78 imputados, 200 testigos y más de 10.000 páginas de sumario. Éste es el resultado de la instrucción del mayor juicio contra figuras políticas celebrado en Grecia desde la Segunda Guerra Mundial. Y ahora, al cumplirse un año del asesinato que desencadenó el macroproceso contra Amanecer Dorado, arrancan por fin las diligencias para dar paso al juicio oral, cuyo comienzo está previsto para mediados de noviembre.
El 18 de septiembre de 2013, el rapero antifascista Pavlos Fyssas murió apuñalado en el suburbio de Keratsini, al sur de Atenas. Pronto salió a la luz que el asesino confeso, Yorgos Rupakiás, era miembro de Amanecer Dorado. Un vídeo que se ha filtrado en los últimos días lo sitúa como uno de los líderes de la sección local. Esclarecer si alguien ordenó o tenía conocimiento previo del crimen era la pretensión inicial del proceso judicial.
Un aluvión de pruebas incriminó a los altos mandos de la formación ultraderechista en ésta y otras actividades delictivas, por las que ahora se podrían enfrentar a cargos de intento de homicidio, asalto, extorsión o posesión de armas. Las agresiones a inmigrantes, mortales en más de una ocasión, constituían un secreto a voces del que el propio partido se jactaba a pie de calle. El asesinato de Fyssas, sin embargo, conmocionó a la opinión pública, y permitió a las jueces instructoras del caso tirar del hilo, con el fin de demostrar que el partido en su totalidad funcionaba como una “banda criminal”.
De los imputados en el macroproceso, 30 se encuentran en prisión preventiva, entre ellos el líder, Nikos Mijalokiakos, el portavoz, Ilías Kasidiaris y otros siete diputados. Todos los 18 parlamentarios elegidos en 2012 –de los que dos han abandonado el partido– están imputados por participar y gestionar una organización criminal. Esto no fue óbice para que Amanecer Dorado concurriera a las elecciones locales y europeas en mayo de este año y para que, más recientemente, Kasidiaris jurase desde la cárcel como concejal del Ayuntamiento de Atenas.
Entre las pruebas más significativas se encuentran decenas de conversaciones telefónicas en las que diversos altos cargos del partido dan instrucciones o se congratulan de diferentes agresiones contra extranjeros o militantes de izquierdas, jactándose en ocasiones de disfrutar de la protección de la policía. En los vídeos aportados por la iniciativa JailGoldenDawn, puede observarse a cuatro militantes –posteriores diputados– tomando parte activa en una serie de ataques en mayo de 2011 en Atenas, que dejaron un muerto y más de 100 heridos, todos ellos inmigrantes.
En lo que respecta a las aspiraciones del partido, un exalto cargo, que es ahora un testigo protegido y que afirma haber recibido amenazas de muerte al desvincularse, ha declarado que el objetivo último no era hacerse con el Gobierno, sino la “creación de un Estado nacional socialista” de partido único.
“Estamos listos para abrir los hornos”
La detención de los líderes de Amanecer Dorado abrió la veda para empezar a juzgar casos relacionados, que hasta ese momento permanecían aplazados sine die. Hace una semana, y con el estreno de la recién aprobada ley antirracista, un tribunal condenó a Aléxandros Plomaritis a un año de cárcel por incitar a la violencia racial. A pesar de ello, este excandidato al Parlamento, conocido por afirmaciones como “estamos listos para abrir los hornos”, o por llamar a los extranjeros “subhumanos” con los que “haremos jabones”, no entrará en prisión.
La última semana también ha visto el inicio de un juicio contra dos miembros de Amanecer Dorado –uno de ellos concurrió después a las elecciones municipales–, que en 2008 presuntamente apuñalaron a un griego y a un español en un centro social alternativo de Atenas.
Pero sin duda una de las cuestiones de mayor calado surgidas al hilo del proceso ha sido el apoyo de la formación neonazi entre las filas de los cuerpos de seguridad griegos. Durante las elecciones de 2012, varios medios de comunicación calculaban que en algunas circunscripciones de Atenas hasta el 50% de los agentes de policía había votado por Amanecer Dorado. Unos 50 oficiales han sido investigados a lo largo de la instrucción por haber participado en las actividades delictivas de la organización. Y ahora, un informe del departamento de Asuntos Internos de la policía identifica a más 200 oficiales afiliados al partido o que han colaborado con él encubriendo las agresiones perpetradas por sus miembros.
Conexiones con Nueva Democracia
Los presuntos vínculos con figuras de Nueva Democracia, la formación a la que pertenece el primer ministro Andonis Samarás y que encabeza el Ejecutivo de coalición, se encuentran también entre las revelaciones del proceso . Algunos miembros del gabinete, como Adonis Georgiadis o Makis Voridis –procedentes del partido ultranacionalista LAOS– son bien conocidos por sus declaraciones no tan alejadas del ideario de los autodenominados “socialnacionalistas helenos”. Pero los puntos de contacto entre ambas formaciones podrían ir mucho más allá.
En abril, se produjo un verdadero terremoto político cuando el portavoz de Amanecer Dorado presentaba en el Parlamento una grabación con cámara oculta en la que aparecía conversando con el secretario del Gabinete, Takis Baltakos. El que era por entonces la mano derecha de Samarás confesaba en el vídeo que los ministros de Justicia y del Interior habían presionado a los jueces para imputar a los líderes de Amanecer Dorado, ya que el Gobierno temía las consecuencias de la fuga de votantes hacia la formación ultraderechista. Una explicación que vendría a a constatar la de los propios líderes neonazis: que el proceso, de carácter puramente político, habría sido orquestado por el Gobierno para dañar su imagen ante el creciente fervor popular.
La dimisión de Baltakos no zanjó el asunto. El periodista de investigación Dimitris Psarrás publicó recientemente mensajes en los que Baltakos transmitía instrucciones a los diputados de Amanecer Dorado sobre cómo votar ciertos proyectos de ley o les felicitaba por sus exabruptos en el Parlamento.
Por otra parte, un exmiembro de la formación neonazi que testificará en noviembre declaró a la ONG Human Rights First que un empresario adscrito a Nueva Democracia financió la sección local a la que pertenecía y llegó incluso a pagar el alquiler de la oficina. El objetivo: lograr unos buenos resultados para la organización en las elecciones de 2012 de cara a formar un gobierno de coalición de derechas prescindiendo del Pasok. “Amanecer Dorado es el brazo militar de Nueva Democracia”, dijo el empresario, según el denunciante.
Arraigo popular
Desde el inicio del proceso, los militantes de Amanecer Dorado han mantenido un perfil bajo en la calle. Las agresiones a extranjeros se han vuelto menos frecuentes, y los actos públicos, más minoritarios. El mítin central en Atenas de las pasadas elecciones locales apenas reunió a unas 100 personas. Manifestarse a favor de Amanecer Dorado en público se ha vuelto políticamente incorrecto. Sin embargo, el apoyo al partido no se ha desplomado, contra el pronóstico de que gran parte del medio millón de votantes se retractaría al descubrir el rostro real de la formación ultra. Al contrario, en las elecciones europeas creció ligeramente –frente al descenso de otros formaciones– y alcanzó el 9,4% del voto, constituyéndose en tercera fuerza política.
Kasidiaris, el candidato a la alcaldía de Atenas que posaba esposado en carteles y panfletos, obtuvo el apoyo del 16% de los votantes. Según las últimas encuestas de intención de voto, la formación mantiene su tercer puesto, situándose ahora entre el 6,5 y el 8,7%.
Según las encuestas de 2012, el 29% de los electores del partido señala como su principal motivación “protesta, desesperación y deseo de castigar al sistema político”, seguida por el rechazo a los inmigrantes y el sentimiento nacionalista. El votante medio –un joven precario o parado– se perfila señalando a un grupo de población para el que el atractivo del partido reside precisamente en su agresividad. “Amanecer Dorado está ahora en standby”, escribe Dimitris Psarrás, periodista experto en la formación. “Pero hay que afrontar las opiniones estereotipadas que han envenenado a gran parte de la población bajo la forma del racismo, la xenofobia y el nacionalismo. Y esto no lo pueden hacer las fuerzas políticas que nos condujeron al círculo vicioso de crisis económica y medidas de austeridad extremas”.