Un nuevo demócrata se suma a la carrera para ser el candidato a la presidencia en las elecciones de 2020. Tom Steyer se presenta a las primarias del Partido Demócrata con una ventaja aparente: es más rico que ningún otro candidato a las elecciones estadounidenses de 2020. Pero esto podría volverse en su contra y convertirse en su mayor lastre.
Reflexionando sobre cómo de ético es que exista un candidato multimillonario en un momento en el que la creciente desigualdad es un tema clave en la campaña, el ex director de un fondo de inversiones y donante de grandes cantidades de dinero al Partido Demócrata se defendió con un argumento inusual: Beyoncé.
“¿Estaría bien ponerle un límite al dinero que gana Beyoncé? No veo por qué”, dijo Steyer a the Guardian por teléfono. “No creo que en Estados Unidos debamos ponerle un techo a las personas y limitar hasta dónde pueden llegar”, argumentó.
Steyer pasó a criticar la ideología comunista e hizo alusión al argumento de que “detrás de toda gran fortuna, hay un delito”. “Lo que pasa es que Karl Marx no tuvo en cuenta el software, que si eres Michael Jackson, Rihanna, Beyoncé o cualquiera creando una idea, gracias al software no sólo eres el mejor cantante de tu pueblo, sino que puedes reproducir esa canción infinitamente en todo el mundo, con un coste muy bajo”, declaró.
La semana pasada, Steyer sorprendió anunciando su candidatura, seis meses después de declarar públicamente que no se presentaría a las primarias. El californiano, de 62 años, se enfrenta ahora al desafío de diferenciarse de los otros hombres blancos mayormente desconocidos que se presentan como candidatos, y lo hará intentando convencer a los votantes de que hace mucho tiempo que utiliza su dinero para hacer el bien y que como mejor ayudará a salvar el planeta será desde el Despacho Oval.
Steyer vive desde hace muchos años en San Francisco y es padre de cuatro hijos. En 1986 fundó el fondo de inversiones Farallon Capital Management, del que se marchó en 2012. Con una fortuna estimada en más de 1.400 millones de euros, ha dedicado su dinero a impulsar legislación sobre energías limpias y a la mejora de la calidad del aire, oponiéndose a vacíos legales que significan beneficios fiscales para las corporaciones, luchando contra las empresas tabacaleras, promoviendo el voto joven y las causas progresistas.
El último año viajó por Estados Unidos con su grupo 'Need to Impeach', que reunió a más de ocho millones de personas a favor de sacar a Trump de la Casa Blanca a través del mecanismo del impeachment. Esta lucha le ganó un insulto del presidente en Twitter —“Chiflado y totalmente inestable”, escribió el presidente— y las críticas de algunos demócratas. Su otra asociación sin fines de lucro NextGen America ha invertido millones de euros en reclutar gente para luchar contra el cambio climático y registrar votantes.
Steyer ha dicho que gastará unos 90 millones de euros en su campaña para 2020, más de lo que han recaudado los cinco principales candidatos del Partido Demócrata en los últimos tres meses. El multimillonario inmediatamente ha sido criticado por activistas progresistas que han reclamado que invierta su dinero en otros asuntos, como en la promoción de la participación electoral o en apoyar a candidatos poco conocidos.
“Los demócratas se sienten frustrados de que tome este camino en lugar de invertir los 90 millones de euros en intentar transformar la composición del Senado”, afirma RL Miller, presidenta del comité medioambiental del Partido Demócrata de California, añadiendo que su primera reacción ante el anuncio de la candidatura de Steyer fue “un emoji de poner los ojos en blanco”.
La senadora estadounidense Elizabeth Warren ya se ha consolidado como la principal candidata presidencial que reclama la destitución del actual presidente, mientras que el gobernador del estado de Washington, Jay Inslee, se ha convertido en el candidato que representa la lucha contra el cambio climático. “No me queda claro qué puede sumar Steyer. ¿Quizás el perfil de empresario sin experiencia alguna en el gobierno?”, ironizó Miller.
Entrevistado mientras viajaba al aeropuerto tras una parada en la campaña en Carolina del Sur, Steyer explicó que decidió presentarse como candidato tras anunciar en enero que durante 2019 invertiría “el 100%” de su “tiempo y energía” en el proceso de destitución de Trump. “En parte fue al observar el fracaso que es este Gobierno y por sentirme tan frustrado”, afirmó. “Veía los debates y cómo se desarrollaba la campaña y pensaba 'Vaya, ahora no puedo dormir'”. añadió.
Steyer ha sido comparado con el multimillonario Howard Schultz, ex director ejecutivo de Starbucks, cuyo coqueteo con la Casa Blanca fue visto como un derrochador proyecto narcisista. Cuando le preguntaron si alguien de su entorno había tratado de desalentarle para que no se presentase, Steyer respondió que no. Pero tras una pausa, añadió: “¡No estoy de broma!”. Reconoció ser consciente de que presentarse como candidato no era necesariamente un “movimiento inteligente”, asegurando que “no estoy intentando hacer lo más inteligente, sino lo correcto”.
Ante la pregunta de por qué los votantes deberían elegirlo a él antes que a Warren, quien comparte sus ideas pero tiene experiencia real en cargos públicos, respondió: “Llevo diez años haciendo esto desde afuera. Ella está en su segundo mandato como senadora nacional”. Y sobre las críticas de que su fortuna sería más útil invertida de otra manera, la respuesta de Steyer fue sencilla: tiene muchísimo dinero. “Vamos a seguir haciendo todo lo que íbamos a hacer en otras áreas”, contó explicando que seguirá financiando NextGen y su grupo de lucha por echar al presidente.
Al entrar tan tarde en la carrera presidencial, Steyer no ha participado en los primeros debates, lo que le hace empezar en desventaja. También le puede costar convencer a los votantes de que puede derrotar al presidente. Los sondeos indican que este aspecto es el más importante para muchos demócratas, como afirma Jessica Levinson, profesora de Derecho de la Universidad de Loyola. “Cuando una persona no tiene experiencia en cargos públicos y se presenta como un empresario que ha hecho dinero de formas que de alguna forma van en contra de su narrativa electoral, los votantes sienten que hay un mayor riesgo”, analiza.
Levinson se refería a que el fondo de inversiones de Steyer en el pasado invirtió en cárceles privadas, lo que fue objeto de críticas. “Eso fue hace 17 años, cuando no se hablaba de ningún tema político. Estuvo mal y di orden de que se vendieran esos activos”, explicó el multimillonario. Respecto a haberse enriquecido gracias a los combustibles fósiles, afirmó que había “invertido en todas las áreas de la economía”.
Más allá de la destitución de Trump y el cambio climático, las ideas políticas de Steyer son poco conocidas. Por ejemplo, en relación al debate actual en Estados Unidos sobre las reparaciones por la época de la esclavitud, un tema sobre el que algunos demócratas han impulsado legislación, Steyer apenas comentó que apoya un proyecto de ley que estudia el tema, pero no aclaró si está a favor de las compensaciones económicas a descendientes de personas esclavas. “No está en discusión si se produjo esa discriminación o si debemos hacernos cargo. La cuestión es cuál es la mejor forma de hacerlo”, cerró.
Otro tema importante, el sistema de salud. Mientras que algunos candidatos que se inclinan más hacia la izquierda apoyan la idea de un sistema de sanidad público, Steyer ha remarcado que 150 millones de estadounidenses tienen “cobertura sanitaria gracias a sus empleos”. “Esta elección debe seguir existiendo. No debemos hacer que sea ilegal tener ese tipo de seguro de salud privado”, ha aseverado.
Y al ser preguntado sobre la posición ética de los multimillonarios en la sociedad, Steyer rápidamente aseguró que él y su mujer se han comprometido a donar la mayor parte de su fortuna en vida, y elogió a Bernie Sanders y a la diputada Alexandria Ocasio Cortez por asentar la idea de que “la desigualdad es una vergüenza para Estados Unidos”. “No creo ni me gusta la idea de la riqueza generacional”, continuó. “¿Deberíamos tener un sistema fiscal diferente? Absolutamente. ¿Deberían repartirse mejor los recursos? Totalmente”, aseguró.
El candidato argumentó que le gustaría que el país siguiera el recorrido de su vida personal en relación a su alejamiento de los combustibles fósiles. “Me di cuenta de que el clima era un problema. Cambié mi forma de pensar. Renuncié a mi trabajo y llevo más de una década trabajado por el medio ambiente”, aservera. “¿Que si me hubiera gustado darme cuenta antes? Claro que sí. Pero todos debemos pasar por esa transición. Y no quiero parecer un soberbio, pero creo que le llevé la delantera a casi todo el mundo en este tema”, cerró.
Traducido por Lucía Balducci