Milei toma posesión de la presidencia argentina: “No hay alternativa al ajuste ni al shock”

Sebastián Lacunza

Buenos Aires —
10 de diciembre de 2023 16:13 h

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El economista Javier Milei ha tomado posesión este domingo como nuevo presidente de Argentina de manos del saliente Alberto Fernández, en lo que marcará el inicio de un gobierno de ultraderecha sin precedentes en la democracia del país. Milei tiene mandato hasta diciembre de 2027 y aplicará un programa de “ajuste” del que “no hay alternativa”, según sus palabras dirigidas a sus partidarios congregados en las afueras del Congreso.

En su discurso, Milei dijo que recibirá la “peor herencia” de la historia argentina. Para sustentar la afirmación, enarboló cifras sobre inflación, deserción escolar, delincuencia y pobreza, todas falsas o exageradas.

La ceremonia mostró una imagen hasta hace poco impensable de Milei, surgido abruptamente de la pantalla televisiva en años recientes, y la saliente vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Esta líder peronista de centroizquierda que protagonizó la escena política argentina en las últimas dos décadas encabezó la ceremonia de traspaso de mando como presidenta del Senado y dejó el poder en manos de un economista que abjura de todo lo que ella considera logros. Antes de ingresar al palacio legislativo, Cristina dio la nota al hacer la señal “fuck you” a seguidores de Milei que la insultaban.

Alberto Fernández entregó la banda presidencial en medio de la indiferencia de los diputados y senadores presentes y la frialdad propinada por Milei y quien actuó como enemiga de su gobierno, Cristina Kirchner. El diálogo entre la vicepresidenta saliente y el presidente entrante fue más cordial y hasta se dejaron ver haciendo bromas porque el bastón presidencial incluyó una inscripción de orfebrería de los cuatro perros vivos y el fallecido Conan a los que Milei considera sus “hijos de cuatro patas”.

Milei ha jurado el cargo “por Dios y por la patria”. El acto respetó las formalidades mientras sobresalían cánticos de “libertad, libertad” de los 37 diputados nacionales y los 7 senadores del partido del nuevo presidente, La Libertad Avanza. Esas bancadas representan una marcada minoría para llevar a cabo un plan de recortes draconiano que planea llevar a cabo el ultraderechista, aunque contará con el apoyo de legisladores del sector radicalizado de la coalición conservadora Juntos por el Cambio, fundada por el expresidente Mauricio Macri.

En el recinto de la Cámara de Diputados se hicieron notar empresarios y ejecutivos de poderosos conglomerados que apadrinan la presidencia de Milei, como Corporación América, donde el economista trabajó 13 años, y la firma de construcciones IRSA.

Los expresidentes Macri y Eduardo Duhalde, y la familia del fallecido Carlos Menem asistieron a la ceremonia a pocos metros del traspaso de mando junto a los cuatro jueces de Corte Suprema. Entre los representantes extranjeros dieron el presente el rey de España, Felipe VI, quien se reunió el sábado con el presidente saliente y el entrante; los presidentes de Chile, Gabriel Boric; Uruguay, Luis Lacalle Pou; Ecuador, Daniel Noboa, Paraguay, Santiago Peña; de Ucrania, Volodimir Zelenski, y el primer ministro de Hungría, Víktor Orbán. Entre los muchos ausentes, sobresalió el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, en contraste con la presencia de ultras como Santiago Abascal y Jair Bolsonaro.

“Una nueva era”

Milei rompió la tradición al no pronunciar su discurso de investidura ante las dos cámaras legislativas y optar por hacerlo ante miles de partidarios congregados en la Plaza de los Dos congresos.

“Hoy comienza una nueva era en Argentina”, ha aseverado Milei. “Ningún gobierno ha recibido una herencia peor que la que estamos recibiendo nosotros. Nos dejan un déficit del 15% del PBI”, ha añadido.

Esa fue la primera de muchas cifras dichas por Milei en su discurso que no se corresponden con la realidad. El déficit fiscal de 2023, según estimaciones privadas y del Fondo Monetario Internacional, sería de 3%.

'Ningún gobierno ha recibido una herencia peor que la que estamos recibiendo nosotros. Nos dejan un déficit del 15% del PBI', dijo Milei. La cifra quintuplica el déficit real

También mencionó que Alberto Fernández deja una “inflación plantada” de 15.000% (terminará en alrededor de 140% en 2023). Habló a su vez de “baño de sangre” por la delincuencia, cuando, en rigor, si bien la inseguridad es palpable en barrios de las grandes ciudades, Argentina, con 4,5 homicidios por cada 100.000 habitantes, exhibe la cifra más baja de América Latina en la materia.

El panorama llevó a Milei a anunciar que “no hay alternativa al ajuste y al shock”.

Mientras el nuevo presidente se dirigía a manifestantes, en su mayoría hombres jóvenes que ocupaban un tercio de la extensa plaza frente al Congreso, era escoltado por los gobernantes extranjeros, la vicepresidenta, Victoria Villarruel, adalid negacionista del terrorismo de Estado, y la hermana del mandatario, la extarotista Karina Milei. Antes, en los palcos del Congreso, habían estado los padres de los hermanos Milei y la novia del presidente, la imitadora de Cristina Kirchner Fátima Florez.

Cúmulo de cifras inexactas

Las primeras palabras de Milei fue “Hola a todos” con voz grave, propia del histrionismo de su ascenso político. Luego, eligió un tono más calmo.

“Los argentinos de manera contundente han expresado una voluntad de cambio que ya no tiene retorno. No hay vuelta atrás, enterramos décadas de fracaso y disputas sin sentido. Comienza una era de paz y prosperidad, de libertad y progreso”, anunció el ultra.

Comparó el peso de la caída del Muro de Berlín con la elección que lo consagró en segunda vuelta, el pasado 19 de noviembre.

“Ningún gobierno ha recibido una herencia peor que la que estamos recibiendo nosotros”, aventuró en un lugar común que se ha repetido en muchas oportunidades a lo largo de la historia argentina.

Milei magnificó el déficit fiscal de 15% y ratificó que aplicará en lo inmediato “un ajuste fiscal de 5 puntos del PBI que caerá sobre el sector público”. Reiteró que los recortes afectarán al Estado y no a los privados, aunque el alcance de la afirmación no queda claro porque, para alcanzar ese objetivo, deberán ser seccionadas partidas de subsidios, obra pública, programas sociales, jubilaciones y exenciones impositivas.

Con cálculos sobre el pico de inflación actual, que sería del orden del 13% mensual, acelerada precisamente tras la victoria del ultraderechista por su promesa de devaluación y dolarización, más su estimación de la base monetaria, los pasivos del Banco Central que respaldan los depósitos bancarios por 24 billones de pesos y otros factores, Milei dijo que Fernández deja una “inflación implantada” de 15.000%.

“Esa es la herencia que nos dejan, una inflación plantada del 15.000% anual que vamos a luchar con uñas y dientes para erradicarla”, dijo.

El discurso de Milei encontró ecos casi textuales en la evaluación dada hace 42 años por el exministro de Economía José Alfredo Martínez de Hoz, artífice del programa de la última dictadura militar (1976-1983)

Según previsiones de economistas, la inflación marcará un récord en tres décadas en 2024 a raíz de una inminente devaluación del orden de 50% del peso y de un brusco aumento de tarifas de servicios públicos, cuyo alcance todavía no es oficial. El tipo de cambio oficial, de 365 pesos por dólar, que se utiliza para algunas importaciones, está artificialmente atrasado, indica el consenso de los expertos de diferente procedencia.

El mandatario pareció tomar nota del consejo de su predecesor y aliado Mauricio Macri, quien reiteró muchas veces que uno de sus errores fue no dar cuenta —a su juicio— de la herencia recibida en 2015. En esa línea, el presidente de extrema derecha describió un escenario catastrófico.

“Nos han arruinado la vida y nos han hecho caer por diez veces nuestros salarios. Por lo tanto tampoco nos debería sorprender que nos estén dejando 45% de pobres y 10% de indigentes”, describió. Esos porcentajes son algo superiores al último reporte del Instituto de Estadísticas y Censos, aunque no son comparables con las mediciones del resto de América Latina, ya que Argentina utiliza criterios mucho más estrictos que sus vecinos para calcular la pobreza por ingresos.

“No hay alternativa posible al ajuste. Tampoco hay lugar a la discusión entre shock y gradualismo. Todos los programas gradualistas terminaron mal, mientras que todos los de shock -menos el de 1959- fueron exitosos. Si un país carece de reputación, los empresarios no invertirán hasta que vean el ajuste fiscal”.

El discurso de Milei encontró ecos casi textuales en la evaluación dada hace 42 años por el exministro de Economía José Alfredo Martínez de Hoz, artífice del programa de la dictadura militar que causó decenas de miles de desaparecidos entre 1976 y 1983. Aquél plan de shock terminó en una debacle social y de deuda que cambió el rumbo del desarrollo argentino.

“No hay alternativa al ajuste y al shock. Impactará de modo negativo sobre la actividad, el empleo, la cantidad de pobres e indigentes. Habrá estanflación, pero no es algo muy distinto a los últimos 12 años. Este es el último mal trago para comenzar la reconstrucción de la Argentina”, amplió Milei.

Sin persecución, con advertencia

Otro tramo significativo anunció: “No venimos a perseguir a nadie, nuestro proyecto no es de poder, es de país”, en lo que pareció una alusión a la ofensiva judicial lanzada por el gobierno de Macri en 2016 contra Cristina, empresarios y otros kirchneristas, denunciada por éstos como “persecución”.

El plan de “shock” supondrá decenas de miles de despedidos tanto en el Estado como en las empresas, según estimaciones de economistas de diferente ideología. El eventual salto del desempleo, desde el 6,2% actual, y el alza inflacionaria por la devaluación previsiblemente dispararán protestas, que suelen ser masivas y cotidianas en Argentina.

Milei dejó una advertencia. “Aquellos que quieren utilizar la violencia o la extorsión para obstruir el cambio se van a encontrar con un presidente de convicciones inamovibles que utiliza todos los resortes del Estado para avanzar en los cambios que el país necesita. No vamos a claudicar, no vamos a retroceder, no nos vamos a rendir. Vamos a avanzar con los cambios que el país necesita”.

Capítulo de la inseguridad

El nuevo presidente aludió a la inseguridad, tema omnipresente en los medios argentinos y factor primordial de preocupación de muchos argentinos.

“Nuestros desafíos no terminan solamente en el plano económico. El nivel de deterioro de nuestro país es tal que abarca todas las esferas de la vida en comunidad. En materia de seguridad, Argentina se ha convertido en un baño de sangre”, dijo Milei.

Aunque el robo es una realidad acuciante en barrios de las grandes ciudades, la alusión de Milei lució una vez más exagerada a la luz de los datos reales. La Oficina de Naciones Unidas para las Drogas y el Delito reportó datos de 2022 que indican que en Argentina ocurrieron 4,3 homicidios cada 100.000 habitantes, una cifra muy inferior a la mayoría de los países de América Latina. Por ejemplo, el ratio llega a 21,3 en Brasil, 6,7 en Chile, 25,4 en Venezuela y 11,2 en Uruguay.

“Los delincuentes caminan libres, mientras los argentinos de bien se encierran tras las rejas. El narcotráfico se apoderó lentamente de nuestras calles, a punto tal que una de las ciudades más importantes de nuestro país ha sido secuestrada por los narcos y la violencia”, en alusión a Rosario, la urbe más importante del noreste argentino que multiplica varias veces el promedio de asesinatos nacional.

Milei no hizo mención en su discurso a un hecho trascendente. Hoy se cumplen 40 años de democracia en la Argentina. La asunción de Raúl Alfonsín en 1983 marcó el final del terrorismo de Estado que Milei y Villarruel niegan. El dato saliente es que represores con condenas a prisión perpetua y abogados de éstos expresaron su satisfacción por la victoria de la dupla libertaria.

Decreto de necesidad y urgencia

Milei se apresta a convocar a sesiones extraordinarias del Congreso para aprobar un paquete de reformas que incluyen la eliminación de numerosas oficinas estatales y cortes de programas que el libertario considera no esenciales, como los de lucha contra la discriminación, memoria histórica y protección de poblaciones indígenas. También apuntará a la paralización de la obra pública.

La iniciativa intentará llevar a cabo la reducción de cinco puntos porcentuales sobre le PIB anunciada por el nuevo mandatario. Para ello, deberá convencer a diputados y senadores de la oposición, ya que inicia el mandato con marcada minoría para La Libertad Avanza.

En su programa defiende el fin del aborto legal y la educación sexual en las escuelas, y la libre portación de armas. También ha afirmado que el calentamiento global “es otra de las mentiras del socialismo”, por lo que también revertirá programas al respecto.

Además de la debilidad legislativa, el presidente ultraderechista deberá lidiar con un gabinete con poco músculo político.

De sus relaciones en Corporación América, la empresa en la que el economista trabajó entre 2008 y 2021, provienen su jefe de gabinete, Nicolás Posse, el ministro del Interior, Guillermo Francos, el de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, y el de Infraestructura, Guillermo Ferraro.

Otro pilar del Gobierno ultraderechista está constituido por antiguos altos cargos del gobierno conservador de Mauricio Macri (2015-2019). La coalición creada por este expresidente está en proceso de desintegración y su apoyo al Ejecutivo extremista se muestra desordenado, más propio de decisiones individuales o de alguna facción, pero el sello de ese origen está presente en la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich (candidata presidencial este año), el de Economía, Luis Caputo, y el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, entre decenas de funcionarios que asumirán responsabilidades con amplio manejo presupuestario.

La Libertad Avanza contará con apenas 38 diputados y siete senadores. Los apoyos de unos 40 diputados del ala más derechista de Juntos por el Cambio y de unos diez peronistas disidentes de derecha no le alcanzarán para aprobar proyectos. Su ambicioso plan de reformas de la jubilación, laborales e impositivas, y de privatizaciones difícilmente podrá avanzar si no logra doblegar la voluntad de los diputados y senadores peronistas que, por ahora, se mantienen unidos.

La Libertad Avanza contará con apenas 38 diputados y siete senadores. Los apoyos de unos 40 diputados del ala más derechista de Juntos por el Cambio y de unos diez peronistas disidentes de derecha no le alcanzarán para aprobar proyectos

Milei ha anunciado que alineará la política exterior argentina con los intereses de Estados Unidos e Israel, en un grado extremo que no registra antecedentes ni siquiera en otros períodos derechistas del pasado, tanto democráticos como dictatoriales. Hasta ahora, el Gobierno de Joe Biden ha tomado con cautela la relación con Milei, enemigo de China y admirador de Donald Trump. En cambio, Benjamín Netanyahu se mostró entusiasta con la decisión de Milei de trasladar la embajada argentina a Jerusalén y el apoyo absoluto a la matanza de civiles que Israel lleva a cabo en Gaza desde hace dos meses.

Dificultades y horizontes prometedores

Pese a las notorias dificultades que deberá afrontar en su mandato, hay elementos prometedores en el horizonte del gobierno ultra. La sequía que restó 25% de las exportaciones argentinas en 2023 terminó y las ventas agrarias al exterior prometen recuperar todo lo perdido el próximo año. A ello es sumará el acelerado crecimiento de la producción de petróleo y gas, que podrá ser exportado o ayudará a reducir importaciones a partir de infraestructuras llevadas a cabo por el Gobierno peronista o en ejecución. Otros nichos, como la economía del conocimiento y la minería mostraron vitalidad en los últimos años y podrían tomar un impulso mucho mayor. Si el Banco Central logra reconstruir sus reservas, la inflación podría comenzar a ser dominada.

A su vez, Fernández restituyó políticas sociales y desarrolló una obra pública que mitigarán el ajuste, en la repetición a menor escala de un escenario que ya se evidenció en el traspaso de Cristina Fernández de Kirchner a Mauricio Macri, ocho años atrás. Por caso, Argentina exhibe los mejores indicadores de su historia en mortalidad infantil y materna, y redujo en más de 50% el embarazo adolescente en cuatro años.

Numerosos indicios en la cosmovisión de Milei y del expresidente conservador encienden alertas sobre si sabrán percibir a tiempo cuál es el límite de tolerancia para el ajuste de una sociedad propensa a sacar la protesta a las calles en cuanto baja el pulgar.

Caputo, el ministro de economía de Milei, fue el titular de Finanzas con aquel Gobierno conservador. Como tal, fue el principal negociador del endeudamiento extraordinario que todavía asfixia a la economía argentina.

Instalado por primera vez como presidente en ejercicio en la Casa Rosada, Milei recibió a las delegaciones extranjeras. La jornada se completará con una celebración interreligiosa en la catedral de Buenos Aires y una función de gala en el Teatro Colón a las 20:30 de Argentina, 00:30 de España.