Bruselas, 14 nov (EFE).- Los ministros de Exteriores de la Unión Europea (UE) aprobaron este lunes nuevas sanciones contra 29 personas y 3 entidades de Irán por su implicación en la muerte de la joven Masha Amini y la represión de ciudadanos que protestan por su fallecimiento desde mediados de septiembre.
“Los ministros de Asuntos Exteriores han adoptado nuevas sanciones contra 29 personas y 3 entidades de Irán por su papel en la muerte de Mahsa Amini y la respuesta violenta a las manifestaciones en curso”, informó a través de Twitter la presidencia checa de turno del Consejo de la Unión.
La decisión entrará en vigor tras su publicación en el Diario Oficial de la UE.
A su llegada al Consejo de Exteriores, el jefe de la diplomacia comunitaria, Josep Borrell, avanzó la adopción de este nuevo paquete de medidas restrictivas y advirtió de que Irán se equivocará si responde a ellas.
“Todos los que han sido sancionados toman contramedidas: Rusia lo hizo, China lo hizo, Irán lo hizo. Forma parte del juego. Estamos preparados”, indicó.
La UE ya aprobó una primera ronda de sanciones a mediados de octubre contra once ciudadanos iraníes, entre ellos el jefe de la Policía de la Moral, Mohammad Rostami Cheshmeh Gachi, y cuatro empresas de ese país, a los que considera implicados en la muerte de Amini, que murió en custodia policial tras haber sido arrestada por llevar mal colocado el velo islámico.
Las autoridades judiciales iraníes han acusado ya a más de 2.000 personas de diversos delitos por su participación en las movilizaciones, en las que se pide el fin de la República Islámica, muchas de las cuales se enfrentan a penas de muerte, mientras que el número de muertos asciende a 326, de ellos 43 menores de edad, según el último balance de la ONG Iran Human Rights, con sede en Oslo.
Borrell afirmó que el domingo volvió a hablar con el ministro iraní de Asuntos Exteriores, Hosein Amir Abdolahian, sobre la situación en el país, del acuerdo para que Teherán renuncie a tener armas nucleares que la comunidad internacional intenta reavivar (conocido como JCPOA) y del “apoyo militar de Irán a Rusia, que debe cesar”.
La UE también impuso sanciones recientemente contra Irán tras comprobar que dio drones kamikaze a Rusia con los que Moscú destruye infraestructura civil ucraniana y, según un alto funcionario comunitario, está dispuesta a adoptar más medidas restrictivas si se demuestra que Teherán le está suministrando también misiles balísticos.
Borrell matizó que el JCPOA es una “cuestión diferente”, ya que “trata de que Irán no se convierta en un país nuclear”.
“No va por buen camino, está en un punto muerto, pero el trabajo continúa”, dijo sobre el pacto.
El ministro de Exteriores de Austria, Alexander Schallenberg, apuntó a su llegada al Consejo que “un mal acuerdo es mejor que no tener ninguno, porque la alternativa es una carrera armamentística nuclear en la región del Golfo que no interesa a nadie”.
El titular finlandés, Pekka Haavisto, coincidió en que el JCPOA es un asunto que debe mantenerse “separado” de las razones por las que están imponiendo sanciones a Irán.
Su homólogo luxemburgués, Jean Asselborn, se mostró convencido de que esta ronda de sanciones “no será la última” que la UE apruebe contra Irán.
El ministro irlandés, Simon Coveney, pidió tomar decisiones “de acuerdo a las evidencias”, pero manifestó que “si Irán está suministrando (a Rusia) misiles y drones que están siendo utilizados para atacar a los civiles en Ucrania, tiene que haber una respuesta de la UE en relación con eso”.
El titular rumano, Bogdan Aurescu, solicitó también “pruebas concretas” para nuevas sanciones, pero argumentó que “el hecho de que Irán haya admitido que está entregando drones a Rusia significa que hay un reconocimiento del apoyo y la complicidad con el agresor, y esto tiene que ser tomado muy en serio”.