Las autoridades de Jersón han alertado este martes de que las tropas rusas han lanzado una nueva oleada de ataques sobre esa región al sur del país. “Los rusos están bombardeando masivamente con artillería y misiles”, ha asegurado fuentes policiales al portal Ukrinform.
Según estas mismas fuentes, el objetivo de los ataques serían esta vez los edificios altos e instalaciones energéticas críticas con la intención de provocar “el mayor daño posible” y “causar bajas entre la población civil”.
Varias ciudades ucranianas quedaron este lunes sin suministro eléctrico y agua potable tras un conjunto de ataques contra infraestructuras críticas. Es la octava oleada de ataques desde el pasado octubre.
Las autoridades de Kiev han informado de que aproximadamente la mitad de la población de la capital y de las regiones circundantes se quedarán sin suministro de luz los próximos días.
Ukrenergo, la compañía estatal de energía, ya había comunicado este lunes que se producirían restricciones de emergencia en varias ciudades por los ataques. Entre las afectadas estarían Odesa y Mykolaiv, ambas al sur del país.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha asegurado en un vídeo colgado en su cuenta de Telegram que las defensas antiaéreas ucranianas han logrado derribar gran parte de los misiles lanzados por Rusia.
Atacado con un dron el aeropuerto de Kursk
El aeropuerto de Kursk, en la frontera entre Rusia y Ucrania, también ha sufrido un ataque este madrugada. En este caso, según ha informado el gobernador local, Román Starovoit, se ha tratado de un ataque con dron.
“Como resultado del ataque con un dron se ha incendiado el tanque de almacenamiento de petróleo del aeródromo”, ha explicado el gobernador en Telegram. El ataque no ha dejado heridos.
El aeropuerto de Kursk había sido cerrado para la aviación civil el 24 de febrero, día del inicio de la campaña militar rusa en Ucrania.
Rusia había acusado este lunes a Kiev de haber atacado con drones los aeródromos militares de Riazán y Sarátov. Dos bases de la aviación estratégica rusa y ubicadas a cientos de kilómetros de la frontera ucraniana. Ataques que habrían dejado tres muertos y cuatro heridos, según el Ministerio de Defensa ruso.