El veredicto contra Bill Cosby: un raro momento de justicia en una larga y difícil batalla
Tras años de rumores, acusaciones y, por fin, cargos criminales, Bill Cosby ha sido condenado por haber drogado y agredido sexualmente a Andrea Constand hace 14 años. El actor de 80 años, famoso por interpretar al querido padre de la televisión Cliff Huxtable, podría pasar en prisión entre 15 y 30 años. Su primer juicio terminó el verano pasado con un juicio nulo por falta de decisión unánime del jurado.
Después de décadas de múltiples acusaciones de agresiones sexuales y violaciones por casi 60 mujeres, Cosby seguía manteniendo su inocencia mientras sus abogados difamaban a las demandantes como mentirosas y promiscuas.
Espero que este veredicto traiga un poco de paz a sus muchas víctimas, tanto como sea posible después de años en que fueron ignoradas, pero no puedo evitar acordarme de un hecho importante: en medio de todo la cháchara del último año sobre los hombres cuyas vidas se habían visto supuestamente arruinadas por el #MeToo, el veredicto de Cosby es realmente el primero en el que se hace penalmente responsable de estos actos a uno de esos hombres.
Por lo general, los abusadores descubiertos han seguido viviendo sus vidas como lo venían haciendo hasta entonces, en mansiones y con cómodas salidas pactadas. De hecho, esta misma semana supimos que varios de los hombres que habían perdido sus empleos por el #MeToo estaban planeando su regreso a la vida laboral (tan pronto y, por lo que parece, todos a la vez).
Acusado de acoso y de agresión sexual por múltiples mujeres, el expresentador de la CBS Charlie Rose quiere lanzar un nuevo programa de televisión con entrevistas a otros hombres denunciados como abusadores sexuales. Entre los posibles invitados, Louis CK, acusado de exhibicionismo, y Matt Lauer, acusado de agresión sexual.
Hay algo verdaderamente grotesco en la intención de Rose o de cualquier hombre acusado de ser un depredador sexual, de hacer dinero y renovar su carrera a partir de las acusaciones de abusos pasados. Son hombres que ya hicieron daño a muchas mujeres: ¿cómo se les puede ocurrir sacar provecho de eso?
La noticia sobre el posible programa de Rose llegó después de saberse que Matt Lauer está “tanteando el terreno” para su regreso laboral, que el desacreditado locutor de radio Garrison Keillor quiere volver a los micrófonos; y que el chef Mario Batali está considerando montar una nueva empresa. Todo eso mientras Harvey Weinstein, acusado de múltiples violaciones, sigue tranquilamente con su retiro de rehabilitación.
Recibo el veredicto de Cosby como una victoria para el movimiento: que por fin se haga responsable a este antiguo gigante de la industria del entretenimiento es algo verdaderamente significativo después de años en los que tantas mujeres no fueron creídas. Pero mantengamos la perspectiva.
Pese al veredicto de culpabilidad de Cosby y al tiempo que probablemente pase en la cárcel, la verdad es que para las muchas, muchas mujeres que dieron un paso al frente se ha recorrido muy poco en el camino de la justicia. No es probable que eso cambie.
La mayoría de las mujeres que compartió sus historias como parte del movimiento #MeToo no verá a sus agresores en la cárcel ni en los tribunales. Probablemente ni siquiera los verá perder el trabajo. Celebremos nuestros éxitos pero no permitamos que la caída de un hombre nos distraiga del cambio cultural que tantas de nosotras todavía estamos esperando.
Traducido por Francisco de Zárate