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The Guardian en español

OPINIÓN

La victoria en Kansas demuestra que los demócratas pueden luchar por el derecho al aborto y ganar

Activistas por el derecho al aborto se manifiestan en el Capitolio, en Washington, el 30 de junio de 2022.
5 de agosto de 2022 21:46 h

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No estuvo ni cerca de ser una elección reñida: fue una paliza. Con una participación inesperada y una amplísima diferencia en los resultados, los votantes de Kansas rechazaron este martes una medida que, de ser aprobada, habría eliminado el derecho al aborto de la Constitución de su estado. Casi el 60% de los votantes de este estado profundamente conservador rechazaron la medida antiabortista. Solo alrededor del 40% la apoyó.

La llamada ley “Value Them Both” (Valorar a ambos) habría devaluado drásticamente a las mujeres en Kansas. El proyecto de ley pretendía enmendar la Constitución estatal, en respuesta a una sentencia de 2019 del Tribunal Supremo de Kansas, que estableció que el aborto está protegido por la Carta de Derechos del estado que garantiza “derechos iguales e inalienables” para todos los ciudadanos.

A diferencia del Tribunal Supremo de Estados Unidos, el Tribunal de Kansas rechazó la idea de que los derechos civiles están congelados en el tiempo, inmutables y sujetos al momento en que el documento fue ratificado originalmente. En cambio, extendió esos derechos iguales a las mujeres. “Nos preguntamos ahora: ¿es esta declaración de derechos algo más que una aspiración idealizada?”, escribió el Tribunal. “Y, si es así, ¿incluyen los derechos sustantivos el derecho de la mujer a tomar decisiones sobre su cuerpo, incluida la decisión de continuar con su embarazo? A estas preguntas respondemos que sí”. De forma abrumadora, por un margen de unos 20 puntos, los votantes de Kansas estuvieron de acuerdo con el Tribunal.

Fue la primera prueba electoral de apoyo al derecho al aborto desde que el Tribunal Supremo de Estados Unidos anulara en junio la sentencia Roe v. Wade, y los resultados fueron inequívocos. Incluso en el conservador estado de Kansas, el apoyo al derecho al aborto es mayoritario. Incluso en el conservador estado de Kansas, las restricciones al aborto les resultan ofensivas.

Rechazo de medidas antiabortistas

En teoría, esto no debería sorprendernos. Los estadounidenses tienen una amplia gama de opiniones sobre el aborto pero, en general, la noción de que las mujeres y otras personas deben tener el derecho legal a interrumpir su embarazo es muy popular, recibiendo entre el 60% y el 70% de apoyo. En consecuencia, las iniciativas electorales que piden a los votantes que restrinjan el aborto tienden a fracasar, sostiene la corresponsal de New York Magazine, Irin Carmon.

Una medida que habría concedido derecho de persona a fetos y embriones fracasó en el muy conservador estado de Misisipi en 2011. Una medida que pretendía prohibir los abortos después de las 20 semanas de embarazo en la ciudad de Albuquerque (Nuevo México) fracasó por un amplio margen en unas elecciones municipales con una participación inusualmente alta en 2013. Cuando Dakota del Sur aprobó una prohibición del aborto en 2006, los defensores del derecho al aborto consiguieron reunir firmas suficientes para que la medida fuera sometida al voto popular. El electorado también la rechazó.

La sentencia del Tribunal Supremo de EEUU que anuló el fallo Roe v. Wade es especialmente impopular entre el público y ha suscitado una renovada pasión por la causa proabortista. Según un sondeo de la CNN, el 63% de los estadounidenses –casi dos tercios– dice que se opone al fallo del Tribunal. Un poco más de la mitad, el 51%, dice que se opone “fuertemente”. Esta indignación pública se traduce de forma clara en votos. Después de que el tribunal revocara el fallo Roe el 24 de junio, en muchos estados se produjo un aumento en los registros de votantes nuevos. En Kansas, el 70% de esos nuevos votantes eran mujeres.

Juego sucio

Había algunos indicios de que los antiabortistas estaban nerviosos, incluso antes de su estrepitosa derrota el día de las elecciones. Jugaron sucio. La votación estaba programada para un día de calor cegador y de elecciones primarias [para elegir candidatos para las elecciones legislativas de noviembre], cuando la participación suele ser baja y a los republicanos les suele ir mejor.

En los días previos a las elecciones, una empresa de Nevada alineada con los republicanos envió mensajes de texto a los votantes de Kansas. “Las mujeres de Kansas están perdiendo su elección en materia de derechos reproductivos”, decían los mensajes. “Votar SÍ a la Enmienda dará a las mujeres una opción. Vota SÍ para proteger la salud de las mujeres”. Un voto afirmativo a la enmienda constitucional habría sido un voto contra el derecho al aborto. Evidentemente, los republicanos opositores al aborto no creían que pudieran ganar por mérito propio. Resulta que no pudieron.

Pero uno nunca podría saber lo abrumadoramente popular que es el derecho al aborto si se guía únicamente por el comportamiento de los demócratas, que durante las últimas tres décadas, y desde la victoria de Donald Trump en particular, se han mostrado reacios a defender a ultranza los derechos reproductivos y otros temas de la llamada “guerra cultural”.

La dirección centrista del partido calcula que solo las cuestiones económicas –definidas, en la práctica, como cuestiones que afectan a los hombres blancos– pueden suscitar el entusiasmo de los votantes. El Gobierno del presidente Biden se mostró inerte e inepto en su respuesta a Dobbs [el caso que llevó al Supremo a anular Roe v. Wade] al acceder a tomar solo las medidas más endebles y menos arriesgadas para restablecer el acceso al aborto, enajenando a grandes sectores de su base mientras intentaba mantener la atención puesta en sus esfuerzos por frenar la inflación. Biden casi nunca dice “aborto”. Da la sensación de que preferiría no hablar de ello.

Pero los resultados en Kansas sugieren que debería hacerlo. La votación sobre el aborto suscitó una participación masiva. El derecho al aborto obtuvo bastante más apoyo electoral que Joe Biden en la mayoría de los condados de Kansas. Es un tema de la llamada “guerra cultural” que hizo a los votantes salir en masa a votar por un asunto de la agenda demócrata. El resultado en Kansas demuestra que la revocación del fallo Roe v. Wade ha creado una emergencia moral a la que los votantes responderán. Ignorar estos temas de la “guerra cultural” no hace que los demócratas parezcan sensatos y moderados, les hace parecer cobardes que huyen de la lucha.

Lo que los republicanos quieren hacer a Estados Unidos, especialmente en lo que respecta al derecho al aborto, es impopular. Y lo que es más importante, es antidemocrático e inmoral. Esta es una lucha en la que los votantes quieren involucrarse. Es hora de que el Partido Demócrata se una.

Traducción de Julián Cnochaert

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