La UE se moviliza frente a la masacre de Bucha con más sanciones pero sin tocar el gas
20.000 millones de euros. Son los que ha recibido Rusia de la Unión Europea desde el 24 de febrero, día en que el presidente ruso, Vladímir Putin, comenzó la invasión de Ucrania, en compras de combustibles fósiles: 9.600 millones en gas; 9.000 millones en petróleo y 700 millones en carbón, según el contador del Centre for Research on Energy and Clean Air (CREA).
Son 20.000 millones de euros que Rusia habrá utilizado para financiar su invasión de Ucrania, pero que también evidencian la dependencia de la UE, y de algunos países más que otros, de los combustibles fósiles rusos para calentar sus hogares, hacer circular sus vehículos y mantener en funcionamiento sus fábricas.
Y son 20.000 millones que Bruselas ha intentado frenar con la estrategia de buscar proveedores alternativos –como el acuerdo con EEUU para el gas natural licuado– para acelerar en la emancipación de los combustibles rusos; pero que hasta las imágenes de la matanza de Bucha no se han convertido en una herramienta disuasoria para frenar la invasión de Ucrania.
Pero las sanciones energéticas, las primeras sanciones energéticas anunciadas desde el comienzo de la invasión rusa hace ya seis semanas, no afectarán, de momento, al combustible que más dinero genera en Rusia, y del que más depende Alemania: el gas.
Cómo funciona la UE
El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, recordaba este martes en el Parlamento Europeo que la Unión Europea tiene dos pilares, el intergubernamental y el comunitario. Pero lo que no decía Borrell es que, el pilar intergubernamental, los 27 gobiernos de la UE, son los que marcan las directrices. Y esas directrices las marca, en virtud de la regla de la unanimidad, el que menos ambición tiene. Es decir, la UE son los 27 gobiernos, que llegan tan lejos como el que menos lejos quiere llegar.
Y eso está pasando desde el 24 de febrero. Desde que Rusia invadió Ucrania y Alemania no quería ni oír hablar de sacar a bancos rusos del sistema de transacciones Swift, cosa que al final se hizo, por ejemplo. “Alemania ha arrastrado los pies desde el principio”, explican fuentes diplomáticas, y recuerdan lo que le costó paralizar el Nord Stream 2, en cuya cúpula empresarial está el ex canciller alemán Gerhard Schröder, y que prometía suministrar gas ruso a Alemania pasando por el Báltico y eludiendo así el peaje de atravesar Ucrania.
Y ahora es con el gas. Más de 600 millones al día llegan a Rusia a cambio del gas que suministra a la UE. Y no es lo mismo la dependencia alemana o húngara, por ejemplo, que la española o portuguesa. Del mismo modo que las sanciones a los artículos de lujo no tienen el mismo efecto bumerán en todos los países de la UE. Igual que el cierre de los puertos anunciado este martes a los barcos rusos no afecta por igual a los países con costa que a los que no la tienen.
Así, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha anunciado este martes algo inédito en la cascada de sanciones: el embargo energético. Pero lo ha hecho con el combustible menos demandado por una UE que transita hacia las energías verdes a marchas aceleradas y forzadas: el carbón.
“Impondremos una prohibición a la importación de carbón de Rusia, por un valor de 4.000 millones de euros al año”, ha dicho Von der Leyen: “Esto reducirá otra importante fuente de ingresos para Rusia”.
Además, varios países de la UE, entre ellos España, anunciaron la expulsión de diplomáticos rusos de sus territorios como forma de protesta contra las acciones del Ejército ruso. El Gobierno español dijo que 27 personas de la embajada rusa, entre las que no está el embajador, tienen siete días para abandonar España ante “las insoportables imágenes de la matanza de civiles”. Alemania, Francia, Italia o Dinamarca están entre los países europeos que han tomado la misma decisión con la expulsión de más de 200 diplomáticos y otro personal de embajadas rusas en los últimos días. Desde el comienzo de la invasión de Ucrania, al menos 325 funcionarios y empleados de embajadas rusas han sido expulsados de los países donde cumplían sus funciones.
Viaje a Kiev
La presidenta de la Comisión Europea y el jefe de la diplomacia europea visitarán Kiev esta semana para reunirse con el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, en una muestra de apoyo al país, después de que viajara también la presidenta de la Eurocámara, Roberta Metsola. Y Zelenski volverá a insistirles en ampliar las sanciones a las compras de gas, al gigante Gazprom y a los bancos relacionados con el negocio del gas: Gazprombank y Sberbank. El 15 de marzo, los primeros ministros de Polonia, Mateusz Morawiecki; Eslovenia, Janez Jansa; y República Checa, Petr Fiala, se desplazaron juntos a Kiev, donde también se reunieron con Zelenski para mostrar su apoyo a la resistencia ucraniana.
Zelenski ya reclamó a los 27 en el último Consejo Europeo más sanciones comerciales a Rusia, que se acaben esas transferencias millonarias diarias al Kremlin. Es más, reprochó que las sanciones estaban llegando tarde: “Si hubieran sido preventivas, Rusia no habría ido a la guerra. Estamos agradecidos por el bloqueo del Nord Stream 2, pero también llega tarde. Si hubiera sido a tiempo, Rusia no habría creado una crisis del gas. Y ahora estamos preparando la entrada de Ucrania en la Unión Europea. Os pido que no lleguéis tarde, por favor. Estáis viendo que Ucrania debería estar en la UE en un futuro próximo”.
Von der Leyen, este martes, al tiempo que anunciaba el embargo del carbón anunciaba que el del petróleo puede estar en camino: “Esto no es todo. Estamos trabajando en sanciones adicionales, incluidas las importaciones de petróleo”.
Mientras, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, avisa: “Moscú no renuncia a sus ambiciones en Ucrania. En las próximas semanas, esperamos un nuevo impulso ruso en el este y el sur de Ucrania, intentando tomar todo el Donbás y crear un puente terrestre hacia la Crimea ocupada. Esta es una fase crucial de la guerra”.
Francia, en campaña
El enfoque del carbón y el petróleo, con el gas fuera de la mesa, es lo que están defendiendo países como Alemania y Austria, muy dependientes del gas ruso, y Francia, que se encuentra en una campaña electoral en la que el efecto bumerán de cortar con el gas ruso puede lastrar la campaña del presidente, Emmanuel Macron. Así lo explicaba su ministro de Finanzas, Bruno Le Maire, este martes en el Ecofin: “El presidente de la República fue muy claro ayer que en estas sanciones podría estar el sector energético, dejó muy claro que estaba abierto a ampliar las sanciones al carbón y al petróleo. Estamos listos para hacer cumplir las sanciones, y el petróleo y el carbón son una posibilidad, y debemos discutir y construir la unidad en los 27 estados miembros”.
En la misma línea, el ministro de Finanzas alemán, Christian Lindner, decía: “Hay que aumentar aún más la presión sobre Putin sin debilitarnos. Nuestra intención es independizarnos de las importaciones de energía de Rusia lo antes posible, y se debe hacer una distinción entre gas, carbón y petróleo, cada uno de los cuales debe ser visto de manera diferente porque los reemplazos requieren diferentes períodos de tiempo. Hay que prever sanciones severas, pero el gas no se sustituye a corto plazo”.
A los 27 les costó arrancar con las sanciones. A medida que pasaban los días y se intensificaban los bombardeos rusos, la UE iba endureciendo el castigo a Putin. Pero, ahora, se encuentra ante decisiones que sí que pueden agravar aún más los costes para Rusia, como prescindir del gas, pero también para algunos países europeos. Por eso, la UE se moviliza frente a la masacre de Bucha y anuncia más sanciones pero, de momento, sin tocar el gas.
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