Ucrania, a medio camino entre Rusia y Europa, se ha convertido en la zona cero de la batalla geopolítica por la vacuna. Mientras el Parlamento ha prohibido la vacuna rusa Sputnik V a pesar de la extrema necesidad del país, al que todavía no ha llegado una sola dosis, Moscú envía su preparado a las zonas del este controladas por rebeldes prorrusos.
Con una población de 40 millones, Ucrania tiene previsto recibir 8 millones de dosis de la plataforma solidaria COVAX para países de rentas bajas y medias –cantidad suficiente para vacunar a 4 millones de personas–. También ha negociado un acuerdo de casi 2 millones de dosis con Sinovac, de China, y otros 12 millones de AstraZeneca y Novavax.
“El problema con todas estas previsiones es que no dicen nada sobre cuándo se entregarán las dosis. Con los problemas de producción en Europa, cuesta imaginar que Ucrania pudiese recibir rápidamente millones de dosis”, dice Agathe Demarais, directora de pronósticos globales de The Economist Intelligence Unit y especializada en geopolítica con el foco en Rusia, Irán y Turquía.
Según Demarais, las primeras dosis de COVAX –2,3 millones–, llegarán en la primera mitad del año. Este lunes, la presidenta de la Comisión Europea. Ursula von der Leyen, afirmó: “Además de COVAX, también he pedido a los Estados miembros que donen parte de sus dosis a Ucrania”. El Gobierno del presidente Zelenski asegura que tiene previsto inciar el plan de vacunación este mes.
“La decisión de prohibir la vacuna rusa es una decisión con motivaciones políticas que ilustra el hecho de que Ucrania prefiere morir antes que beneficiarse de la ‘ayuda envenenada' de Rusia”, señala Romain Le Quiniou, cofundador del think tank Euro Creative, especializado en asuntos de Europa Central y Europa del Este. “Ucrania y Rusia están en guerra desde 2014. Una guerra que ha visto la anexión ilegal de Crimea y la muerte de más de 13.000 personas. Al mismo tiempo, buena parte del este de Ucrania está fuera del control de las autoridades, incluyendo las importantes ciudades de Donetsk y Lugansk”.
Los líderes de las zonas rebeldes de Lugansk y Donetsk han confirmado que las primeras dosis de la Sputnik V están llegando al territorio que tienen bajo control. “Gracias a la inestimable asistencia de Rusia, nuestra república tiene la oportunidad de poner en marcha vacunas voluntarias y gratuitas”, dijo Leonid Pasechnik, líder de la autodenominada República Popular de Lugansk. El ministro de Sanidad de Lugansk dijo que las dosis forman parte de un “convoy humanitario” de Rusia, según ha publicado The Moscow Times. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, se ha limitado a decir que “habrá entregas allí”. “La gente ahí necesita realmente la vacuna. Si no la llevamos nosotros, nadie lo hará”.
Del enemigo, ni la vacuna
El pasado 29 de enero, el Parlamento ucraniano aprobó una ley para facilitar la autorización de vacunas contra el coronavirus, pero prohibió de facto la rusa al fijar como condición que la vacuna correspondiente “no se ha desarrollado en un Estado reconocido como agresor”.
Pocos días más tarde se publicaba en la revista médica The Lancet un estudio con resultados preliminares que indica que la Sputnik V tiene una efectividad del 91,8%. Sin embargo, Zelenski puso en duda este lunes la efectividad del preparado y agregó que los ucranianos “no son conejillos de indias”.
Ucrania no ha sido el único en prohibir la vacuna de su archienemigo. Irán, por ejemplo, también ha tomado una medida similar prohibiendo las vacunas estadounidenses y británicas. “La diplomacia de las vacunas está jugando un gran papel en la distribución global de la vacuna contra el coronavirus, destacando el alto grado de politización del proceso.Teherán y Kiev no quieren que parezca que están en una situación tan desesperada que necesitan apoyo de enemigos percibidos”, dice Demarais
Tanto el ministro de Exteriores de Ucrania como el de Sanidad han calificado la vacuna Sputnik V como un arma en “la guerra híbrida [de Rusia] contra Ucrania”. “Entregando vacunas en el Donbás [Donetsk y Lugansk], Rusia intenta retratar al Gobierno central de Ucrania como ineficiente e incapaz de ayudar a su propia población”, dice Le Quiniou. “La estrategia va dirigida tanto a la población del Donbás, que se está beneficiando del programa de vacunas, como a toda la sociedad ucraniana, que está viendo la falta de dosis como un fracaso de sus autoridades”. Demarais coincide: “Rusia quiere profundizar las divisiones internas para aparecer como un salvador en un momento en el que el Gobierno ucraniano tiene dificultades para garantizar dosis”.
“Europa ha perdido”
Le Quiniou sostiene que Ucrania solo es un ejemplo más de la derrota geopolítica de la UE a nivel internacional ante Rusia y China. “La batalla científica se libró hace unos meses y Europa ha perdido. Ninguno de sus Estados miembros ha sido capaz de producir una vacuna líder para el mercado global. Dado a que tiene algunos problemas para asegurar vacunas incluso para sí misma, la UE no ha sido capaz de tomar una posición fuerte en el juego diplomático y geopolítico”, dice. “Tenemos un ejemplo claro en Ucrania y en los Balcanes Occidentales. Sirva de ilustración Serbia, que ha dado prioridad a la vacuna china y rusa y es el país más avanzado en términos de vacunación en la región, mientras otros Estados de la zona siguen esperando la ayuda de la UE”.
Pavlo Kovtoniuk, director del Centro de Economía de la Salud de la Escuela de Economía de Kiev y exviceministro de Sanidad, reconoce en un artículo publicado en el think tank Atlantic Council: “Los Estados de los Balcanes fuera de la UE, Ucrania y Moldavia deben equilibrar su largo compromiso con la integración europea con los aspectos prácticos de la lucha contra la pandemia. Comprensiblemente, la UE se ha centrado en las necesidades de vacunacións de los Estados miembros, pero esto ha dejado a aquellos fuera del club sin más opción que esperar o acudir a China o Rusia”.
“El fracaso inicial de la UE en ayudar a sus vecinos reducirá potencialmente su influencia en la Asociación Oriental [iniciativa de cooperación entre el bloque comunitario y Ucrania, Moldavia, Bielorrusia, Georgia, Azerbaiyán y Armenia] y los Balcanes”, añade Le Quiniou, que sostiene que las pérdidas geopolíticas de la derrota de la UE son “especialmente altas para Ucrania, que cada vez aparece más débil frente a Rusia”.
Este jueves, la OMS y la UE han anunciado un programa de 40 millones de euros en tres años financiado por el bloque comunitario para apoyar el plan de vacunación en los países de la Asociación Oriental. Esta iniciativa es complementaria a COVAX, ha informado la oficina de la OMS en Europa.
“Para algo tan existencial como las vacunas, tener la capacidad de satisfacer las necesidades de países que no están recibiendo mucha ayuda de Occidente es algo enorme”, destaca Demarais.
La analista indica que tanto Rusia como China “están redoblando sus esfuerzos en la diplomacia de vacunas en el mundo emergente, que creen que está en juego tras la retirada gradual de las potencias occidentales”. “Tanto en el caso de Pekín como de Moscú, los acuerdos incluyen levantar plantas por todo el mundo para fabricar la vacuna y la formación de mano de obra local. No estamos hablando de acuerdos comerciales rápidos para suministrar un producto. Tanto Rusia como China están jugando un juego a largo plazo que les dará una ventaja en el futuro para conseguir sus intereses”, afirma. “China ya hace esto con la Iniciativa de la Franja y la Ruta [nueva Ruta de la Seda] y Rusia, en menor medida, lo hace con acuerdos nucleares, especialmente en Oriente Medio. La diplomacia de las vacunas tan solo es otro ladrillo en el edificio”.