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The Guardian en español

CLAVES

Qué son los caucus de Iowa y cómo influirán en las elecciones de EEUU

La exgobernadora de Carolina del Sur y candidata presidencial republicana Nikki Haley en un acto de campaña en Iowa.

Martin Pengelly

Washington —

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La contienda de 2024 por la Casa Blanca comienza este lunes en Iowa, donde los republicanos organizan sus caucus, en los que seleccionarán a su candidato preferido. Es un proceso sagrado y arcano. Intentamos explicarlo aquí.

¿Qué es un caucus?

Merriam-Webster, “el diccionario más fiable de Estados Unidos”, lo define así: “Reunión cerrada de un grupo de personas pertenecientes al mismo partido o facción política, generalmente para seleccionar candidatos o decidir una política”. David Yepsen, destacado referente del periodismo político de Iowa, lo resume así: “Un caucus es una reunión vecinal”. Y como explica Tom Beaumont, de la agencia Associated Press, este lunes se celebrarán más de 1.600 reuniones de este tipo, “una por cada distrito electoral del estado”.

En cualquier caso, no se trata de unas primarias, la competición de voto directo que se celebra en la mayoría de los estados y que comienza en New Hampshire la semana que viene.

¿Cómo funciona un caucus?

En Iowa, los caucus republicanos y demócratas funcionan de manera diferente. Tras el caos y la confusión de 2020, los demócratas han hecho cambios: se reunirán el día del caucus y abordarán asuntos del partido, pero votarán por correo a su candidato para presidente y el resultado se anunciará más tarde.

Los republicanos procederán como de costumbre. Eso significa que los participantes se reunirán en cada distrito electoral –por lo general una escuela, un centro comunitario o un lugar similar– a las 19:00 hora local del lunes (las 2:00 horas en España).

Los votantes, que deben estar inscritos como republicanos, se registran en el caucus y empiezan a debatir sobre candidatos y temas con sus vecinos. Como dice Beaumont, algunos también “se levantan y hablan en nombre de los candidatos”. Al cabo de una hora más o menos, los asistentes escriben su elección de candidato en un trozo de papel y se lo entregan al presidente del caucus, que cuenta los votos y los envía al partido estatal, que hace el recuento y publica los resultados, normalmente al cabo de unas horas.

A cada distrito electoral se le asigna un número de delegados en función de los resultados. Finalmente, 40 delegados de Iowa irán a la convención nacional republicana, donde se elige al candidato presidencial del partido.

En lo que respecta a la carrera presidencial, el más votado “gana” en Iowa. En la práctica, cada candidato recibe sus delegados del estado en proporción al porcentaje de votos obtenidos, por lo que todos “ganan”, en cierto modo.

¿Por qué Iowa va primero?

Como explica el New York Times: “Iowa obtuvo su puesto por accidente histórico”. En respuesta a un fiasco político previo –la convención de Chicago de 1968, plagada de protestas–, los demócratas quisieron dar más voz a los votantes que a los miembros del partido a la hora de elegir al candidato y, en 1972, los demócratas de Iowa organizaron la primera votación de este tipo. Cuatro años más tarde, los republicanos de Iowa hicieron lo mismo, mientras el candidato sorpresa Jimmy Carter salió de la nada para ganar el caucus demócrata, la nominación y las llaves de la Casa Blanca.

“Quedando así demostrado el poder de llegar primero”, dice el Times, “la Asamblea General de Iowa aprobó una ley que obliga al estado a seguir programando sus caucus antes que cualquier otro”.

¿Es Iowa el estado adecuado para que se vote primero?

Hace tiempo que se cuestiona que Iowa sea el primer estado del país en votar, dado que, al igual que New Hampshire, es predominantemente rural y blanco en un país que tiende a ser cada vez más urbano y demográficamente diverso.

Por otro lado, Yepsen da un dato histórico que apunta a un lugar en el tejido de la identidad estadounidense: “Se cree que caucus es un término de los nativos americanos, algonquino, que significa ‘reunión de líderes tribales”. Pero Iowa también está cambiando: los niños blancos, por ejemplo, son ahora una clara minoría en los colegios públicos de Des Moines, la capital del estado.

Si el suyo fuera un caucus tradicional, la falta de diversidad representaría un problema para los demócratas. Pero no lo es, debido al fiasco de la última vez y a la preocupación por la diversidad. Ahora arrancan con Carolina del Sur, donde los votantes negros salvaron a Joe Biden en 2020.

Para los republicanos, la cuestión de la blanquitud no es un problema (interno) importante. Muy influenciados por los cristianos evangélicos, los caucus del Partido Republicano en Iowa ofrecen un buen indicador del estado de las cosas dentro del partido. Hace ocho años, la última vez que los caucus del Partido Republicano fueron competitivos, el senador de Texas Ted Cruz cortejó a los evangélicos y ganó. Este año, a pesar del considerable apoyo a Ron DeSantis, Donald Trump parece tener asegurado el voto evangélico.

¿Los ganadores de Iowa se convierten en candidatos o presidentes?

No siempre. Entre los demócratas, el último ganador de un caucus competitivo en Iowa fue Pete Buttigieg, el entonces poco conocido alcalde de South Bend, Indiana. Acabó apoyando a Biden y su recompensa fue un puesto en el gabinete. Antes de eso, en 2008, Barack Obama venció a Hillary Clinton por un estrecho margen en Iowa y llegó a la Casa Blanca. En 2004, John Kerry venció a John Edwards y se convirtió en candidato, pero perdió las elecciones generales. En 2000, Al Gore ganó Iowa y fue candidato, pero también perdió ante George W. Bush.

Últimamente, menos republicanos han ganado Iowa y la nominación. En 2016, Cruz perdió la designación como candidato frente a Trump. En 2012, Rick Santorum ganó en Iowa, pero perdió la nominación ante Mitt Romney. En 2008, Mike Huckabee venció a Romney pero John McCain, cuarto en Iowa, se convirtió en el candidato. En 2000, Bush –un candidato inusual con atractivo tanto para los evangélicos como para los moderados– fue un claro ganador en su camino a la Casa Blanca.

¿Así que los que pierden en Iowa pueden ganar la carrera en otros sitios?

Pues sí. Como explica Beaumont, para los republicanos de Iowa este año, “Donald Trump sigue siendo el principal favorito [y] la carrera es fundamentalmente por el segundo puesto”. Nikki Haley compite por el segundo lugar en Iowa. Si Haley vence a Ron DeSantis, eso supondría, casi con seguridad, el final de la campaña de DeSantis y daría un empujón a Haley, que es más fuerte que cualquier otro candidato [excepto Trump] en New Hampshire.“

Traducción de Julián Cnochaert.

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