El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, tendrá que pagar cinco millones de dólares a la columnista E. Jean Carroll, dos millones por el “abuso sexual” producido en 1996 y tres por “difamación”, al haberlo negado en los años posteriores. Así lo ha dictaminado este martes un jurado del tribunal federal de Manhattan, que, después de escuchar los argumentos de la fiscalía y la defensa, finalmente ha descartado el delito de violación.
El jurado neoyorquino, que ha comenzado a deliberar poco antes del mediodía, ha alcanzado el veredicto en tiempo récord, unas tres horas más tarde. Carroll había acusado a Trump de haberla violado en el probador de unos grandes almacenes en la década de 1990. La escritora mantuvo en silencio la agresión, hasta que en 2019 publicó un libro denunciando al expresidente por violación y, después de que Trump lo negara, lo acusó ante el tribunal de Manhattan de violación y difamación.
Es la primera vez que un expresidente de EEUU es condenado por abuso sexual. Al tratarse de un juicio civil, la única sanción legal a la que se enfrentará Trump es económica. De este modo, el jurado, compuesto por tres mujeres y seis hombres, ha dado, en parte, la razón a Carroll, que describió durante tres días la agresión sexual de Trump, mientras era acusada por los abogados de Trump de “buscar la fama”.
“Estoy aquí porque Donald Trump me violó y, cuando escribí sobre ello, dijo que no había ocurrido. Mintió y destrozó mi reputación y estoy aquí para intentar recuperar mi vida”, declaró al inicio de su testimonio.
Por aquel entonces, Carroll presentaba en televisión el programa Pregúntale a E. Jean, donde daba consejos sentimentales y sexuales. “Hola, tú eres la mujer de los consejos”, le dijo Trump, según relata Carroll. “Hola, tú eres el magnate inmobiliario”, contestó ella. Entonces, el empresario se la habría llevado a diferentes secciones de la tienda, hasta que llegó a la sección de lencería y le pidió que se probase un body. Ahí, la empujó contra la pared, golpeando su cabeza, le metió mano, le bajo las medias y la violó, según la versión que dio el miércoles la columnista.
El abogado de Tump, Joseph Tacopina, intentó desacreditar su testimonio y demostrar que todo era mentira y que la escritora actuaba motivada por el interés propio, la fama y el dinero. Tacopina le preguntó por la “supuesta” violación, a lo que Carroll contestó: “No es 'supuesta', fui violada”. Entre los argumentos del abogado estaba que la demandante declaró no haber chillado durante la violación. “Esta es la cuestión: tenía demasiado pánico como para gritar”, respondió Carroll, “se lo estoy diciendo: me violó, chillara o no”. Sin embargo, el jurado no ha dado por buena la versión de la defensa.
El expresidente tacha de “vergüenza” y “caza de brujas” el juicio
Durante todo el juicio, que ha estado marcado por la rapidez, Trump no ha comparecido ni su defensa ha llamado a ningún testigo, ya que aseguraba que las pruebas no eran suficientes para condenarlo. La demandante, que no se atrevió a contar públicamente lo sucedido hasta 23 años más tarde, inspirada por el movimiento MeeToo en 2019, obtuvo una respuesta de Trump en redes sociales que el jurado ha considerado que constituye el delito de difamación.
Concretamente, en octubre de 2022 el magnate publicó en su red social, la plataforma Truth Social, que las acusaciones de Carroll eran una “mentira” y una “completa estafa”. Siete meses después, ha sido condenado también por estas palabras, y se ha defendido de nuevo a través de Truth Social. Dijo el martes pasado que no se le había permitido hablar o defenderse, cuando fue él mismo quien decidió no hacerlo, y afirmó que no hablaría “hasta después del juicio, pero recurriré el silenciamiento inconstitucional de mi persona, como candidato, sea cual sea el resultado”.
En cambio, por parte de la acusación, sí se utilizaron testigos, que han terminado siendo claves en la resolución del caso. Concretamente, la abogada Roberta Kaplan llamó a 10 testigos, que han logrado convencer al jurado de que Trump abusó sexualmente y dañó la reputación de la escritora.
La respuesta del expresidente no ha tardado en llegar, también a través de Truth Social, y otra vez a modo despectivo y conspiranoico: “No tengo ni idea de quién es esta mujer. Este veredicto es una vergüenza, la continuación de la mayor caza de brujas de todos los tiempos”, ha publicado el magnate, todo en mayúsculas, minutos después de conocerse la noticia.
Por su parte, el equipo de campaña del expresidente ha reconocido que el veredicto podría tener consecuencias de cara a las presidenciales del próximo año, y ha acusado para denunciar una supuesta interferencia electoral: “En jurisdicciones totalmente controladas por el Partido Demócrata, el sistema judicial de nuestra nación se ve comprometido por políticos de la izquierda extremista. Hemos permitido que denuncias falsas y totalmente inventadas de personas perturbadas interfieran en nuestras elecciones, haciendo un daño inmenso”.
Trump, cada vez más acorralado por la justicia
El magnate, que sigue liderando las encuestas, tanto para las primarias de su partido como para la presidencia del país norteamericano, está encadenando este año una serie de derrotas en los tribunales, de las que se está aprovechando para incidir en su discurso victimista. El mes pasado, recibió la primera imputación penal a un presidente -en activo o retirado- por haber falsificado registros documentales para esconder el soborno a la actriz Stormy Daniels en plena campaña electoral, en 2016, sobre una relación que habían mantenido diez años antes.
Además de ese juicio penal, por el que se le acusa de hasta 34 cargos criminales, también es muy probable que pronto se tenga que enfrentar a nuevas acusaciones formales por sus intentos de falsificar el resultado de las elecciones presidenciales de 2020 en Georgia. Además, está siendo investigado por el Departamento de Justicia por su papel -por acción u omisión- en el asalto al Capitolio de 2021. Por los hechos ocurridos ese día, ya se ha condenado al entonces líder y tres otros cabecillas de la organización ultra Proud Boys, a quienes Trump pidió cuatro meses antes que “retrocedieran y esperaran”.