El miedo a la violencia reduce el turismo religioso a Jerusalén

The Guardian

Harriet Sherwood (Jerusalén) —

Las iglesias y los comercios de Jerusalén están preparados para una Pascua tranquila. Las cifras de peregrinos han caído en los dos últimos años por el miedo a la violencia constante. El número de turistas que visitaron Israel en enero de este año fue un 24% inferior al del mismo mes de 2014, según el Ministerio de Turismo.

La Semana Santa suele conllevar un aumento de la cantidad de peregrinos que visitan la Ciudad Vieja de Jerusalén para conmemorar la crucifixión, entierro y resurrección de Jesús. Este año, la confesión católica romana y la protestante celebran la Pascua el 27 de marzo, mientras que las iglesias ortodoxas orientales lo hacen el domingo 1 de mayo, lo que supone una diferencia más larga de lo habitual.

Unas 15.000 personas participaron el fin de semana pasado en la tradicional procesión del Domingo de Ramos –del Monte de los Olivos a la Iglesia del Santo Sepulcro, pasando por el Jardín de Getsemaní y la Vía Dolorosa– según estimaciones de fuentes de la Iglesia, frente a los más de 25.000 asistentes del año pasado. Para este Viernes Santo se esperaba que miles de personas rememorasen el camino de Jesús a lo largo de las catorce estaciones del Viacrucis hasta el lugar de su crucifixión, muchos cargando con pesadas cruces de madera que se pueden alquilar por horas o días.

El domingo, los peregrinos acudirán en masa a la Iglesia del Santo Sepulcro, levantada en el lugar en el que Jesús fue crucificado y enterrado. Cinco semanas después, ese templo también será el escenario de la antigua e imponente, por no decir peligrosa, ceremonia del Fuego Santo.

El rector del Seminario Patriarcal Latino, Jamal Khader, afirma que ha habido una caída significativa del número de peregrinos que visitan Tierra Santa desde la guerra de Gaza en 2014. El repunte de la violencia en Jerusalén, en Cisjordania y en ciudades israelíes en los últimos seis meses ha supuesto otro freno. Afirma que las advertencias del Gobierno a los turistas y las reticencias de las compañías de seguros para dar cobertura a estos viajes están disuadiendo a la gente.

“Las calles de la Ciudad Vieja están casi vacías, especialmente alrededor de la Puerta de Damasco”, cuenta el líder religioso. En los últimos meses ha habido varios apuñalamientos en la principal entrada por el norte a la ciudad amurallada. “Muchos turistas están cambiando sus planes para evitar la Ciudad Vieja. Pero no se trata solo de turistas y peregrinos: los palestinos del lugar también la evitan por la fuerte presencia de soldados (israelíes)”, añade Khader.

Abu Ahmed, comerciante de la Ciudad Vieja, afirma que este año hay muchos menos turistas y peregrinos. “Está todo muy vacío, muy mal. No vendo casi nada”, lamenta mientras ordena las cruces de madera, el incienso y otros souvenirs religiosos en su escaparate cercano al Santo Sepulcro.

Belén, la ciudad del nacimiento de Jesús, que está en Cisjordania y separada de Jerusalén por el muro construido por Israel, ha estado incluso más afectada en los últimos dos años, según Khader. “El turismo es una parte muy importante de la economía de Belén. La gente ha hecho grandes inversiones, pero muchos hoteles están cerrados, vacíos o funcionando con muy poca ocupación”, explica el religioso.

Las dificultades de los cristianos palestinos

Los cristianos palestinos también tienen dificultades para visitar los lugares sagrados de Jerusalén en Semana Santa. Los que viven en Cisjordania y Gaza necesitan permisos especiales para viajar a la ciudad santa. Israel ha emitido este año unas 850 autorizaciones –una cifra comparativamente grande– a cristianos palestinos que viven en Gaza, según informó Muhamad al Maqadma, del Ministerio Palestino de Asuntos Civiles, en declaraciones al medio Ma'an.

El número de permisos concedidos a cristianos palestinos de Cisjordania no se ha dado a conocer. El Ejército israelí ha cerrado a los palestinos los puestos de control entre Cisjordania y Jerusalén desde la noche del miércoles hasta la del sábado, por la festividad judía de Purim. Solo permiten el paso de servicios de emergencia médica.

“Incluso las personas que tienen permisos a menudo no pueden viajar”, afirma Jamal Khader. “La simple idea de necesitar una autorización para ir a rezar en lugares sagrados va contra la libertad de culto”, añade. Hay unos 1.300 cristianos en Gaza, una fracción muy pequeña de sus 1,8 millones de habitantes. En torno a 50.000 cristianos viven en Cisjordania, sobre todo en Belén y sus alrededores.

Según Yusef Daher, del Centro Intereclesial de Jerusalén, las autoridades israelíes emitieron el año pasado unos 10.000 permisos para palestinos de Cisjordania y Gaza, pero la mitad fueron problemáticos. “A menudo las autorizaciones se conceden solo a algunos miembros de la familia: la mujer, los hijos... Algunos se emiten para personas muertas”, asegura Daher.

Las reservas hoteleras de Israel para la Pascua judía, que este año empieza al anochecer del viernes 22 de abril y dura una semana, también han caído. De acuerdo con la Asociación Hotelera de Israel, se espera que la ocupación esté en torno al 70%, en una época del año en la que las plazas libres suelen ser escasas.

La directora de turismo de la Autoridad de Desarrollo de Jerusalén, Ilanit Melchior, indica que ha habido una disminución clara de los visitantes estadounidenses y de los de otros lugares de Israel que viajan a Jerusalén. Añade que, no obstante, miles de personas de todo el mundo viajaron a la ciudad para la maratón del fin de semana pasado.

En un comunicado, el ministro israelí de Turismo, Yariv Levin, ha afirmado que el terrorismo se ha “convertido en un fenómeno global”. “No solo golpea fuerte en Oriente Medio, también se ha extendido por las capitales de Europa, América y el Lejano Oriente. Por todas partes”, ha manifestado.

Traducido por: Jaime Sevilla