Rojo oscuro: la nueva zona que diseña la UE para restringir los viajes “no esenciales” por las mutaciones del coronavirus

Andrés Gil

Corresponsal en Bruselas —
21 de enero de 2021 19:41 h

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Las mutaciones cada vez preocupan más. Lo ha dicho la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, este jueves al mediodía. Lo ha alertado, horas después, poco antes de que se conectaran a la videoconferencia los líderes de la UE, el centro de control de enfermedades de la UE (ECDC), que ha elevado el nivel de riesgo al máximo y ha pedido que sólo se permitan viajes “esenciales”.

“Estamos convencidos de que hay que mantener las fronteras abiertas, pero las restricciones a viajes no esenciales deben considerarse”, ha dicho el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel. Mientras tanto, países como Portugal y Holanda han comenzado a suspender los vuelos por miedo a las nuevas variantes. Portugal, con Reino Unido; mientras el Gobierno neerlandés mantendrá al menos cuatro semanas la prohibición de vuelos entre Países Bajos y Reino Unido, Suráfrica y todos los países de Suramérica.

Los jefes de Estado y de Gobierno han estado discutiendo este jueves el estado de la pandemia durante algo más de cuatro horas. A lo largo del debate, se fue construyendo una posición en torno a la necesidad de mantener las fronteras abiertas, pero con restricciones a los viajes no esenciales ante el miedo a las nuevas variantes del coronavirus. Una posición que no terminan de compartir los países más dependientes del turismo, que temen perder otra campaña de su principal industria y, por eso, alientan la posibilidad de que los certificados de vacunas puedan equipararse a tests PCR y permitir la libertad de movimientos en la UE.

“Hay que ser cuidadoso con esto”, ha dicho Michel. “Aún no sabemos hasta qué punto son efectivas las vacunas”, ha añadido la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen: “Hay muchas cuestiones abiertas y estamos cada más preocupados con las diferentes variantes del virus”. Von der Leyen también ha dicho que se ha discutido la idea de una nueva zona “roja oscura” en el mapa de coronavirus, donde las tasas de infección son más altas y los viajes no esenciales deben desalentarse seriamente si no restringirse si bien sigue existiendo poca homogeneidad entre los 27 en la recolección de datos.

“Vamos a proponer la definición de zonas rojo oscuro para niveles muy altos de propagación del virus”, ha dicho la presidenta del Ejecutivo comunitario, que el próximo lunes presentará una serie de recomendaciones más severas: “Para viajes en estos países proponemos pruebas negativas a la salida y cuarentena a la llegada. Los viajes no esenciales deben ser fuertemente desaconsejados”.

Con los actuales datos, España es candidata a ingresar en la futura zona “roja oscura”.

En este sentido, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, según Moncloa, ha apostado “por evitar medidas unilaterales para mantener la integridad del mercado único y el espacio Schengen”, y “establecer un certificado de vacunación europeo cuyo potencial uso debe ser coordinado y aprobado por los 27”.

El presidente francés, Emmanuel Macron, ha “reafirmado la necesidad de reforzar la coordinación de los tests y las medidas de cuarentena para los viajeros de terceros países”, según fuentes del Elíseo. Francia ha decidido exigir una prueba de PCR negativa de menos de 72 horas, una cuarentena de 7 días y una segunda prueba al final de la cuarentena para los viajeros de todos los países de fuera de la UE, Reino Unido incluido.

En cuanto a las fronteras interiores, Macron entiende que se requieren “medidas sanitarias más restrictivas al tiempo que se garantiza el correcto funcionamiento del mercado interior”. Así anunció “la introducción de la obligación de presentar una PCR realizada 72 horas antes de la salida para todos los viajeros europeos, excluidos los denominados viajes imprescindibles.. En particular, los trabajadores fronterizos y el transporte terrestre estarán exentos de esta obligación. Estas medidas se aplicarán a partir del domingo 00:00”.

En las horas previas, Alemania, Holanda y Bélgica hicieron presión pública para restringir los movimientos. “Estamos en una fase muy difícil de la pandemia. No debemos ignorar el peligro que representan las mutaciones”, ha afirmado la canciller alemana, Angela Merkel. Merkel dijo esta semana que si no se acuerdan medidas eficaces entre los socios, Alemania podría considerar “restricciones de entrada”.

El primer ministro belga, Alexander de Croo, decía que “las personas que viajan son portadoras del virus. Por tanto, debe ser posible prevenir, de forma temporal y muy selectiva viajes que no sean imprescindibles”.

Los 27 están preocupados por las nuevas variantes, en particular “la británica, la brasileña y la surafricana”, lo cual está afectando a la ya maltrecha libre circulación en la UE. “Mi propio ministro de Justicia escribió el lunes pasado una carta a sus colegas”, explica una fuente del Gobierno holandés, “diciendo que, debido a la muy contagiosa mutación británica de la COVID-19, podríamos tener que tomar más medidas que restrinjan temporalmente la libertad de circulación dentro de la UE. La carta que escribió fue bastante similar al documento no oficial alemán que ha estado circulando. Si esta mutación británica es tan contagiosa, es posible que tengamos que tomar temporalmente algunas medidas adicionales para reducir su velocidad. No podemos detenerlo, pero tenemos que frenarlo. De lo contrario, la presión y la carga de nuestra atención médica, nuestros hospitales, nuestras unidades de cuidados intensivos será demasiado grande”.

En relación con el certificado de vacunación, el consenso fue que debe ser un documento médico y no un documento para viajar en esta etapa.

En cuanto al ritmo de autorización de vacunas, el canciller austriaco, Sebastian Kurz, cargó contra la Agencia Europea del Medicamento: “Estamos trabajando con otros países de la UE para lograr la aprobación más rápida y sin burocracia de AstraZeneca y otras vacunas”.

Sánchez, así mismo, ha planteado, según Moncloa “la necesidad de que todos los países de la UE” sigan “avanzando” en la campaña de vacunación: “En España, la vacunación marcha a buen ritmo y confíamos en alcanzar los objetivos fijados esta semana por la Comisión Europea: para marzo de 2021, un mínimo del 80% de los profesionales sanitarios, de atención social y población con más de 80 años; para verano de 2021, un mínimo del 70% de la población adulta”.

“Los líderes quieren que se acelere la vacunación”, ha dicho Michel: “En este sentido, se deben respetar los compromisos sobre las entregas realizadas por las empresas. Las vacunas deben distribuirse al mismo tiempo y deben hacerse en función de la población de los países”.

Riesgo máximo

Poco antes del comienzo de la reunión, la agencia europea de enfermedades (ECDC) alertaba de que “algunas mutaciones o combinaciones de mutaciones pueden proporcionar al virus una mayor transmisibilidad o la capacidad de evadir la respuesta inmune del huésped”. Así, en su actualización de los niveles de riesgo, el ECDC alerta de las variantes de Reino Unido, Suráfrica, y la de Brasil y Japón al considerarlas “preocupantes por las mutaciones que han provocado un aumento de la transmisibilidad y un deterioro de las situaciones epidemiológicas en las áreas donde se han establecido”.

“Es probable que este aumento de la transmisibilidad conduzca a un mayor número de infecciones”, dice el centro de control de enfermedades: “Esto, a su vez, es probable que conduzca a mayores tasas de hospitalización y muerte en todos los grupos de edad, pero particularmente para aquellos en grupos de mayor edad o con enfermedades adicionales. En consecuencia, se necesitan restricciones más estrictas para reducir la transmisión y aliviar la presión sobre los sistemas de salud. Por lo tanto, se considera que el impacto de la introducción y la difusión comunitaria es alto, y el riesgo general asociado con la introducción y propagación en la comunidad de variantes preocupantes se evalúa como alto/muy alto”.

La agencia europea cree que los Estados miembros deben “aumentar el nivel de vigilancia y secuenciación de una muestra representativa de casos comunitarios de la COVID-1”; deberían “preparar laboratorios para un mayor volumen de tests”; se requiere “una combinación de cumplimiento con medidas restrictivas más estrictas que las vigentes, y una detección de casos reforzada con rastreo de contactos”.

Además de las recomendaciones contra los viajes no esenciales y las restricciones de viaje para las personas infectadas, “deben mantenerse medidas de viaje como los tests y la cuarentena de los viajeros, en particular para los viajeros de áreas con una mayor incidencia de las nuevas variantes”.

Por lo tanto, “los Estados miembros deben preparar sus sistemas sanitarios para una mayor escalada de la demanda debido al aumento de la transmisibilidad de las nuevas variantes preocupantes” y deben “acelerar el ritmo de vacunación de los grupos de alto riesgo, como los ancianos y los trabajadores sanitarios”.