La corte más alta de Reino Unido, el Tribunal Supremo, ha dictaminado por unanimidad que el Parlamento escocés no es competente para legislar sobre un nuevo referéndum de independencia sin el consentimiento del Gobierno de Londres.
El presidente de la corte, Robert Reed, ha concluido este miércoles que el proyecto de ley de referéndum propuesto por el Gobierno escocés está relacionado con un asunto reservado al Parlamento británico, como la Unión entre Escocia e Inglaterra, y está fuera de la competencia legislativa del Parlamento escocés.
En la consulta de 2014, que fue consensuada, la permanencia en Reino Unido se impuso por 55% a 45% . El Ejecutivo regional dirigido por el nacionalista Partido Nacional Escocés (SNP) aspiraba a organizar otro referéndum el 19 de octubre de 2023 y, ante la negativa de Londres, quería saber si está o no fuera de sus competencias.
“Aunque estoy decepcionada, respeto la decisión del Tribunal Supremo”, ha dicho en Twitter la ministra principal escocesa, Nicola Sturgeon. “No hace la ley, solo la interpreta. Una ley que no permite a Escocia elegir nuestro propio futuro sin el consentimiento de Westminster expone como un mito cualquier noción de Reino Unido como una asociación voluntaria”.
Sturgeon ha opinado que la sentencia de este miércoles “bloquea una vía para que se oiga la voz de Escocia sobre la independencia”. “Pero en una democracia nuestra voz no puede y no será silenciada”.
En una larga rueda de prensa posterior, la líder escocesa ha dicho que el Gobierno británico todavía podría decidir permitir una consulta, pero también ha asegurado que hay una “oportunidad” de que las próximas elecciones generales sirvan como una votación de facto sobre la independencia. “Las próximas elecciones nacionales previstas para Escocia son las elecciones generales de Reino Unido, lo que hace que sea la primera y más obvia oportunidad para buscar lo que yo describo como un referéndum de facto”.
Sturgeon ha dicho también que ningún partido puede decirle a la gente sobre qué base debe emitir su voto y ha asegurado que pedirá al partido que celebre un congreso extraordinario el próximo año para debatir los detalles sobre la propuesta que se presentará a los votantes. “Debemos encontrar y encontraremos otro medio democrático y legal para que los escoceses expresen su voluntad”.
Entre sus argumentos para celebrar una nueva consulta, Sturgeon ha defendido que el Brexit ha cambiado las condiciones en las que los escoceses decidieron seguir formando parte de Reino Unido –en 2016, una clara mayoría en Escocia votó a favor de permanecer en la UE–.
En un comunicado, el ministro del Gobierno británico para Escocia, Alister Jack, ha acogido con satisfacción el fallo del Supremo. “Los escoceses quieren que sus dos gobiernos concentren toda la atención y los recursos en los asuntos que más les importan”, dice.
“Consecuencias políticas importantes”
En la introducción del proyecto de ley, el pasado verano, la abogada general de Escocia, Dorothy Bain, admitió “no tener el necesario nivel de seguridad” de que fuera competencia del Parlamento escocés, y por ello se remitió el caso a la más alta instancia judicial del reino.
Bain había argumentado que cualquier referéndum sería “consultivo” y no tendría ningún efecto legal en la unión. El Gobierno de Reino Unido argumentó lo contrario, que toda la elaboración de leyes constitucionales está reservada a Westminster.
En su exposición, Reed ha dicho que el efecto de un referéndum “no está restringido a sus consecuencias legales, sino que puede incluir sus consecuencias prácticas”. El Supremo cree que la consulta del Gobierno de Sturgeon “tendría consecuencias políticas importantes” y “reforzaría o debilitaría la fortaleza democrática de la Unión y apoyaría o socavaría las credenciales democráticas del movimiento independentista”.
Están previstas concentraciones por toda Escocia, las principales de ellas en Edimburgo a las puertas del Parlamento y Glasgow.
Los sondeos muestran una sociedad dividida por la mitad (49% a favor de la independencia por un 51% en contra, según YouGov), con posiciones más estrechas que en el resultado de 2014 (45% a 55%).
Emily Gray, jefa de encuestas de Ipsos Scotland, ha asegurado a la BBC que la cuestión de la independencia de Escocia “no va a desaparecer”.
“Lo que hemos visto en la opinión pública es que las encuestas no se han movido realmente este año, por lo que la población escocesa está dividida por la mitad sobre la independencia”, ha dicho. “Desde el punto de vista de la opinión pública, cuando hemos hecho encuestas sobre esto recientemente, la única vía que una clara mayoría ve como legítima es un referéndum que tanto el Gobierno escocés como el de Reino Unido hayan acordado”.