Todos los viajeros que lleguen a Reino Unido a partir del próximo lunes deberán someterse a dos pruebas de COVID-19 durante los 10 días de cuarentena obligatoria ya vigente, según ha confirmado el ministro de Sanidad, Matt Hancock, durante una intervención en el parlamento. Estos test se suman a la prueba negativa previa que el país ya exige a los pasajeros antes de emprender el viaje.
Hancock ha explicado que la medida se enmarca en la estrategia del Ejecutivo británico para hacer frente a la aparición de nuevas variantes del virus preocupantes mediante el refuerzo del control fronterizo. Se aplicará tanto a las personas que cumplan cuarentena en casa como en los hoteles del nuevo sistema que va a poner en marcha el Gobierno.
Así, a partir del próximo 15 de febrero, todas las personas que lleguen al país desde otras partes del mundo estarán obligadas por ley a hacerse dos pruebas PCR más, una el día dos y otra el día ocho del aislamiento obligatorio. Hancock ha precisado que los pasajeros deberán reservar estos test a través de una web que se activará el jueves.
Si cualquiera de estas pruebas posteriores a la llegada da positivo, los afectados tendrán que estar en cuarentena durante otros 10 días a partir de la fecha del test, ha dicho el ministro. Los test positivos se someterán automáticamente a secuenciación genómica “para confirmar si tiene una variante preocupante”. Reino Unido es líder mundial en vigilancia genómica.
Hancock ha anunciado multas para quienes incumplan la regla. “Los operadores de transporte de pasajeros tendrán la obligación legal de asegurarse de que los pasajeros se han apuntado a estas nuevas disposiciones antes de viajar, y serán multados si no lo hacen, y pondremos duras multas a las personas que no cumplan”, ha explicado el titular de Sanidad.
“Esto incluye una sanción de 1.000 libras (1.138 euros) para cualquier llegada internacional que no se someta a una prueba obligatoria, una sanción de 2.000 libras (2.277 euros) esterlinas para cualquier llegada internacional que no se someta a la segunda prueba obligatoria, así como la ampliación automática de su periodo de cuarentena a 14 días”, ha dicho.
Los viajeros pagarán casi 2.000 euros por la cuarentena en hoteles
Por otro lado, todos los viajeros que lleguen a Reino Unido procedentes de la lista de 33 países y territorios de alto riesgo tendrán que pagar 1.993 euros para costear el confinamiento obligatorio en los hoteles del país designados por las autoridades. La medida solo afecta a ciudadanos británicos y residentes en Reino Unido que vuelvan de estos países, ya que la entrada al resto de personas de los países incluidos en la lista está vetada. También entra en vigor el próximo lunes.
El Gobierno ha contratado 16 hoteles con 4.600 habitaciones para aquellos que entren en el país. “Cualquier residente que regrese de estos países deberá permanecer en cuarentena en una habitación de hotel asignada durante 10 días a partir de la fecha de llegada”, ha dicho el ministro. Antes de viajar, los pasajeros deberán reservar por Internet y pagar, ha detallado, “un paquete de cuarentena que cuesta 1.750 libras (1.993 euros) para una persona que viaje sola, que incluye el hotel, el transporte y las pruebas”.
Aquellos que no cumplan la cuarentena en los hoteles señalados se enfrentan a multas de hasta 11.389 euros y aquellos que mientan sobre su procedencia escondiendo que han visitado un país de la “lista roja” pueden ser castigados hasta con 10 años de prisión, según ha anunciado el ministro de Sanidad.
El único país europeo incluido en la “lista roja” del Gobierno es Portugal. El resto son: Angola, Argentina, Bolivia, Botswana, Brasil, Burundi, Cabo Verde, Chile, Colombia, República Democrática del Congo, Ecuador, Eswatini, Guayana Francesa, Guayana, Lesoto, Malawi, Mauricio, Mozambique, Namibia, Panamá, Paraguay, Perú, Ruanda, Seychelles, Sudáfrica, Surinam, Tanzania, Emiratos Árabes Unidos ( EAU ), Uruguay, Venezuela, Zambia y Zimbabue.
Hancock ha dicho que las reglas son para Inglaterra, pero las administraciones descentralizadas van a poner en marcha sus propios planes. Ha explicado que la estrategia británica para hacer frente a las nuevas variantes consta de cuatro partes. En primer lugar, reducir el número total de casos. En segundo lugar, el incremento de pruebas para hacer frente a los nuevos brotes. En tercer lugar, la vacunación. Y, por último, el refuerzo de los controles fronterizos con este nuevo sistema que consta de tres elementos: cuarentena en los hoteles, pruebas y cumplimiento.