El profesor Tim Bale lleva años examinando el electorado británico y las políticas sobre migración en Reino Unido y en Europa, es experto en la historia de los tories desde Margaret Thatcher, enseña en la Universidad Queen Mary de Londres y acaba de publicar The Conservative Party After Brexit, un relato de los años tumultuosos para el país y el partido, que ha elegido a cuatro líderes muy diferentes desde entonces pero marcados por la misma agenda. La tesis principal de Bale es que los tories se parecen cada vez más a partidos como Vox en España por su retórica y sus propuestas y que difícilmente cambiarán de rumbo aunque pierdan las próximas elecciones generales.
¿El Partido Conservador giró a la derecha debido al Brexit o el Brexit sucedió porque el Partido Conservador ya estaba girando a la derecha?
Ambas cosas. El Brexit confirmó un movimiento que ya estaba sucediendo en el Partido Conservador. David Cameron convocó el referéndum porque estaba bajo la presión de elementos de derecha dentro de su propio partido, cuya influencia había aumentado debido a la amenaza presentada en el flanco derecho por el UKIP. Y, desde el Brexit, el Partido Conservador se ha apropiado hasta cierto punto de la retórica y parte de la sustancia de la agenda populista de la derecha radical. El Brexit no fue el origen de ese cambio, pero lo ha acelerado.
Cameron parecía bastante diferente de lo que tenemos ahora. ¿Calculó mal o no entendió a su propio partido?
Cuando Cameron decidió convocar el referéndum, lo hizo porque pensó que podría ser inevitable en los próximos años y que sería mejor afrontar el problema en lugar de sentarse y esperar a que sucediera. Pensó que ganaría el referéndum. No creo que tuviera tanta confianza como algunas personas sugieren, pero pensó que el argumento económico haría que la mayoría votara por permanecer en la UE. Lo que sí calculó mal fue hasta qué punto los diputados de su partido se inclinarían a favor de marcharse de la UE y, en particular, los políticos que marcaron una gran diferencia en el resultado del referéndum, Boris Johnson y Michael Gove.
Una vez que ellos apoyaron la salida, otros parlamentarios los siguieron y Cameron no pudo mantener unido a su partido. Y estaba tan preocupado por el impacto de las divisiones sobre el referéndum en el partido que no luchó tan duro como podría haberlo hecho durante la campaña. Esperaba poder ganar el referéndum sin que se rompiera el partido, cuando debería haberse dado cuenta de que era una pelea a muerte y haber criticado a Johnson y Gove. Pero estaba tan preocupado por esas luchas internas que peleó el referéndum con una mano atada a la espalda.
¿La extrema derecha del partido se ha convertido en más que una minoría?
Sí. Todavía es una minoría, pero es una minoría muy ruidosa y puede usar su presencia no solo en el Parlamento, sino también en los medios para poner presión sobre la dirección del Partido Conservador y sobre otros colegas dentro del grupo parlamentario, en parte porque ahora tiene bastante apoyo en la base y varios políticos famosos. Boris Johnson y Jacob Rees-Mogg han ayudado a cambiar la base del partido hacia una agenda de derecha más populista y radical. Aunque no son dominantes, han sido capaces de utilizar su posición en el Parlamento y su ubicuidad en los medios para establecer la agenda del Partido Conservador. Ese poder ha disminuido hasta cierto punto con Rishi Sunak. Pero ya no necesitan ser tan poderosos como lo fueron porque la dirección ha aceptado que su camino es el mejor.
¿En qué medida el Partido Conservador se ha vuelto equivalente a algunos de los partidos de extrema derecha en Europa?
No creo que la transformación de ser el principal partido de centroderecha a lo que yo llamaría un sucedáneo de partido populista radical de derecha se haya completado del todo, pero está bastante avanzada. Si observamos la retórica y algunas de las políticas, particularmente sobre inmigración, no hay mucha diferencia entre el tipo de lenguaje y el tipo de soluciones propuestas por Rishi Sunak y las propuestas de varios partidos populistas radicales de derecha en toda Europa. Si un partido y un país europeo proponen prohibir a todos los solicitantes de asilo, considerarlos ilegales y enviarlos a un país africano lejano, dirías que ese es un partido populista de derecha radical en lugar de uno de centroderecha convencional. En ese aspecto en particular, el Partido Conservador se ha convertido en un partido de derecha populista y radical. Y también si se observa parte de la retórica que sugiere que la función pública es un grupo conspirativo y anticonservador, las declaraciones sobre el proceso judicial y sobre la radiotelevisión pública, todo parece muy populista en el sentido de que el Partido Conservador se presenta como una especie de tribuna del pueblo frente a una élite que hay que domar.
¿Hasta qué punto la política del Reino Unido todavía se define por el Brexit?
La esencia del Brexit seguirá proporcionando muchos debates políticos. Por ejemplo, el que acabamos de tener sobre los retrasos en los viajes entre el Reino Unido y Francia en los transbordadores y sobre si eso está causado o no por el Brexit. Y está claro que ahora hay una mayoría que lamenta la salida de la UE. Pero no creo que el Partido Laborista esté muy interesado en reavivar el debate sobre el Brexit. De momento, tenemos una especie de omertà extraña tanto de la oposición como de los conservadores para no hablar demasiado del Brexit.
Si miras al electorado, desde 2016 hay votantes que ahora se consideran conservadores debido al Brexit y muchas personas que antes se habrían considerado conservadores ahora no lo hacen porque adoptaron el punto de vista opuesto y querían permanecer en la Unión Europea. El Brexit fue la punta de lanza de una división cultural más amplia en la política británica, de modo que incluso si el Brexit per se desaparece en el espejo retrovisor, la división cultural de la que era una expresión se va a quedar. Sunak y el Gobierno conservador están poniendo tanto énfasis sobre la inmigración porque eso influye en la división cultural del mismo modo que jugó un papel en el referéndum de 2016.
No creo que el Partido Laborista esté muy interesado en reavivar el debate sobre el Brexit. De momento, tenemos una especie de 'omertà' extraña tanto de la oposición como de los conservadores para no hablar demasiado del Brexit.
Pero lo que vemos también con Sunak es que parece tener un enfoque más pragmático con Irlanda del Norte y la cooperación con la UE.
Sunak, aunque es partidario del Brexit, no ve ningún sentido en tener una relación deliberadamente conflictiva con la UE. No tiene ningún sentido comercial mientras pueda seguir argumentando que retenemos nuestra soberanía. Muchos parlamentarios conservadores, no solo aquellos que votaron a favor de permanecer en la UE, estarían de acuerdo con eso. Su argumento siempre fue que no son, en esencia, antieuropeos.
Sunak parece muy diferente a Boris Johnson, pero ¿lo es?
No creo que sea tan diferente como la gente piensa. Claramente es más competente y está más interesado en los detalles de la política. Y es más conservador fiscalmente, es más thatcherista. Él no quiere gravar y gastar. Puede verse obligado a subir impuestos en este momento, pero el Gobierno conservador está siendo muy cuidadoso con el gasto y probablemente no gasta lo suficiente, por ejemplo, en escuelas, hospitales e infraestructura, porque todavía cree que el Estado no debería gastar demasiado ya que eso podría desplazar la inversión privada y la innovación privada. Sunak es mucho más thatcherista en ese sentido que Boris Johnson. Pero cuando se trata de cuestiones de “guerra cultural”, está tan dispuesto a pelear como Johnson. De alguna manera, no concuerda con su tipo de imagen suave, “globalista”. Pero si nos fijamos en lo que dice sobre la inmigración o el crimen, él es un conservador de derecha. El exterior amable no debe ocultar ese hecho.
Entonces, ¿no lo ve como un regreso a los años de Cameron?
No. El Partido Conservador se ha acercado demasiado a la derecha radical populista para que eso suceda. No hay manera de que Sunak sea progresista en temas sociales como lo fue Cameron. Él es mucho más como Cameron y George Osborne cuando se trata de economía, pero no en los temas sociales. Es mucho más populista de lo que era Cameron.
No creo que Rishi Sunak sea tan diferente de Boris Johnson como la gente piensa. Aunque claramente es más competente y está más interesado en los detalles de la política. Y es más conservador fiscalmente, es más 'thatcherista'.
¿Ha llegado Boris Johnson a su final político?
Todo el mundo dice “nunca digas nunca” sobre Boris Johnson, pero sospecho que su desempeño muy pobre frente a la comisión del Parlamento [en marzo, sobre las fiestas en pandemia en Downing Street] convenció a la mayoría de diputados conservadores de que no es alguien que quieran considerar como un futuro líder nunca más. No creo que él haya renunciado a sus ambiciones, pero sospecho que su partido lo ha abandonado. Hasta cierto punto el hechizo se ha roto. Ciertamente en lo que al electorado se refiere. A los fanáticos de Johnson les gusta fingir que sigue siendo popular entre los votantes. El hecho es que nunca fue tan popular como decían. Y es muy impopular ahora, en parte a la incompetencia general y en parte al partygate.
Usted escribe sobre un concepto muy específico del Reino Unido que es “el partido en los medios”.
No se puede entender el Partido Conservador sin entender lo que llamo “el partido en los medios”, que son los columnistas, los editores y los propietarios de la prensa escrita de derecha en este país, que establecen la agenda para el Partido Conservador de una manera que no sucede en la mayoría de los países de Europa continental, donde aunque la prensa es bastante partidista, no es la fuerza que todavía es en el Reino Unido. Durante años nos obsesionamos con la influencia de los medios en los votantes, que creo que siempre fue exagerada. La influencia está en los políticos que creen que los medios tienen más influencia en los votantes de la que tienen en realidad.
Si nos fijamos en el Partido Conservador, es un partido muy dominado por la dirección. Los afiliados no intervienen en la política, sólo en la selección de candidatos y del líder. Los diputados, si no están en la dirección, tampoco tienen mucha influencia. Pero las personas que escriben los artículos de opinión en los periódicos conservadores son tomadas en serio por los líderes y por los diputados. Hay un grupo selecto muy pequeño. A veces entran y salen de think tanks, que también juegan un papel en la conversación dentro del Partido Conservador. Hay que entender periódicos como el Telegraph, el Mail, el Express y la revista The Spectator no como algo fuera del partido, sino como parte integral del Partido Conservador.
Durante años nos obsesionamos con la influencia de los medios en los votantes, que creo que siempre fue exagerada. La influencia está en los políticos que creen que los medios tienen más influencia en los votantes de la que tienen en realidad
Creo que es bastante único, entre otras cosas porque la prensa ya no es tan influyente en otros países.
Es bastante diferente. Sé que en España los medios impresos son relativamente partidistas, aunque creo que menos de lo que solían ser. Pero cuando vienes al Reino Unido te das cuenta inmediatamente de que los medios impresos son hiperpartidistas: hacen y dicen cosas que serían inaceptables para muchos periódicos europeos que conservan más un sentido de objetividad, con los estándares periodísticos tradicionales. No digo eso acerca de las noticias porque creo que la mayoría de los reporteros todavía intentan apegarse a esos estándares. Pero cuando se trata de artículos de opinión, de columnas, de la elección de titulares, el partidismo extremo de la prensa británica sorprendería a muchos que no están familiarizados con ella.
¿Tiene algo que ver con que, aunque han caído mucho, todavía venden en los quioscos?
Es cierto que la circulación ha caído y sigue cayendo. Y uno podría decir que su poder está disminuyendo, pero las ventas siguen siendo saludables para muchos de esos periódicos, en particular el Telegraph y el Mail. Y, por supuesto, también tienen una presencia online importante. El Mail es una de las cinco principales marcas de periódicos del mundo en la web, no tanto por su cobertura política, sino por su barra lateral de vergüenza de celebridades, pero eso todavía le da mucha influencia. Las ventas del Spectator han aumentado y tiene incluso más influencia de la que solía tener dentro del partido. Pero su influencia dentro del Partido Conservador, irónicamente, se basa en una mala interpretación de su influencia sobre los votantes. Es muy difícil persuadir a los políticos de que los periódicos no marcan una gran diferencia para los votantes. Donde marcan la diferencia es en la forma en que establecen la agenda para la radiotelevisión pública. Si nos fijamos en la cobertura de la BBC, pero también de ITV, a menudo está impulsada por la misma agenda que siguen periódicos como el Mail y el Telegraph en particular.
Parece un mundo anticuado… Y a la vez hay diversidad entre los conservadores, con más mujeres y minorías, a diferencia de otros partidos conservadores en Europa
Dado lo diverso que se ha vuelto el Reino Unido, no es del todo sorprendente que sea uno de los partidos conservadores más diversos. Aun así, se ve en la parte superior de la pirámide; a medida que desciendes, hay menos minorías étnicas y menos mujeres en cualquier tipo de posición de influencia o poder. La diversidad del Partido Conservador es, hasta cierto punto, superficial, aunque, en términos relativos, bastante impresionante.
Cuando habla de las próximas elecciones generales, parece un poco escéptico sobre una gran victoria para los laboristas, aunque las encuestas así lo sugieren. ¿Por qué?
Los laboristas tienen una montaña que escalar. Algunos incluso sugieren que se necesita una oscilación del 13% para obtener una mayoría minoritaria muy pequeña en el Parlamento. Y es muy inusual que un partido en la oposición haga eso en un solo mandato. En 2019, el Partido Laborista sufrió su peor derrota desde 1935. Así que recuperarse en solo cuatro o cinco años después de una derrota como esa sería increíblemente inusual.
En segundo lugar, Keir Starmer, si bien ha hecho un gran trabajo para unir al Partido Laborista y ponerlo en una vía más centrista que puede conquistar votantes, no es el líder más inspirador. Los líderes cuentan en las evaluaciones de los votantes sobre los partidos, y eso es un poco una desventaja para los laboristas. Todavía existe cierta preocupación residual acerca de que los laboristas sean blandos con la inmigración y el crimen, razón por la cual los conservadores están presionando ese botón en particular. Y un grado de preocupación sobre la capacidad de los laboristas para gestionar la economía porque estaban en el poder cuando estalló la crisis financiera. La marca laborista no es tan fuerte como podría ser en un par de dimensiones importantes. Debemos tener cuidado antes de pensar que una ventaja masiva en las encuestas ahora necesariamente significa que los laboristas obtendrán una gran mayoría.
¿Perderán?
Habiendo dicho lo anterior, la política es tan volátil hoy en día que es posible un gran giro contra los conservadores y una victoria aplastante de los laboristas. Por ejemplo, el estado del Servicio Nacional de Salud puede decidir a favor de los laboristas. A la economía no le está yendo muy bien en este momento y eso probablemente ayudará a los laboristas, particularmente en lo que respecta al estancamiento de los salarios reales. Eso nunca es bueno para un partido de gobierno. Sunak tiene una imagen mejor que Johnson o Liz Truss, pero ese es un listón muy bajo. Starmer no tiene que ser brillante para vencer a Sunak. Hay muchos factores a favor de los laboristas. Pero si echas un vistazo al historial del Partido Conservador, se le da bastante bien ganar elecciones. Tenemos los precedentes de 1992 y 2015 de líderes conservadores que obtuvieron victorias inesperadas.
Hay muchos factores a favor de los laboristas. Pero si echas un vistazo al historial del Partido Conservador, se le da bastante bien ganar elecciones
¿Sunak resistirá hasta las elecciones?
Para la mayoría de los parlamentarios conservadores ahora es Rishi o la nada. No serán tomados en serio si hacen otro cambio. Si las encuestas de opinión continúan siendo tan malas como ahora, podrían estar lo suficientemente desesperados para tirar los dados una vez más, pero lo dudo. Si perdieran creo que Sunak dimitiría y estaríamos en otra contienda por el liderazgo en el Partido Conservador. Y luego la cuestión sería qué dirección toma el Partido Conservador. Supongo que ahondarían más en el cambio populista radical a la derecha que ya han hecho y elegirían a alguien como Kemi Badenoch o Suella Braverman.
¿Por qué?
Están muy en sintonía con la base del Partido Conservador. Y creo que es difícil ver a alguien más en la primera fila del Partido Conservador con una visión diferente del partido y que tenga suficiente tracción con los afiliados y con sus colegas para superar a cualquiera de esos dos. Alguien podría sorprendernos, pero mirando al gabinete, es difícil ver a alguno que pueda derrotar a alguien como Badenoch.
Si ganan los laboristas, ¿habrá una relación más estrecha con la UE o se podrán renegociar los términos de salida?
El laborista es el partido más proeuropeo, pero está muy ansioso, sobre todo antes de las elecciones, por no dar la impresión de que quiere volver a unirse a la UE, incluso a largo plazo. Y no estoy seguro de que muchas personas en el Partido Laborista piensen que eso es posible, pero el liderazgo laborista está abierto a modificar el acuerdo de salida para reducir la fricción en el comercio y aumentar la cooperación, particularmente en la educación superior y la investigación donde el Reino Unido tiene grandes puntos fuertes. Tanto diplomática como económicamente, un gobierno laborista será mucho más proeuropeo que un gobierno conservador y, sin duda, más proeuropeo que la impresión que los laboristas están dando en este momento.
¿Ve algún escenario en el futuro en el que el Reino Unido pueda volver a unirse a la UE?
No diría que no en mi vida. Ahora tengo 57 años, así que no lo descartaría por completo, pero creo que habrá que esperar a que muchos de los que votaron a favor de marcharse hayan muerto y muchos más jóvenes entren en el electorado. Ahora hay una mayoría, si se excluye “no sé”, a favor de reincorporarse a la UE, pero no se sabe cuánta tracción tendrá en los próximos años. Soy escéptico, pero dentro de 10 ó 20 años, si es muy obvio que el Brexit no ha funcionado y que nuestra economía se ha visto gravemente dañada, entonces habrá presión sobre quien esté en el gobierno para repensar nuestra pertenencia. El problema es que las condiciones para la adhesión serán mucho más duras para nosotros de lo que eran cuando éramos miembros de la Unión Europea. Probablemente tengamos que comprometernos a unirnos al euro. No obtendremos todas las excepciones que teníamos antes. Si vamos a unirnos, probablemente tendremos que asumir el paquete completo en lugar del tipo de paquete más personalizado que teníamos cuando éramos miembros. Y eso puede ser difícil de aceptar para la gente.