Después del Brexit y la victoria de Donald Trump, el inminente referéndum de Italia sobre el cambio de la Constitución ha sido anunciado como el siguiente examen al auge aparentemente imparable del populismo en el mundo occidental. Algunos temen que una derrota del primer ministro Matteo Renzi pueda provocar el desastre en la eurozona y en Europa.
En un centro comercial en expansión a las afueras de Roma, casi nadie ve la votación del 4 de diciembre como un punto de inflexión para el país, mucho menos como una posible sentencia de muerte al euro.
Como el 25% de los votantes italianos, Anna, una joven de 23 años encargada del trenecito del centro comercial, afirma que todavía no ha decidido qué votar, aunque está segura de que lo hará. Sin embargo, Anna no estaba particularmente preocupada porque el referéndum —que plantea medidas para reducir el poder del Senado y hacer más gobernable el país— pudiese precipitar unas elecciones generales y abrir la puerta a una victoria del Movimiento Cinco Estrellas, representante del anti establishment y segundo partido más popular en Italia.
“Mis amigos dicen que votar Sí [en favor de Renzi] no sería una buena opción y tendría malas consecuencias. Están interesados en política y confío en su opinión”, afirma, añadiendo que, aun así, podría votar a favor de la reforma. “Independientemente de si Renzi se queda o se va e independientemente de que tenga posibles efectos, no lo sé”.
Muchos italianos simplemente no creen que la votación vaya a tener un gran impacto. “[El Brexit y la elección de Trump] es algo de lo que se aprovecharán los partidos... pero dudo que el italiano medio enmarque este referéndum en una situación internacional más amplia”, señala Vincenzo Scarpetta, analista de Open Europe en Londres.
En un mitin de campaña esta semana, Renzi apuntó a las elecciones de Estados Unidos para fortalecer su posición. Provocando algunas risas entre su ferviente público, Renzi, que había apoyado firmemente a Hillary Clinton y que admira a Barack Obama, preguntó si alguno de los presentes se podría haber imaginado que Donald Trump habría sido elegido presidente. “Los únicos que lo predijeron fueron los Simpsons en 2000, pero tampoco se lo creían”, señaló.
Aunque reconoció el temor y las inseguridades de los votantes, afirmó que una victoria del sí daría a Italia un gobierno “fuerte y estable” en un momento en el que “mucha gente está preocupada por el futuro”.
También atacó a sus mayores opositores en la derecha, incluido el líder populista del Movimiento Cinco Estrellas, Beppe Grillo, quien llamó “asesinos en serie” del futuro de Italia a los defensores de las reformas y quien elogió a Trump tras su victoria.
“Italia está en una encrucijada”
Renzi pidió a sus seguidores que estuviesen tranquilos, por poco atractivo que sonase su mensaje. “Si te llaman asesino en serie, tienes que hablarles del bicameralismo”, afirmó Renzi. “Nadie sueña con terminar con el bicameralismo, esta no es la idea. Entonces, ¿por qué es tan importante la reforma? Es importante porque Italia está en una encrucijada”, añadió.
La aparente indecisión y apatía de millones de votantes, junto a aquellos que han asegurado que no votarán, podría estar vinculada a la complicada naturaleza de la reforma constitucional que, si es aprobada, debilitará drásticamente el poder del Senado y hará más fácil aprobar leyes. También podría reflejar el desencanto con el propio Renzi, que ha prometido dimitir si pierde.
En las encuestas finales publicadas la campaña en contra de las reformas de Renzi lideraba por cinco puntos.
Incluso para los votantes del sí —como Tania, de 49 años— la decisión está motivada por la esperanza de que un cambio en la forma de trabajar del parlamento solucione las cosas. No es por ningún tipo de lealtad hacia Renzi. “Tuvimos a Berlusconi durante años, Renzi es parecido, por lo que no hemos visto grandes cambios”, explica Tania.
El asunto se complica porque, a largo plazo, ningún resultado representará una clara victoria para ninguna de las partes: ni para los populistas ni para el Partido Democrático de Renzi. Una victoria del sí mantendría una de las primeras reformas de Renzi, dando al partido ganador en futuras elecciones una automática mayoría en los asientos en el parlamento. La medida, impulsada en un momento en el que Renzi y su partido eran mucho más populares entre los votantes, podría en su lugar beneficiar a los populistas emergentes en las elecciones de 2018.
Por el contrario, una victoria del No provocaría la dimisión del primer ministro (malas noticias para el PD) y el presidente italiano, Sergio Mattarella, tendría que formar un gobierno provisional, también daría la oportunidad al partido de volver a cambiar la ley electoral, dificultando a otros partidos opositores como el Cinco Estrellas asumir el poder.
Por tanto, una victoria del No podría evitar a largo plazo una toma populista del Palazzo Chigi (sede del gobierno). “Es cierto que el No es un voto contra el establishment y por tanto su resultado inmediato es una victoria del populismo pero, a largo plazo, el Sí da más posibilidades de ganar al Movimiento Cinco Estrellas”, señala Giovanni Orsina, de la universidad LUISS de Roma.
Orsina señala que nadie sabe en realidad cómo reaccionarán los italianos a la victoria de Trump. “Los votantes pueden pensar que si Trump está bien, entonces, ¿por qué no lo iba a estar el Movimiento Cinco Estrellas o la Liga Norte? ”Y, por supuesto, también podemos tener una respuesta negativa y que la gente diga que la victoria de Trump ya es suficiente. ¿Quién es capaz de leer la mente de los votantes hoy en día?“.
Traducido por Javier Biosca Azcoiti