Un tribunal alemán ha condenado este jueves a cadena perpetua por torturas al antiguo alto mando de los servicios secretos sirios Anwar Raslan, procesado en el primer juicio internacional contra presuntos responsables de crímenes del Gobierno del presidente Bashar al Asad.
El juicio, que comenzó en abril de 2020, se celebró en Coblenza, sur del país, basado en el principio de justicia universal, al que Alemania se adhirió en 2002. Se trata de un proceso que puede sentar precedente para la rendición de cuentas que demandan gobiernos y activistas por los crímenes cometidos por el régimen sirio durante la guerra civil.
La acusación contra Raslan, excoronel de los servicios de inteligencia, se debe a crímenes contra la humanidad cometidos durante los primeros años del conflicto, antes de que desertara en 2012. Raslan trabajaba entonces para la inteligencia militar, presuntamente como director de una unidad de investigación dentro de la tristemente célebre Sección 251, que tenía su propia prisión. Según la acusación, el excoronel supervisó allí durante 16 meses su particular reino del terror, con torturas que incluían descargas eléctricas, palizas y agresiones sexuales. En el registro de detención se dice que más de 4.000 personas fueron torturadas allí durante esos meses y que 58 detenidos murieron.
Raslan pensaba que su decisión de desertar en 2012 le protegería. Había dejado Siria unos meses después de la masacre en el bastión opositor de Hula, su lugar de origen. Primero fue a Jordania y luego a Turquía, donde se unió a los opositores. Después pidió asilo en Alemania.
No ocultaba su trabajo para los servicios de inteligencia del régimen, asumiendo que había quedado en el pasado. En 2015 incluso pidió ayuda a la policía alemana, convencido de que lo seguían agentes del régimen sirio. La policía no encontró ningún indicio de que así fuera, pero en 2017 pidieron a Raslan que testificara en una investigación por crímenes de guerra sirios. Fue esa participación la que motivó que los investigadores empezaran a indagar en lo que había hecho el propio Raslan. En 2019 lo detuvieron acusado de crímenes de lesa humanidad.