Donald Trump se ha convertido este jueves en el primer expresidente convicto de la historia de Estados Unidos. Los 12 ciudadanos neoyorquinos que conforman el jurado han decidido que Trump es culpable de falsificar el registro de los pagos que hizo a la actriz porno Stormy Daniels a cambio de su silencio. Con una rapidez poco habitual para estos casos (poco más de 11 horas de deliberación), el jurado ha sido capaz de concluir de manera unánime que el magnate es culpable de los 34 delitos, con la agravante de haber violado las leyes de financiación electoral. A la salida del tribunal, Trump ha calificado la decisión de “desgracia”: “Soy un hombre inocente”.
El juez a cargo del caso, Juan M. Merchan, ha dejado a Trump en libertad sin fianza hasta el próximo 11 de julio, cuando hará pública su sentencia. Será entonces cuando se sabrá cuál es la pena que deberá pagar el expresidente por los delitos cometidos. En este juicio, el magnate se enfrenta a una pena de hasta cuatro años de prisión por falsificación documental.
A tan solo cinco meses de las elecciones presidenciales del 5 de noviembre, el veredicto del jurado es un auténtico terremoto dentro del panorama político. “El verdadero veredicto será el cinco de noviembre por parte de la gente, y ellos saben qué ha pasado aquí”, ha dicho Trump a las puertas del edificio de justicia delante de los periodistas. Una sentencia como esta destruiría la candidatura presidencial de cualquier aspirante, pero Trump es Trump y nunca pierde. El expresidente ha sabido convertir el banquillo de los acusados en el escenario para hacer campaña y mostrarse come la víctima de una “caza de brujas”, como él ha dicho en reiteradas ocasiones.
El veredicto por este caso es poco probable que le afecte en las urnas. O al menos esto es lo que muestran las encuestas, la última publicada por el New York Times sigue situando al republicano como el ganador frente a su rival Joe Biden. Así mismo, en una encuesta de la NPR/PBS, dos de cada tres estadounidenses (67%) asegura que una condena de Trump no afectaría a su sentido de voto.
Demostrar la intención de fraude
La fiscalía de Nueva York sentó a Trump en el banquillo de los acusados por falsificar documentalmente el pago de 130.000 dólares a la actriz porno Stormy Daniels. Este pago, que en un principio lo hizo su exabogado Michael Cohen y que después le fue reembolsado bajo una cuantiosa suma de 420.000 dólares, fue registrado en las cuentas como “gastos legales”. Para la fiscalía, era crucial demostrar que Trump había comprado el silencio de Daniels con la intención de adulterar el resultado de las elecciones del 2016, ya que de demostrarse, el magnate también habría incurrido en una violación de la ley de financiación electoral al anotar el pago como “gastos legales” y no gastos de campaña.
El corazón de la acusación era probar que Trump había actuado con intención de fraude. Algo que muchas veces no es fácil de demostrar, y menos con los alegatos finales que presento la defensa el último día de juicio. Todd Blanche, el principal abogado del expresidente, se esmeró en restar la credibilidad del testimonio de Michael Cohen (clave en el caso) a la par que intentaba dibujarlo como la única prueba sobre la que se basa la acusación. Hecho que no era cierto, ya que la fiscalía también presentó pruebas físicas, como las notas de Allen Weisselberg, el entonces director financiero de la Organización Trump, explicando cómo se debía pagar a Cohen por el dinero que desembolsó para comprar el silencio de Daniels.
Por si esto no fuera suficiente, Blanche también intentó demostrar que no hubo intención de fraude cuando se anotó el pago como “gastos legales”. El letrado explicó que dentro de los registros de la Organización Trump todos los pagos que se realizaban a un abogado o buffet de abogados se inscribían como “gastos legales”, por lo que a la hora de registrar el pago a Cohen también se utilizó esa etiqueta. Contrariamente, Cohen había asegurado durante su declaración que Trump le ordenó comprar el silencio de Daniels para “evitar un desastre de campaña” y que fue Weisselberg que le explicó como realizar el pago sin que se pudiera vincular a Trump directamente.
El juicio por el caso Stormy Daniels es el único que ha sido capaz de burlar la estrategia de Trump de posponer los juicios penales que recaen sobre él. Los otros tres casos (el del intento de fraude electoral en Georgia, el de los documentos secretos guardados en Mar-A-Lago y el del intento de asalto al Capitolio) siguen congelados a causa de la estrategia de la defensa de Trump de inundar los tribunales con mociones.
“Nadie está por encima de la ley”
La campaña del presidente estadounidense, Joe Biden, consideró este jueves que el veredicto de un jurado de Nueva York contra el exmandatario republicano Donald Trump muestra que “nadie está por encima de la ley”. En un comunicado, el equipo de Biden afirmó que Trump, su futuro rival en los comicios de noviembre, había “creído erróneamente” que no afrontaría consecuencias por “violar la ley para su beneficio personal”, pero hoy la realidad demostró que no es así.
La propia cuenta de X personal del presidente y candidato a la reelección también se ha hecho eco de la sentencia. “Solo hay una manera de mantener a Donald Trump lejos del despacho oval, en las urnas”, ha asegurado.
Por su parte, destacadas figuras del Partido Republicano han dado su respaldo a Trump y criticado el veredicto del jurado. Uno de los primeros en reaccionar fue el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, firme aliado de Trump, quien declaró en redes sociales que “hoy es un día vergonzoso en la historia de Estados Unidos”.
El líder de la Cámara Baja acusó al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, de utilizar el sistema judicial “como arma” contra Trump y aseguró que “los demócratas no se detendrán ante nada para silenciar la disidencia”.
Para el senador Marco Rubio, de Florida, cuyo nombre figura en la quiniela de posibles vicepresidentes de Trump, el veredicto supone una “burla” al sistema judicial estadounidense. Se ha tratado, dijo, de un “show político” llevado a cabo por un juez “abiertamente” proBiden, que en su opinión demuestra que el bando demócrata hará todo lo que esté en su mano para mantenerse en el poder.
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, quien perdió las primarias republicanas contra Trump y luego le ofreció su respaldo, dijo que el “veredicto representa la culminación de un proceso legal que ha estado sometido a la voluntad política” del fiscal, el juez y el jurado.