La UE desembarca en Kiev para mostrar su apoyo militar mientras los aliados se resisten a enviar aviones
La UE lidera la ayuda a Ucrania con un valor estimado de 50.000 millones de euros y quiere ahora enviar un importante mensaje en términos políticos al celebrar en Kiev una cita de buena parte de los miembros de la Comisión Europea con el Gobierno de Volodímir Zelenski y una cumbre bilateral inédita en un territorio en guerra. La idea de los 27 es mostrar su apoyo no solo en términos políticos y económicos, sino también militares al aprovechar el desembarco para anunciar el refuerzo de la misión de entrenamiento de soldados, aprobar formalmente el desembolso de 500 millones extra para armamento y una operación de desminado.
La reafirmación del compromiso militar de la UE con Ucrania se produce, además, después de que los aliados decidieran, tras arduas negociaciones, dar un paso más al enviar carros de combate a las tropas de Zelenski, pero cuando han surgido resistencias hacia la siguiente petición del presidente ucraniano: los aviones. Aunque se trata de una solicitud desde el inicio de la invasión, el Gobierno ucraniano ha redoblado sus esfuerzos inmediatamente después de lograr la ansiada ‘coalición de los tanques’. Según el portavoz de la Fuerza Aérea de Ucrania, el coronel Yuri Ignat, el país necesita hasta 200 aviones.
Polonia, uno de los principales proveedores de armamento pesado a Ucrania, ha cambiado notablemente el tono en el debate de los aviones respecto a la posición que defendió con los carros de combate. Mientras que fue uno de los grandes elementos de presión a Alemania para autorizar el envío de los Leopard 2 e incluso amenazó con enviarlos aunque no obtuviese el permiso de Berlín; en el caso de los aviones el primer ministro, Mateusz Morawiecki, ha señalado que “cualquier asistencia en términos de aeronaves estará coordinada, implementada y posiblemente transferida junto a otros Estados de la OTAN”. “Actuaremos con completa coordinación aquí”, ha asegurado sin mostrar claramente su posición. Al inicio de la guerra, Polonia ofreció transferir sus cazabombarderos MiG-29 a Ucrania en coordinación con EEUU, pero la propuesta no prosperó.
Por su parte, el presidente estadounidense, Joe Biden, rechazó este martes la posibilidad de entregar aviones F-16 a Kiev. Yuriy Sak, asesor del ministro de Defensa ucraniano, Olexiy Reznikov, ha dicho a EFE que el Ministerio no puede comentar las declaraciones de sus socios, pero ha indicado que el Ministerio espera que las declaraciones de Joe Biden sean “una posición temporal que cambiaría con el tiempo”.
El primer ministro británico, Rishi Sunak, también ha desestimado este miércoles la opción de los aviones. “Dada la complejidad y el tiempo requerido de formación para los cazas británicos, no pensamos que sea práctico enviarlos”. Reino Unido es el segundo país en asistencia militar a Ucrania por detrás de EEUU y fue uno de los que abrió el camino con los carros de combate al anunciar el envío de sus tanques Challenger 2 y al apelar a Alemania a hacer lo mismo.
En el caso alemán, reticente hasta el último momento con los tanques, el canciller Olaf Scholz ha sido contundente: “No habrá entrega de cazas a Ucrania. Esto se dejó claro muy pronto, incluso por el presidente de EEUU. Esta posición no ha cambiado y no cambiará”. Incluso el vicecanciller y ministro de Economía alemán, Robert Habeck, de los Verdes –que fueron mucho más favorables al envío de los carros de combate que su socio mayoritario de coalición, el SPD de Scholz–, se ha mostrado contrario: “Hay una diferencia entre tanques y aviones de combate”, ha señalado.
El ministro de Defensa francés, Sébastien Lecornu, y el presidente Emmanuel Macron se han reunido este miércoles con el ministro de Defensa ucraniano, Oleksii Reznikov. Lecornu ha reconocido que su homólogo le ha pedido aviones, a lo que ha contestado que “no hay tabúes”. La posición es similar a la que expresó Macron hace unos días: “Por definición, no hay nada excluido”.
Los dos ministros han recordado que Francia fue de los primeros en comprometerse a enviar carros blindados ligeros. “De nuevo, tiene que haber un líder [en el envío de aviones] y por eso estoy aquí”, ha dicho Reznikov. “Todas los tipos de asistencia al principio han pasado por la fase del ‘no’. Eso significa ‘no’ a día de hoy”, ha añadido optimista.
“La guerra se ha convertido principalmente en una disputa de artillería porque Ucrania ha negado a Rusia la superioridad aérea. Las armas antiaéreas no son suficientes. La experiencia ucraniana deja claro que para una exitosa estrategia de rechazo aéreo los aviones son parte fundamental, ya que el alcance de los misiles tierra-aire no es suficiente para cubrir todo el espacio aéreo”, ha señalado en Twitter Mykola Bielieskov, investigador del Instituto Nacional de Estudios Estratégicos de Ucrania.
También a nivel comunitario la respuesta ha sido distinta. Mientras que el alto representante, Josep Borrell, defendió con firmeza el envío de tanques, ahora prefiere mantener una posición equidistante consciente de que es un asunto “altamente controvertido” sobre el que varios jefes de gobierno “han dejado clara su posición”. “No está en la agenda por el momento”, afirmó el jefe de la diplomacia europea en vísperas del encuentro de la UE con Ucrania.
Ahora bien, lo que sí aplaude Borrell es el envío de tanques, especialmente los Leopard 2 desbloqueados por Alemania. No obstante, ese nuevo material necesita ser reparado en muchos casos y tardará en llegar, aparte de que se requiere entrenamiento para su uso por parte de las tropas ucranianas.
En el plano económico, en la UE están convencidos de que las sanciones están golpeando a la finanzas rusas dada la caída a la mitad del precio del barril de petróleo hasta los 40 dólares. “Las sanciones están funcionando”, asegura Borrell, que apunta a que se seguirá trabajando en un décimo paquete, aunque reconoce que los objetivos ya son más restringidos: “Tenemos que buscar cosas que sean sancionables porque casi todo se ha hecho ya”. La idea es cortar los vínculos que aún queden entre los aliados y Rusia en materia tecnológica para agotar al máximo su capacidad de explotación de recursos naturales o el funcionamiento de la industria, especialmente la armamentística.
Proceso de adhesión
Pero el apoyo militar no es la única razón del viaje de 15 comisarios a Kiev, donde analizarán con los miembros del Gobierno de Zelenski el proceso de adhesión a la UE. Frente a la rapidez que demanda Ucrania para convertirse en un socio más en Bruselas advierten de que es un proceso largo y tedioso que ningún Estado se puede saltar. “Hay que ser optimista y a la vez realista. Trabajamos para hacerlo en tiempo récord, pero no va a ser mañana. Mañana y pasado mañana vamos a estar hablando todavía de una guerra”, expresa Borrell.
El alto representante apunta, no obstante, a que en la cita de los comisarios con el Gobierno ucraniano responde en buena medida a “profundizar en el proceso de adhesión”, es decir, abordar el punto en el que se encuentra o los requisitos que Ucrania debe cumplir pese a la situación bélica.
Hasta ahora, Zelenski ha conseguido el mayor sprint para incorporarse a la UE. La solicitud formal la hizo el 28 de febrero, cuatro días después de la invasión de Putin, y la Comisión Europea emitió su dictamen el 17 de junio. En él apuntaba a grandes reformas que debe acometer Ucrania para sumarse al club de los 27 en materia judicial, de separación de poderes, de unidad de mercado, de fiscalidad, de reforzamiento del Estado de Derecho o de lucha contra la corrupción, que es uno de los puntos que más preocupa en la UE y que mayor visibilidad está teniendo en las últimas fechas con la expulsión de miembros del Gobierno de Zelenski y nuevas redadas ese mismo miércoles.
“El progreso es evidente a pesar de la guerra”, señalaba Zelenski este martes en referencia al proceso de adhesión. “Estamos preparando las posiciones de Ucrania para las negociaciones con los representantes europeos. Y muy importante: estamos preparando nuevas reformas en Ucrania. Reformas que cambiarán la realidad social, legal y política en muchos aspectos, haciéndola más humana, transparente y efectiva”.
A pesar de que hay una larga lista de mínimos que deben ser alcanzados antes del ingreso con una condicionalidad total, el Consejo Europeo avaló a Ucrania como candidato para entrar en la UE tan solo ocho días después del posicionamiento de la Comisión Europea. Pero el proceso lleva su tiempo y en Bruselas tampoco quieren desairar a aquellos países, como Montenegro, que lleva esperando desde 2012.
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