciudad siria, mientras fuerzas leales al presidente, Bashar al-Asad se acercan a los enclaves controlados por los insurgentes que aún resisten.

La rebelión de Alepo parece estar en sus instantes finales. Las tropas de Asad y las milicias apoyadas por Irán han tomado el control de la inmensa mayoría del territorio que controlaban los rebeldes y están muy cerca de una victoria crucial en la guerra que ha costado decenas de miles de vidas en cuatro años y medio.

El Ejército sirio y sus aliados están “a punto de declarar la victoria” en Alepo, dijo una fuente militar siria a Reuters, después de que las defensas de los insurgentes sufrieran un colapso completo para quedar reducidas a una zona pequeña y fuertemente bombardeada.

Los bombardeos de las zonas rebeldes de la ciudad continuaron el lunes sin descanso. “La batalla en la zona oriental de Alepo debería acabar rápidamente. No les queda mucho tiempo. Tendrán que rendirse o morir”, dijo el teniente general Zaid al-Salé, jefe del comité de seguridad del Gobierno en Alepo, a los periodistas en el distrito Sheikh Saeed, que ha sido recuperado por sus fuerzas.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, mostró su preocupación por los informes no confirmados de atrocidades cometidas por un gran número de civiles, incluidos mujeres y niños. En su declaración, Ban destacó que las partes implicadas están obligadas a “proteger a civiles y respetar el derecho internacional y las leyes de derechos humanos. Esto es particularmente cierto sobre la responsabilidad del Gobierno sirio y de sus aliados”.

El responsable de la oficina de la ONU para asuntos humanitarios en Siria, Jan Egeland, dijo que los gobiernos sirio y ruso son responsables de cualquier atrocidad realizada por las milicias leales a Asad.

La situación fue descrita como “apocalíptica” por un habitante, Abdulkafi al-Hamdo, un profesor que vive en los distritos sitiados y que ha estado documentando la destrucción de la ciudad durante meses.

El Ejército sirio afirma controlar el 98% del Este de Alepo, donde los habitantes se enfrentan a la muerte si se quedan a sufrir los bombardeos aéreos o ataques de artillería, o la tortura y la desaparición si se rinden.

“Alepo está siendo destruida por completo”, dice en un mensaje grabado Mohamad Abú Rayab, un médico en las zonas cercadas. “Esta es una última llamada de socorro al mundo. Salven las vidas de niños, mujeres y ancianos. Sálvenles. No queda nadie. Quizá no oigan ninguna voz tras esta llamada. Es la última dirigida a todos los hombres libres del mundo. Salven la ciudad de Alepo”.

El avance de las fuerzas de Asad fue precedido por algunos de los bombardeos más intensos de la guerra, con ataques de artillería y aéreos en la noche del domingo y el lunes.

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (partidario de la oposición) dijo que el régimen controla ya el 90% del Este de Alepo después de capturar los barrios de Sheikh Saeed y Saliheen. Miles de personas han huido a las zonas controladas por el Gobierno, afirma. Miles más están atrapados dentro de una ya reducida zona.

El director del observatorio, Rami Abdurrahman, dijo que más de 60 civiles y combatientes murieron el lunes en los barrios controlados por los rebeldes.

Al-Hamdo imploró a la comunidad internacional para que salve a los niños que quedan en Alepo. “Puedo tuitear ahora, pero puede que no pueda continuar. Por favor, salven a mi hija y a otros. Esta es la llamada de un padre”. “Comprendan esto. No puede simplemente rendirme. Estoy denunciando este crimen. Puede que pida que me maten y que no lo consiga”.

Un periodista local cuya organización ha documentado las muertes de civiles en la ciudad dijo que teme ser detenido muy pronto. “Estamos aterrorizados por la invasión. Sólo quedan cinco barrios y el régimen está pensando en invadir lo que queda y detenernos a todos”.

Una enfermera cuyo padre y hermano habían muerto en ataques de artillería en pocas horas dijo: “No puedo salir de aquí porque soy personal médico, y por tanto el régimen me considera una terrorista”. “No puedo perdonar. Es mejor que Dios se lleve mi vida antes que vivir humillada bajo los que asesinaron a mi familia y a mis vecinos, destruyeron mi país y me robaron la casa”.

Otras personas que han estado en contacto con the Guardian en los últimos meses no respondieron a los mensajes el lunes cuando las fuerzas de Asad ya habían tomado sus barrios.

“Hay gente viva bajo los escombros y nadie puede salvarles”, dice Hamdo. “Hay gente herida en las calles y nadie puede ayudarles. Los gritos de mujeres y niños se oyen en las calles”.

El lunes, se informó que los rebeldes estaban contemplando una oferta de retirada de Alepo que tenía el apoyo de EEUU y Rusia. Bajo las condiciones de la oferta, según Reuters, se les permitiría llevar armas ligeras a cualquier zona de Siria.

Pero Rusia negó que hubiera tal acuerdo y una fuente de la oposición contactada por the Guardian, dijo que su grupo, uno de los mayores de Alepo, no había recibido la oferta. Dijo que Rusia no estaba interesada en un acuerdo que salve vidas de civiles mientras las fuerzas de Asad siguen avanzando sobre el terreno.

Los rebeldes habían propuesto un alto el fuego de cinco días para evacuar civiles y heridos, pero la oferta fue ignorada por Asad y sus aliados.