Después de meses de preparativos y entrenamiento, Ucrania ha lanzado una contraofensiva para hacer retroceder a las fuerzas rusas y recuperar territorio ocupado, según han informado varios medios occidentales como el Washington Post, el Financial Times y la cadena ABC News. Kiev, que ha dicho repetidas veces que no anunciará el inicio formal de tal operación, permanece en silencio y no lo ha confirmado.
Según recoge el Post citando a cuatro militares ucranianos que hablan de manera anónima, entre ellos oficiales, las tropas de Kiev, incluidas las unidades de ataque especializadas armadas con armas occidentales y entrenadas en tácticas de la OTAN, intensificaron sus ataques contra las posiciones de primera línea en el sureste del país este miércoles por la noche “comenzando un impulso significativo en el territorio ocupado por Rusia”. La cadena estadounidense ABC News también ha informado con referencia a dos fuentes ucranianas, una de ellas cercana al presidente Volodímir Zelenski, de que la fase activa de la contraofensiva ya está en marcha.
Preguntado por estas revelaciones, un portavoz del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas de Ucrania ha dicho a Reuters: “No tenemos tal información”.
El Financial Times (FT) informa de que Kiev ha lanzado carros de combate de fabricación alemana contra las posiciones rusas en el sureste en “los primeros asaltos fuertemente blindados de su ampliamente esperada contraofensiva”. Cita a dos miembros del Ejército, dos cargos occidentales en Kiev y analistas militares que dicen que los movimientos son una clara señal de que la ofensiva de verano de Ucrania ha comenzado en serio.
El FT recoge declaraciones de Michael Kofman, un destacado experto en el Ejército ruso, que sostiene que, según las acciones de este miércoles y los sistemas occidentales empleados, “parece que la ofensiva ucraniana está en marcha” y explica que los combates se están produciendo, aparentemente, “a lo largo del eje de Tokmak”, una ciudad estratégica en la región de Zaporiyia.
Buena parte de los expertos militares han sostenido hasta ahora que el impulso principal de la contraofensiva ucraniana estará precisamente en el sur, donde muchos han apuntado que las fuerzas ucranianas pueden tratar de atravesar el “corredor terrestre” entre Rusia y la anexionada península de Crimea, avanzando a través de Zaporiyia, parcialmente controlada por Moscú, hacia la ciudad ocupada de Melitópol y el mar de Azov. De tener éxito, han explicado varias voces, podría dividir a las tropas rusas en dos mitades y cortar las líneas de suministro más al oeste, en dirección a Crimea.
Este jueves, la viceministra de Defensa, Hanna Maliar, ha explicado que Rusia “está a la defensiva” en Oríjiv, en Zaporiyia. También ha informado de que los combates continúan en varios puntos de Donetsk, como Bajmut –cuya captura se atribuyó Rusia en mayo– y la zona de Velyka Novosilka, que se encuentra al este de Zaporiyia y a 120 kilómetros al norte de Berdiansk, un puerto clave en el mar de Azov y parte del “corredor terrestre” entre Rusia y Crimea.
El ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, ha dicho que las fuerzas armadas ucranianas han intentado romper las defensas rusas con 150 vehículos blindados en dirección a Zaporiyia, pero, asegura, fueron detenidas. “Como resultado de una batalla de dos horas, el enemigo perdió 30 tanques, 11 vehículos de combate de infantería y hasta 350 efectivos”, ha dicho. Estas afirmaciones no han sido comprobadas de manera independiente.
Un alto cargo estadounidense ha dicho al New York Times que el ataque parece ser el eje principal de la esperada contraofensiva ucraniana. Este jueves por la mañana. Este jueves, el Ministerio de Defensa británico informó de que se están produciendo intensos combates en “múltiples sectores del frente”, y agregó que Kiev tiene la iniciativa en la mayoría de las áreas. Las informaciones sobre los combates en Zaporiyia llegan mientras el país se recupera de las extensas inundaciones causadas por la destrucción de la importante presa de Kajovka en Jersón.
Preparación y silencio
Durante meses, los líderes políticos y militares de Ucrania han dicho que están preparando una contraofensiva contra las fuerzas rusas con vistas a la llegada del tiempo más cálido tras el invierno y la consiguiente mejora de las condiciones del campo de batalla para el movimiento de tropas y equipos, y el despliegue de armas occidentales más avanzadas.
Kiev ha insistido en que no anunciará oficialmente el inicio de la contraofensiva, en línea con lo que ha ocurrido en anteriores operaciones de esta índole, aplica un régimen de silencio por secreto operativo y se ha negado a revelar los detalles, como la dirección (o las direcciones) hacia la que pretende avanzar o el calendario.
La anunciada contraofensiva ha sido objetivo en todo este tiempo de una intensa especulación, que aumentó el pasado lunes, cuando distintas informaciones apuntaron a que las fuerzas ucranianas estaban intensificando sus ataques en varios puntos del este del país. El Ministerio de Defensa de Rusia dijo que frustró una “ofensiva a gran escala” en cinco puntos del sur de la región de Donetsk, una de las dos que integran el Donbás, al este de Ucrania. Paralelamente, uno de los líderes prorrusos de la región ucraniana parcialmente ocupada de Zaporiyia aseguró que el Ejército ucraniano estaba intentando avanzar en esta zona.
En declaraciones a Reuters, Oleksiy Danilov, secretario del Consejo de Defensa y Seguridad Nacional de Ucrania, rechazó las declaraciones rusas de que la contraofensiva ya comenzó. “Todo esto no es cierto. Cuando todo esto comience, lo decidirán nuestros militares (...). Cuando empecemos la contraofensiva, todos lo sabrán, lo verán”.
Algunos analistas occidentales señalaron tras las informaciones del lunes que los combates habían aumentado en la línea del frente, aseguraban que era demasiado pronto para decir con certeza si la contraofensiva ucraniana había comenzado o no. Algunas voces expertas han advertido de que puede ser difícil identificar el inicio exacto y la confusión ha reinado en muchas ocasiones.
El think tank Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW) sostuvo el lunes que rusos y ucranianos estaban dando señales del inicio de la contraofensiva ucraniana, pero, aunque sus investigadores observaron un aumento de la actividad de combate en diferentes sectores de la línea del frente, no especularon sobre la intención, el peso o el objetivo de las operaciones de contraofensiva ucranianas. “Una operación de contraofensiva exitosa puede llevar días, semanas o incluso meses antes de que su resultado quede totalmente claro”, añadió el ISW.
En un podcast grabado este miércoles, Kofman afirmó que “es justo decir que la ofensiva ucraniana comenzó hace unos días y que estamos en sus primeras fases”. “Creo que estamos más allá de lo que la gente llamaba de antemano operaciones de configuración. Y no creo que se trate de una especie de ataques de reconocimiento y fuerza o simplemente de sondeo. Creo que ha habido una serie de operaciones ucranianas entre Vuhledar y Velyka Novosilka que son acciones a nivel de brigada en esa parte del frente. No está muy claro lo que está pasando en Zaporiyia, pero ha habido indicios de que hay mucho más lucha y mucho más tipo de actividad intensificada a lo largo de la línea del frente allí también”. Y luego, por separado, indica, “ha habido un contraataque ucraniano en curso alrededor de Bajmut”.
Las autoridades ucranianas llevan días diciendo que su Ejército está preparado para iniciar operaciones de contraofensiva. El presidente Volodímir Zelenski dijo en una entrevista con el Wall Street Journal publicada este fin de semana que Ucrania está lista, y al mismo tiempo destacó que llevará algún tiempo y tendrá un alto coste.
Las autoridades ucranianas han tratado de rebajar públicamente las expectativas de éxito de la operación para recuperar territorio. Como telón de fondo está el hecho de que Kiev quiere demostrar que su Ejército no está agotado tras más de un año de guerra y que las armas y el equipo que ha recibido de Occidente, entre ellos tanques, pueden ayudar a lograr avances significativos en el campo de batalla.
Durante meses, las fuerzas rusas han fortalecido sus defensas a lo largo de cientos kilómetros de la línea de frente con zanjas antivehículos, barreras como dientes de dragón, minas y trincheras.