Donald Trump es demandado por una presunta violación a una escritora hace 30 años en Nueva York

EFE

Nueva York —
24 de noviembre de 2022 16:47 h

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La columnista E. Jean Carroll, que ha acusado públicamente al expresidente Donald Trump de violarla hace casi 30 años, interpuso este jueves una denuncia por la vía civil en un tribunal de Nueva York tras abrirse un periodo especial en el estado para buscar justicia por delitos sexuales que habían prescrito.

Carroll se ha acogido a la Ley de Supervivientes Adultos de Nueva York, que ha entrado hoy en vigor, y pide someter al exmandatario a un juicio con jurado por un delito de lesiones relacionadas con una “violación y tocamiento a la fuerza”. La escritora también solicita que le compense por los daños con una cantidad sin determinar, según la denuncia revisada por EFE.

La escritora, de 78 años, ya mantiene una batalla legal por difamación contra Trump, de 76, después de que este negara haberla violado y hubiera pronunciado “falsas acusaciones” y comentarios sobre ella, algunos sobre su aspecto, primero cuando publicó su relato en un libro y en un artículo de una revista, en 2019, y de nuevo este año. La nueva denuncia incluye ese delito de difamación y solicita que se Trump se retracte.

Carroll ha publicado en Twitter un enlace a la nueva demanda con un mensaje en el que afirma que quizás “arruine el Día de Acción de Gracias del expresidente, pero será útil para toda mujer que ha sido agarrada, manoseada, acosada, pellizcada, empujada, agredida, desprestigiada o arrastrada por el barro por un hombre poderoso”.

Silencio hasta el movimiento “Me too”

“Hace unos 27 años, unas bromas juguetonas en los grandes almacenes de lujo Bergdorf Goodman en la Quinta Avenida de Nueva York dieron un giro oscuro, cuando el acusado Donald J. Trump interceptó a la denunciante E. Jean Carroll, la forzó contra la pared de un probador, la bloqueó en el sitio con el hombro y la violó”, comienza el documento.

La denuncia detalla el relato de la escritora, que tenía 52 años en el momento de la presunta violación, y cómo después se lo contó a dos amigas que eran periodistas, se culpó por lo sucedido, decidió no acudir a la policía por temor al poder del magnate y al rechazo social por ser una “víctima”, y guardó silencio hasta que estalló el movimiento “Me Too”.

Asimismo, Carroll revela que pensó en acusar a Trump en 2016, cuando vio que otras mujeres denunciaban hechos similares por parte del entonces candidato a la Casa Blanca, pero no lo hizo por respeto a su madre, una política republicana a la que le quedaban meses de vida, y la posibilidad de que su relato favoreciera una imagen de “macho” entre sus seguidores.

El documento destaca que Carroll ha sufrido como consecuencia unos perjuicios psicológicos y económicos duraderos, incluyendo una “pérdida de dignidad y autoestima”, no ha sido capaz de tener una relación romántica “desde el día en que Trump la violó”, no ha “tenido sexo con nadie desde ese periodo” y le ha resultado difícil “confiar en los hombres”.

Cambio legal con consecuencias

La Ley de Supervivientes Adultos de Nueva York permitirá durante un año denunciar violaciones y otras agresiones sexuales -que suelen prescribir en 5 años- sufridas por personas mayores de 18 años, sin importar el tiempo transcurrido, y se espera que llegue una avalancha de denuncias de víctimas a las que les faltó tiempo en el pasado.

Según medios locales, unas 750 mujeres planean denunciar al Departamento de Correcciones del estado por abusos sexuales sufridos mientras estaban entre rejas, mientras que también se anticipan casos relacionados con Jeffrey Epstein y el ginecólogo condenado por abusos a pacientes Robert Hadden.

Nueva York aprobó en 2019 una ley similar que abrió un periodo especial para víctimas que sufrieron abuso sexual cuando eran menores de edad y que inundó los tribunales con unas 11.000 denuncias, muchas de ellas contra la Iglesia católica y los Boy Scouts, así como una contra el príncipe Andrés de Inglaterra.

La mayoría de estados del país ha impulsado legislación de ese tipo para víctimas infantiles, con la excepción del vecino estado de Nueva Jersey, que en 2019 abrió una ventana legal que incluía también a víctimas adultas.