El año acaba para el Gobierno estadounidense de Donald Trump inmerso en un cierre parcial administrativo que ha provocado que una cuarta parte de sus funciones queden paralizadas y que el sueldo de unos 800.000 empleados federales haya sido suspendido.
Trump, que ha cancelado sus vacaciones de Navidad y de celebración de Año Nuevo para quedarse en Washington y tratar de solucionar el cierre administrativo, ha culpado a los congresistas demócratas de la paralización parcial de su Administración, que ha llegado este lunes a su décimo día.
El principal escollo para la reapertura del Gobierno estadounidense es la financiación para la seguridad fronteriza del país, que Trump considera que debe incluir 5.000 millones de dólares para la construcción de un muro en la frontera con México.
Sin embargo, los demócratas se han mostrado contrarios a esta iniciativa y solo darían el visto bueno a menos de la mitad de esa cantidad reclamada por el presidente.
En un tuit, Trump ha pedido a los congresistas demócratas que regresen de sus vacaciones para votar a favor de más fondos para la seguridad fronteriza del país en el presupuesto y reactivar así las partes de la Administración que están cerradas.
“Estoy en el Despacho Oval. Demócratas, vuelvan de sus vacaciones ahora y dennos los votos necesarios para la seguridad de la frontera, incluyendo el muro. Ustedes votaron que sí en 2006 y 2013. Uno vez más, sí, pero conmigo al frente. ¡Lo construiré, y rápido!”, ha escrito el presidente.
Asimismo, el mandatario ha recordado que la idea de fortalecer la seguridad fronteriza mediante un muro fue una de sus promesas estrella durante la campaña electoral.
Por otro lado, ha señalado que la construcción “correcta” de un muro en la frontera con México funcionará “casi al 100%” para evitar los flujos de inmigración ilegal y tráfico de drogas que pasan por el sur de EEUU. Trump ha calificado de “increíble” que los demócratas digan que la idea del muro es anticuada y que no funcionará.
“(Los demócratas) dicen que (el muro) es tecnología antigua, pero también lo es la rueda. Ahora dicen que es inmoral, pero mucho más inmoral es que la gente se esté muriendo (al tratar de cruzar la frontera)”, ha cargado Trump en un tuit.
Desde el pasado 22 de diciembre, la Administración estadounidense ha entrado en su tercer cierre parcial después de que la negociación entre republicanos y demócratas en el Congreso llegase a un punto muerto a raíz de la exigencia Trump de que el proyecto de presupuestos incluya una partida de más de 5.000 millones de dólares para el muro fronterizo.
En concreto, la parálisis afecta a agencias de diez departamentos del Ejecutivo, incluyendo Transporte y Justicia; así como a decenas de parques nacionales, que suelen ser una gran atracción turística. El cierre también perjudica a 800.000 de los 2,1 millones de trabajadores federales, que no cobrarán mientras permanezca cerrado el Gobierno y están a expensas de la aprobación de un presupuesto.
Tanto el Gobierno como los congresistas han dado indicios de que el cese de actividades puede prolongarse hasta principios de enero, cuando los demócratas, gracias a su nueva mayoría, asuman el control de la Cámara Baja, lo que les permitiría aprobar una financiación de la Administración sin destinar fondos para el muro anhelado por Trump.
Este es el tercer cierre que afronta Trump desde que llegó al poder a principios de 2017: el primero se produjo en enero de este año, coincidiendo con su primer aniversario en la Casa Blanca, y se alargó durante tres días; mientras que el segundo fue en febrero y duró apenas unas horas.