El equipo médico que trata al presidente estadounidense Donald Trump, que fue trasladado al centro médico militar Walter Reed tras ser diagnosticado con COVID-19, aseguró este sábado que el mandatario ya no tiene fiebre, no necesita oxígeno, está trabajando y evoluciona “muy bien”.
El doctor del presidente, Sean Conley, dijo en rueda de prensa que Trump mantiene una terapia del antiviral Remdesivir de cinco días y que irán decidiendo sobre la marcha si es necesario que siga recibiendo tratamiento y vigilancia en el hospital militar de Walter Reed, a las afueras de Washington, donde fue ingresado la tarde de ayer, o puede regresar a la Casa Blanca.
El mandatario tiene un nivel de saturación de oxígeno en sangre del 96% y “todo indica que no necesitará oxígeno”, según Conley, quien estuvo acompañado por el equipo médico y de enfermería que atiende al presidente en la planta presidencial del nosocomio. Conley se negó a detallar si, pese a que no necesitó oxígeno hoy, el mandatario ha tenido que recibirlo desde que comenzó el tratamiento. Del mismo modo, evitó especificar la temperatura de la fiebre moderada que registró el presidente el viernes y pese a que esta mañana no tuvo una temperatura anormal. Sin embargo, una fuente de la agencia de noticias AP señala que al presidente sí que tuvieron que suministrarle oxígeno el viernes en la Casa blanca, antes de ser trasladado al hospital.
El médico también aseguró que el presidente lleva siendo tratados “72 horas” desde su diagnóstico positivo por COVID-19 se hizo público en la madrugada del jueves al viernes. Este desajuste temporal haría pensar que el mandatario mantuvo su agenda el jueves pese a saber que estaba contagiado con la COVID-19. “Estamos extremadamente felices con el progreso que ha experimentado el presidente”, aseguró Conley, quien recordó que los primeros días son esenciales para saber si la enfermedad va a progresar de manera agresiva o puede ser controlada con terapia farmacológica. Conley reveló que el presidente le dijo que cree que “podría salir (del hospital) hoy mismo”, algo que demuestra en su opinión “su buen ánimo”.
No obstante, el jefe de gabinete de Trump, Mark Meadows, ha reconocido que la situación del presidente es más preocupante. Según recogen los medios estadounidenses, ha explicado que pasó por una situación “muy preocupante” este viernes y que las próximas 48 horas serán clave.
Los médicos se están enfocando en vigilar el corazón y los riñones y por el momento la función de esos órganos es normal, mientras que la fatiga y la tos está mejorando, aseguró el equipo médico que atiende a Trump.
Por su parte, el presidente ha publicado un tuit en su cuenta personal en el que reconoce la labor de los médicos. “Han logrado un tremendo progreso en los últimos 6 meses en la lucha contra esta plaga. ¡Con su ayuda, me siento bien!”, afirma.
Horas después, también en su perfil de Twitter, envió un mensaje a través de vídeo a sus seguidores: “Cuando vine aquí, no me encontraba muy bien”, expresa el presidente, “me encuentro mucho mejor ahora. Estamos trabajando duro para volver del todo. Tengo que volver porque todavía tenemos que hacer Estados Unidos grande de nuevo”, dice.
“Vamos a ganar a este coronavirus o como lo quieran llamar”. En el mensaje, Trump expresa que no podía “quedarse encerrado” en la Casa Blanca: “Sin salir, sin poder ir siquiera al Despacho Oval”, señala.
Además se refiere al tratamiento y opina que las terapias experimentales que están probando y las que él está recibiendo son un “milagro que viene de Dios”. Trump también dice que su esposa, Melania Trump, está “llevándolo muy bien”, ya que además, es más joven que él. “Un poquito más (joven)”, añadió el mandatario.
El presidente agradece las muestras de “amor” de los estadounidenses y de los líderes mundiales, así como el “increíble” trabajo del personal del hospital.