Alexandre Benalla, uno de los jefes de seguridad del presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha sido identificado por las autoridades como el autor de una serie de agresiones contra un manifestante en las protestas que tuvieron lugar el pasado 1 de mayo en París. Benalla, que aparece en un vídeo golpeando a un estudiante durante la manifestación, no sólo agredió al joven, sino que se hizo pasar por un policía antidisturbios con un casco protector sin formar parte del cuerpo.
Fueron militantes del partido Francia Insumisa, liderado por Jean Luc Mélechon, los que grabaron el vídeo del escándalo y lo publicaron a través de sus redes sociales el mismo día que tuvo lugar. No obstante, por aquel entonces lo denunciaron como un caso de violencia policial, ya que no reconocieron a Benalla y creyeron que se trataba de un policía real.
La Fiscalía de París ha abierto una investigación preliminar por las agresiones contra manifestantes del guardaespaldas de Macron, según fuentes citadas por la agencia Efe. La investigación se refiere a los presuntos “actos de violencia por parte de una persona en comisión de servicio público”, “usurpación de función” y “usurpación de signos reservados a la autoridad pública” cometidos por Alexandre Benalla, encargado hasta ahora de la seguridad en los viajes del presidente de la República francesa.
La identificación de Benalla, que se ha hecho pública este jueves gracias al diario galo Le Monde, ha causado toda una tormenta política alrededor de Macron, que ha recibido críticas hasta dentro de su propio partido por adoptar una postura hacia su guardaespaldas que muchos consideran “insuficiente”.
La Presidencia francesa se ha limitado a sancionar a Benalla con una suspensión de empleo y sueldo de quince días, antes de ser cesado como responsable de la seguridad de los viajes de Macron, lo que ha provocado un aluvión de críticas por parte de las fuerzas opositoras.
No obstante, el primer ministro, Edouard Phillipe, ha defendido la actuación del presidente, alegando que Benalla ha recibido “la mayor sanción nunca contra un jefe de misión” y ha afirmado que están “determinados” a que la investigación preliminar abierta esta mañana por la Fiscalía de París aclare la situación.
Philippe ha reaccionado así a los reproches de la oposición en la sesión de control al Gobierno en el Senado, sobre todo porque el Elíseo ya tenía conocimiento de los hechos antes de que se hicieran públicos y no lo comunicó a la Justicia. El primer ministro ha recalcado que en la acción policial del 1 de mayo, el guardaespaldas de Macron estaba sólo como “invitado” de las fuerzas del orden y “en ningún caso en una misión que se le había confiado”.
Por su parte, el ministro del Interior, Gérard Collomb, se ha mostrado mucho más crítico y ha señalado que tanto Benalla como Vincent Crase, un responsable de la seguridad del partido del presidente habían sido “autorizados” para asistir a la manifestación del 1 de mayo como “observadores” pero “no tenían ninguna legitimidad para intervenir”.
Collomb ha condenado “sin ambigüedad un acto inadmisible” que “perjudica” la acción de los antidisturbios, y por eso dijo que ha encargado una investigación interna a la Policía Nacional. Además de que Benalla llevaba un brazalete y un casco de policía sin serlo, el resto de los agentes le dejaron golpear a un manifestante sin reaccionar.
“Un pesado silencio” dentro del partido de Macron
“Siento un pesado silencio” ha asegurado un diputado de la República en Marcha al diario francés Le Monde al ser preguntado sobre el caso Benalla y la reacción del presidente.
Según el citado diario, los diputados afines a Macron guardan silencio sobre el asunto y cuando hacen comentarios, lo hacen de forma anónima. “No voy ha hacer ningún comentario, el Elíseo ya ha reaccionado”, ha apuntado el portavoz de la República en Marcha tras la sesión de la cámara. “Estamos estupefactos”. “¿Cuánto tiempo necesitamos para partirle la cara? ¿Un segundo y medio? Para despedirle tardaríamos lo mismo”, dicen algunos de los diputados de Macron a las puertas del parlamento preguntados por Le Monde.
Solo uno de ellos habla públicamente de lo sucedido. “Después de comportarse así, desde mi punto de vista, no se puede seguir trabajando junto al Presidente de la República”, ha asegurado el diputado Laurent Saint-Martin.
Por su parte, Mélechon ha reclamado en el Senado que el presidente tiene que dar explicaciones para aclarar si tuvo algo que ver con la presencia de Benalla en el incidente y si estaba o no al corriente antes de que se hiciese pública la identificación del jefe de seguridad este jueves.
Una de las críticas más duras ha tenido lugar por parte del diputado Eric Coquerel, también de Francia Insumisa, que se ha preguntado cómo es posible que el presidente, pese a haber estado al corriente del incidente, se limitara a la suspensión durante quince días de ese colaborador.
“Es una historia bastante increíble. ¿Desde cuándo puede alguien mezclarse con los policías y dar puñetazos? ¿Por qué los policías le dejaron hacer y por qué no se ha recurrido a la justicia?”, se ha quejado Coquerel.