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ENTREVISTA Embajadora del Estado de Palestina en Chile

Vera Baboun: “En Gaza, Israel no sólo quiere terminar con Hamás, su propósito es acabar con nuestra existencia”

Ana Garralda

10 de noviembre de 2023 22:51 h

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Con la misma determinación que le permitió erigirse en la primera alcaldesa de la ciudad cisjordana de Belén, Vera Baboun asumió el año pasado su cargo como embajadora en Chile, el primer país del mundo en reconocer a Palestina como un Estado “libre, independiente y soberano”. La nación acoge la mayor –y más antigua– comunidad palestina fuera del mundo árabe, hoy consternada por las imágenes de muerte y destrucción que llegan de la Franja de Gaza o Cisjordania.

Según los últimos datos proporcionados por los funcionarios de Sanidad del enclave controlado por Hamás, más de 11.000 personas han muerto en la Franja por bombardeos israelíes, desde que el pasado 7 de octubre Hamás matara a otras 1.400 y tomase a más de 240 rehenes. En Cisjordania, las víctimas mortales por fuego de soldados o colonos israelíes son más de 160, mientras que son unos 2.300 los detenidos desde el inicio del conflicto.

En una entrevista con elDiario.es, la diplomática agradece los pasos dados por los Gobiernos latinoamericanos como los de Chile, Colombia o Bolivia en protesta por los más de 30 días de ofensiva israelí contra la Franja de Gaza. Del Ejecutivo español valora “la firmeza” de algunas de sus ministras y le pide liderazgo para impulsar “lo único que terminará con un conflicto que no va a ser eterno, la creación de un Estado palestino”.

Cerca de medio millón de palestinos, muchos descendientes de los que salieron en tiempos de la ocupación otomana o de la israelí, viven en Chile. A 13.000 kilómetros de distancia, ¿cómo están viviendo esta situación?

Muy angustiados. Estamos viendo atrocidades sin precedentes. Para mí esto no es autodefensa, es sólo una tela de araña para cubrir lo que realmente está ocurriendo, la eliminación de una nación y de la causa palestina. En 2004, un asesor de Ariel Sharon ya dijo “con nuestra retirada unilateral de Gaza perseguimos terminar cualquier opción de un proceso de paz y el proyecto de lo que pueda llamarse el Estado de Palestina”. Este es el antecedente y lo que está pasando, el resultado. 

Pero ni en la guerra de 2014 entre Israel y Hamás hubo este volumen de destrucción y muerte.

Es una agresión que va más allá de cualquier límite, parte en dos el Derecho Internacional. Israel es incontrolable, no tiene freno. Ha adoptado la carta blanca que le dan muchos gobiernos para actuar y por eso, en estos más de 30 días, estamos viendo dos posiciones distintas. Es una dicotomía. De un lado, está la de la gente que se ha echado a la calle en todo el mundo pidiendo parar esta barbarie. De otro, sus gobiernos, que no dan un paso más allá. 

Chile y Colombia sí han llamado a consultas a sus embajadores en Israel. Bolivia incluso ha roto oficialmente las relaciones diplomáticas…

El apoyo en América Latina está creciendo. Se están dando pasos. La decisión del presidente [Gabriel] Boric no es una reacción de último minuto, sino la voluntad de exigir los mismos derechos para todos. Fue de los primeros en condenar el ataque del pasado 7 de octubre, habló de “barbarie”, pero también ha denunciado las inaceptables y constantes violaciones del Derecho Internacional por parte de Israel con su ofensiva militar en Gaza, la peor campaña de castigo colectivo que hemos visto. Chile es un país que hoy lidera la lucha por los Derechos Humanos, pero históricamente ha apoyado a la causa palestina, también lo han hecho gobiernos conservadores. 

¿Qué peso ha tenido la comunidad palestina en la toma de esta decisión?

Nuestra comunidad aquí es muy, muy activa y está plenamente integrada en el ámbito económico, cultural o político del país. Es muy prominente. También siguen sintiéndose palestinos, por eso lo que está pasando a miles de kilómetros de distancia se vive tan de cerca, porque nos afecta a todos como nación.

En España varias de las ministras del actual Gobierno en funciones han definido la ofensiva israelí de “genocidio” y han pedido la ruptura de relaciones diplomáticas con Israel. ¿Qué opina de estas declaraciones?

Es una posición firme. Todos los palestinos la apreciamos. La democracia de un país se mide por el respeto que muestra a los Derechos Humanos, pero necesitamos más, una voluntad verdaderamente decidida de la comunidad internacional. Lo único que terminará con este conflicto, que no va a ser eterno, es la creación de un Estado palestino.

La matanza perpetrada por Hamás no parece estar ayudando a su causa.

Diciendo eso nos pone del lado de Israel. Repito lo que dijo el Secretario General de Naciones Unidas: “Lo sucedido no ocurrió en el vacío”. Somos civiles también y como civiles hemos sufrido muchísimo, no se lo deseamos a nadie, en ninguna parte del mundo, pero insisto en la respuesta de Antonio Guterres. Llevamos 56 años de ocupación, una economía destruida, sin poder viajar libremente, sin tener un Estado. En la resolución 181 de la ONU para la partición de Palestina se aprobó un Estado también para nosotros. Siete décadas después, ¿lo tenemos? No. Ese es el punto de partida.

Las cuatro resoluciones propuestas para que haya un alivio humanitario en la Franja de Gaza han fracasado. El acuerdo parece imposible...

Históricamente, la Asamblea de Naciones Unidas ha adoptado 763 resoluciones. El Consejo de seguridad 97, el de Derechos Humanos 96, y ni una ha sido adoptada en toda la historia de la causa palestina. ¿Puede usted imaginar que con todas las atrocidades que se están cometiendo en Gaza han fracasado cuatro intentos para pedir si quisiera un alto el fuego? Jordania llevó la cuestión a la Asamblea. 120 países la apoyaron, pero esa noche Israel efectuó su peor bombardeo contra Gaza. Las resoluciones no son números, son nuestras vidas y no se hace nada.

¿Por qué? Esa es una pregunta para ustedes, la comunidad internacional.

¿Y cuál es la responsabilidad de la división de másLe respondo con otra pregunta. ¿Qué hizo el mundo en 2006 tras las elecciones legislativas? [El presidente de la Autoridad Palestina] Abu Mazen le encargó a Ismael Haniya (líder de Hamás) formar un nuevo gobierno, pero el mundo lo rechazó. Hace dos años estaba prevista la convocatoria de nuevos comicios; Israel los boicoteó. No aceptó que se celebraran en Jerusalén Este (bajo ocupación militar israelí desde 1967). En la última convocatoria Hamás iba a participar, se negoció, hubo acuerdos para alcanzar soluciones que beneficien a nuestro pueblo. Tal vez, si dejaran de boicotearnos permanentemente podríamos conseguirlo.

Usted fue alcaldesa de Belén. Parte de los más de 160 palestinos muertos en Cisjordania lo han sido a manos de los colonos. Además, el Ejército israelí ha detenido a cerca de 2.300 personas. ¿Cómo valora lo que está ocurriendo?

El año 2023 ha sido el más duro para nosotros y aquí debemos mirar lo que ha hecho el Gobierno de [Benjamín] Netanyahu. ¿Qué dijo uno de sus ministros, el antiárabe y racista [Bezalel] Smotrich, durante una conferencia en París en marzo de este año? Que los palestinos somos una invención, que no hay tal cosa llamada “palestinos”.  ¿Qué hizo Netanyahu en la Asamblea General en septiembre? Mostró un mapa de Oriente Próximo en el que no estaban ni Gaza, ni Cisjordania. ¡Nos eliminó! Es una estrategia negar nuestra existencia. No nos reconocen como nación y tampoco quieren reconocernos como Estado. Y eso es imposible porque hablamos de 6,5 millones de personas entre Gaza, Cisjordania o Jerusalén Este. ¿Qué van a hacer, eliminarnos a todos?

Algunas voces apuntan a que Gaza es sólo un paso más para lograr otro objetivo, la anexión total de Cisjordania.

Sí, pero también se están concentrando en Gaza. No sólo vemos un genocidio, sino la desaparición de edificios enteros, convertidos en escombros. ¿Eso qué quiere decir? ¿Es que necesitan el terreno? Quieren quedarse con Gaza en el futuro, la quieren reconstruir para ellos y sin palestinos, forzando a la gente a marcharse, como sucedió en la Nakba. Entonces adoptaron el Plan Dalet, una estrategia para expulsar a las personas originarias de su tierra natal, destruyendo sus casas, obligándoles a marcharse. Más de 750.000 personas fueron desplazadas.

Hoy en Gaza están implementando otro Plan Dalet. Quieren acabar con nuestra existencia y eso es lo que el mundo no entiende. Desde hace más de 50 años, Israel controla la narrativa y no se quiere leer entre líneas. Para Israel, Hamás es sólo el primer paso. La operación siguiente podría llamarse “Anexión total de Cisjordania”. Ese es su plan y quieren completarlo. 

Con el nivel de dolor ocasionado y las ansias de venganza mutuas, ¿existe alguna posibilidad, aunque sea mínima, de alcanzar algún tipo de paz en el futuro?

Lo primero que debemos hacer es parar la masacre de Gaza, luego hablemos de todo lo demás. Lo que sí creo es que se está complicando mucho. La constante construcción de asentamientos está dejando a Cisjordania completamente segregada y esta desconexión amenaza ya la construcción de cualquier Estado. 

Pero esto no es nuevo...

No, es una estrategia. Israel siempre trabaja con estrategias. La primera, que practica a largo plazo, es nuestro olvido. Les ha funcionado bien hasta ahora. Influyen en los medios y en las narrativas. Mientras tanto, crean problemas en una frontera para continuar silenciosamente en la otra. Es lo que está pasando en Cisjordania. Hemos visto cómo los israelíes hasta han lanzado misiles, ¡misiles!, en ciudades como Yenin o Tulkarem. ¿Ha parado esto la construcción de asentamientos? No.

Escuchándola, es difícil mantener el optimismo.

Mientras tengamos voluntad política todo puede resolverse, nada es imposible. No hay justificación para mantener un conflicto de forma eterna. La presión de la comunidad internacional es la parte más importante. La más difícil es la ausencia de voluntad política por parte de Israel. Volvamos al pasado. Dígame, ¿quién asesinó al promotor israelí de los Acuerdos de Oslo, iniciativa de paz con los palestinos? ¿Quién mató al [primer ministro de Israel] Isaac Rabin?