El jefe humanitario de la ONU, Martin Griffiths, ha confirmado la llegada del segundo convoy de ayuda humanitaria a Gaza, compuesto por 14 camiones, que entraron ayer desde Egipto a la Franja.
“Otro pequeño rayo de esperanza para miles de personas en extrema necesidad de ayuda humanitaria”, ha dicho Griffiths a través de la red social X (antes Twitter), destacando una vez más que los gazatíes “necesitan más, mucho más”.
El sábado pudieron acceder los primeros 20 camiones con suministros básicos a la Franja y este domingo salió de Egipto un segundo convoy, que tuvo problemas para entregar su carga, debido a la guerra en el enclave palestino. Por ello, Griffiths también ha agradecido el papel de “los trabajadores humanitarios del lado palestino que inmediatamente entraron en acción para descargar los bienes, a pesar de los riesgos”.
La agencia de la ONU que trabaja con refugiados palestinos (UNRWA) ha asegurado este lunes que 35 de sus trabajadores han perdido la vida desde el pasado 7 octubre tras los bombardeos israelíes en la Franja. “Estamos sin palabras. No son solo números, sino nuestros compañeros y amigos”, han asegurado a través de X (antes Twitter). Además, recuerdan muchos de estos trabajadores eran profesores en los centros de la UNRWA.
El Ministerio de Sanidad de Gaza ha informado este lunes que más de 5.000 palestinos han muerto en este tipo de bombardeos iniciados el pasado 7 de octubre en respuesta al ataque de Hamás contra Israel. Según esas estimaciones, 2.055 menores han muerto durante los 16 días de bombardeos por parte de Israel sobre la Franja.
El portavoz de las Brigadas de Al-Qassam ha comunicado la liberación de dos rehenes de Gaza después de la mediación de Egipto y de Qatar, según un comunicado a través de Telegram que recoge el medio Al Jazeera. Las dos rehenes son Nurit Yitzhak y Yocheved Levschitz y, según el brazo militar de Hamás, han sido liberadas por “razones sanitarias y humanitarias”.
Además, a través del comunicado, Abu Obaida ha dicho que se trata de dos rehenes a las que trataron de liberar “por razones humanitarias imperiosas y sin pedir nada a cambio” el pasado viernes, pero que Israel se negó a recibirlas. Así lo comunicó Hamás el viernes y lo ha repetido este lunes. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, negó la acusación y lo tachó de “propaganda mentirosa”.
Aun ha habido una confirmación de Israel, ni de su principal aliado, Estados Unidos, acerca de la puesta en libertad de estas dos mujeres.
Conocemos la liberación de Nurit Yitzhak y Yocheved Levschitz después de que el pasado viernes el grupo islamista entregase a una madre y su hija estadounidenses por “razones humanitarias” y tras la mediación de Qatar. Las dos mujeres fueron las primeras rehenes liberadas y fueron recibidas por el ejército israelí en un cuartel en el centro de Israel.
Alrededor de 200 rehenes continúan en Gaza bajo custodia de las Brigadas de Al-Qassam. Según las autoridades palestinas, más de 1200 ciudadanos de Gaza han sido arrestados por las tropas israelíes.
Los responsables de seguridad del Palacio de las Naciones de Ginebra han obligado al eurodiputado Miguel Urbán (Anticapitalistas) a retirar un pañuelo palestino durante su presencia en la novena sesión por un Tratado Vinculante sobre Derechos Humanos para empresas transnacionales.
El parlamentario tenía la bandera en la mesa del escaño y le han pedido que saliese de la sala con la pretensión de expulsarle bajo la premisa de que el pañuelo suponía una “manifestación ideológica”, según explican en su equipo. El eurodiputado se ha quejado con el argumento de que no estaba haciendo ninguna exhibición más allá de un “gesto de solidaridad”, tal y como ha indicado también la embajadora de la Autoridad Palestina ante la institución. Finalmente ha podido entrar sin mostrar la bufanda.
“Lo que ha pasado hoy contra mí, es una muestra de la criminalización a la que se está sometiendo a la resistencia Palestina. Que a un eurodiputado en un espacio institucional donde Palestina está reconocida e interviene activamente, como es en Naciones Unidas, donde ondea la bandera de Palestina, se me pretenda expulsar por mostrar mi apoyo al pueblo palestino, refleja a donde nos quieren llevar las élites occidentales, al enfrentamiento entre pueblos. Mientras tanto, somos millones quienes estamos saliendo a las calles para señalar nuestro apoyo a Palestina frente al Estadio colonial de Israel”, denuncia Urbán.
La semana pasada, los servicios del Parlamento Europeo impidieron al eurodiputado de IU Manu Pineda tomar la palabra desde la tribuna en el pleno de Estrasburgo con la kufiya, el pañuelo palestino.
Informa Irene Castro
A medida que persiste el conflicto entre Israel y Hamás, emerge la división en el seno de la UE. El llamamiento del secretario general de la ONU, António Guterres, para un alto el fuego humanitario ha sido secundado firmemente por países como España o Irlanda, pero genera suspicacias en otros como Alemania o Suecia. No obstante, el alto representante, Josep Borrell, se ha mostrado confiado en que los líderes de los 27 reclamarán una “pausa humanitaria” en línea con lo que defendió la semana pasada el Parlamento Europeo.
“Puedo anticipar que la idea de una pausa humanitaria como algo que facilitaría la entrada de la ayuda humanitaria y que permitiría a las poblaciones desplazadas ponerse a cubierto es algo que los estados miembros han apoyado”, ha dicho Borrell tras una reunión de los ministros de Exteriores en Luxemburgo. Sin embargo, los representantes de países como Alemania, Letonia, República Checa o Suecia han expresado reservas a esa posición. “La cuestión no es sobre un alto el fuego sino cómo hacer llegar la ayuda”, ha dicho el sueco, Tobias Billström, que se ha limitado a los “corredores humanitarios de la ONU”.
El propio Borrell ha reconocido que la petición de una “pausa humanitaria” supone una rebaja de la ambición respecto a un alto el fuego: “En El Cairo -ha dicho sobre la cita de este fin de semana en el que quedaron patentes las discrepancias entre el mundo árabe y Occidente se habló mucho de la necesidad de detener la violencia y, en particular, hacia las víctimas civiles. El secretario general de la ONU habló de un alto el fuego que es ciertamente más que una pausa humanitaria. Una pausa es una pausa, una interrupción de algo que luego continúa. Es un objetivo menos ambicioso que un alto el fuego, que significa un acuerdo entre las partes. Una pausa puede ser acordada de una manera más rápida”.
La UE también ha evitado hasta acusar a Israel de vulnerar la legalidad internacional con sus ataques a la Franja de Gaza. Borrell, que sí lo hizo, ha reiterado que “el derecho a la defensa tiene límites”. “Eso significa que no puede haber cortes de agua, electricidad para la población civil. Una población asediada no puede ser privada de agua y electricidad”, ha señalado Borrell, que ha exigido que la Franja de Gaza tenga acceso a combustible para que pueda funcionar la desalinización del agua y los generadores de electricidad. También ha aprovechado para parafrasear a Joe Biden, que nadie duda, ha dicho, es “amigo de Israel”, al defender que la voluntad nuestra “voluntad de salvar vidas palestinas y que Israel haga la guerra con las reglas de la guerra”.
Informa Irene Castro.
Las Fuerzas de Defensa de Israel han bombardeado este lunes la ciudad de Gaza, alcanzando hasta 320 objetivos en las últimas 24 horas. Estas son las primeras imágenes de los efectos de las bombas sobre la ciudad de la Franja:
El Ministerio de Sanidad de Gaza ha informado este lunes que más de 5.000 palestinos han muerto en este tipo de bombardeos iniciados el pasado 7 de octubre en respuesta al ataque de Hamás contra Israel.
Según esas estimaciones, 2.055 menores han muerto durante los 16 días de bombardeos por parte de Israel sobre la Franja.
Las autoridades gazatíes han alertado del empeoramiento de las condiciones de vida dentro de la Franja, con varios hospitales en riesgo de colapso sin recursos como agua o medicamentos, y en los que puede agotarse la electricidad en pocos días.
La intensificación de los bombardeos coincide con el inicio de la entrada de ayuda humanitaria en Gaza desde Egipto, a pesar de que Israel impide el envío de combustible -imprescindible para mantener el suministro eléctrico en la Franja- y varios líderes europeos han denunciado que sigue siendo insuficiente.
“Hay ataques en todas partes”. En este reportaje, contamos cómo los civiles que huyen al sur de Gaza tampoco logran escapan de las bombas
Esta recopilación de imágenes tomadas desde un satélite de la compañía Maxar muestra cómo miles de palestinos han buscado refugio en hospitales y escuelas de la Franja.
Más de 1.400 israelíes han fallecido en las dos últimas semanas, la mayoría de ellos durante el ataque perpetrado por Hamás contra varias poblaciones fronterizas el pasado 7 de octubre y en el que también secuestró a 222 personas.
Alrededor de 130 bebés que han nacido prematuramente en Gaza desde el inicio del conflicto el pasado 7 de octubre y reciben tratamiento en incubadoras “están en riesgo” por la falta de suministros que está enfrentando la población, según el Ministerio de Salud de la Franja de Gaza.
Sobre ello ha llamado la atención la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), que apunta a que la “grave” escasez de combustible y suministros médicos ha obligado al cierre de siete incubadoras que normalmente se usan para casos críticos en el Hospital Shifa, el más grande de Gaza.
OCHA explica cómo en ese centro un bebé prematuro de ocho días fue trasladado allí después de que su su casa fuera dañada el pasado 15 de octubre en un ataque que acabó con la vida de su familia. Su madre estaba embarazada de 32 semanas y los equipos médicos lograron llevarla al hospital, donde dio a luz a su hijo antes de morir. El bebé “se enfrenta” ahora “a múltiples problemas de salud, con el riesgo añadido de la escasez de combustible para alimentar su incubadora”, apunta la ONU.
La situación de sobrecarga de los hospitales y la falta de suministros básicos está poniendo en riesgo la vida tanto de los recién nacidos como de las mujeres embarazadas, que se ven obligadas a parir en condiciones inseguras. El Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) calcula actualmente 50.000 mujeres están embarazadas en Gaza y 150 al día dan a luz.
Un total de 5.087 personas han perdido la vida desde el pasado 7 de octubre, de las cuales 2.055 son menores, según los últimos datos del Ministerio de Sanidad gazatí.
En este tiempo, también han sufrido heridas de distinta gravedad más de 15.200 habitantes de la Franja, donde escasean los suministros médicos, así como equipamientos, personal y todo lo necesario para que los hospitales funcionen y atiendan a esos heridos.
Desde el sábado, Israel ha intensificado sus ataques contra el enclave palestino y la noche del domingo al lunes ha sido la más violenta de las pasadas dos semanas, según el medio digital Times of Gaza, que muestra imágenes de los bombardeos nocturnos.
El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, ha recibido este lunes en el Palacio de La Moncloa al presidente de la Federación de Comunidades Judías y al secretario de la Comisión Islámica en España. “He agradecido la disposición de ambas comunidades para seguir trabajando por la paz y la convivencia”, ha escrito Sánchez en un mensaje publicado en X.
El líder socialista ha añadido que “es el momento de movilizar todos los esfuerzos para que cese la espiral de violencia y volver a una solución diplomática y política” y ha afirmado que el Gobierno “está implicado en ese esfuerzo”.
Sánchez también mantuvo este domingo una conversación con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en la que reiteró tanto su condena a los ataques terroristas de Hamás como su derecho a defenderse de ellos dentro de los límites del derecho internacional y humanitario.
El Ejército de Israel ha bombardeado este lunes hasta 320 objetivos del interior de la Franja de Gaza, durante las últimas 24 horas. Las Fuerzas de Defensa israelíes aseguran que se trata de localizaciones del grupo islamista Hamás y de la Yihad Islámica Palestina.
La agencia oficial de noticias palestina, Wafa, ha informado que estos ataques han causado al menos 45 muertos, 23 de ellos en la zona de Jan Yunis —en el sur de la Franja Gaza— y 17 en un bombardeo contra una vivienda en el norte.
“Durante el último día, las Fuerzas de Defensa de Israel continuaron atacando infraestructura terrorista y objetivos militares en la Franja de Gaza”, ha declarado este lunes el portavoz del Ejército. Israel asegura que entre esos 320 objetivos se encuentran “túneles que contenían a terroristas de Hamás, decenas de centros de comando, complejos militares y puestos de observación” y que algunos de los cuales ocultaban a efectivos tanto de Hamás como de la Yihad Islámica.
El Ejército israelí dijo además haber atacado “objetivos que representaban una amenaza para las fuerzas en el área que rodea la Franja de Gaza que se están preparando para operaciones terrestres, incluyendo decenas de puestos de lanzamiento de proyectiles de mortero y misiles antitanque”.
En contraposición, en las últimas horas no se han registrado lanzamientos de proyectiles desde Gaza hacia territorio israelí tras los últimos disparos registrados en la noche del domingo.
El Hospital Al Shifa, en la ciudad de Gaza y el más grande de la Franja, está atendiendo a 5.000 pacientes, pero su capacidad es de 700 pacientes nada más, según la Oficina de Coordinación Humanitaria de la ONU (OCHA). Además, el centro acoge a 45.000 desplazados internos, que han buscado refugio en hospitales y otras instalaciones consideradas seguras.
El Hospital Al Quds, también en la capital de Gaza, acoge a otros 12.000 desplazados, además de 400 pacientes. En un vídeo de la Media Luna Roja Palestina, se puede ver un ataque israelí en las proximidades del hospital que “causó miedo y pánico entre los desplazados y el personal médico”.
La OCHA ha destacado que ambos hospitales y otros de la Franja están “al borde del colapso” debido a la escasez de electricidad, medicinas, equipamiento y personal especializado. “Un gran número de pacientes están siendo atendidos en el suelo debido a que no hay suficientes camas”, asegura en su último informe sobre la situación en el enclave palestino, tras más de dos semanas de guerra.