El candidato ultra Javier Milei, fundador del partido La Libertad Avanza, obtuvo un resonante triunfo en unas elecciones primarias en Argentina que reconfiguran el escenario de cara a la primera vuelta de octubre. El giro a la derecha del electorado se vio corroborado por la clara victoria de la exministra de Seguridad Patricia Bullrich sobre el alcalde de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, dentro de la coalición conservadora Juntos por el Cambio, que quedó ligeramente por delante de Unión por la Patria (la alianza gobernante de centroizquierda).
En la foto con más de 95% escrutado, las tres principales fuerzas quedaron en un rango ajustado. Se dio el escenario previsto de tres tercios, pese a que las encuestas habían señalado un declive del postulante extremista: La Libertad Avanza de Milei cosechó 30% de los votos, frente a 28% de Juntos por el Cambio con la suma de Bullrich (17%) y Rodríguez Larreta (11%), y 27% de Unión por la Patria con la combinación del centrista Sergio Massa (21%) y y el izquierdista católico Juan Grabois (6%).
Más atrás quedaron Hacemos por el País (4%), con el voto concentrado en Córdoba, la provincia gobernada por su candidato, el peronista de centroderecha Juan Schiaretti, y 2,6% el Frente de Izquierda Unidad (FIT-U). Dentro de la puja trotskista, Myriam Bregman (PTS) fue electa candidata, triplicando los votos de Gabriel Solano (PO). Estos son los partidos y frentes que superaron el umbral de 1,5% requerido para participar de la primera vuelta del 22 de octubre.
La Libertad Avanza, la fuerza más votada en 17 de 24 distritos
La magnitud de la victoria de Milei queda expresada por el hecho de que La Libertad Avanza fue la fuerza más votada en 17 de 24 provincias, desde el norte andino a la Patagonia, subtropicales y desérticas. Ciudades industriales, agropecuarias, mineras, de alta densidad poblacional o poco habitadas. Milei venció en Córdoba y Santa Fe, segunda y tercera provincias en cantidad de habitantes y de gran potencia económica.
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El voto peronista resistió en la provincia de Buenos Aires, que alberga 37% de los habitantes de Argentina. Ese apoyo dejó bien posicionado al peronista de izquierda Axel Kicillof, candidato a la reelección. En un escenario de Milei en la Casa Rosada, Kicillof sería naturalmente el jefe de la oposición, aunque ese papel debe ser revalidado en la elección real de octubre.
En tanto, Juntos por el Cambio ratificó su predominio en la Ciudad de Buenos Aires. Allí triunfó la alianza conservadora por amplio margen y nominó a un postulante de derecha dura para pelear por la alcaldía.
“Atrocidad” y “aberración”
Milei se presentó ante sus partidarios en el Hotel Libertador, en el centro de la Ciudad, poco antes de la medianoche. En un tono algo más sosegado que de costumbre, el postulante libertario agradeció antes que nada a “el jefe” (su hermana Karina) y a sus “hijitos de cuatro patas: a Conan, a Murray, a Milton, a Robert y a Lucas” (sus perros).
“Esta alternativa competitiva no sólo dará fin al kirchnerismo, sino que dará fin a la casta parasitaria, chorra e inútil de este país”, se encendió.
“Estamos frente al fin del modelo de la casta, basado en esa atrocidad que dice que donde hay una necesidad, hay un derecho, pero se olvida que ese derecho se tiene que pagar”, anticipó.
Este economista y exasesor de Corporción América, uno de los principales emporios empresariales argentinos, apuntó contra “esa aberración llamada ‘justicia social’, que es injusta porque implica un trato desigual frente a la ley y está precedida de robo”.
La prédica con la que Milei, de 52 años, parece haber dado en el blanco circunscribió la denuncia de “la casta” al Estado y “los políticos”, los sindicatos y, a veces, “los periodistas”. En cambio, nunca dedicó palabras hostiles a empresarios, la Iglesia y los terratenientes, ni a expresidentes de derecha, como el fallecido peronista Carlos Menem o el conservador Mauricio Macri.
El entorno de Milei está compuesto por su hermana, youtubers, brokers financieros, personajes mediáticos, predicadores de la ultraderecha nostálgica de la dictadura militar, antifeministas y conservadores de todo color.
El hiperliberalismo económico que propone La Libertad Avanza incluye la dolarización de la economía, la privatización de la salud y la educación, y la compra-venta en casi todos los órdenes de la vida, desde candidaturas políticas hasta órganos humanos.
Festejo agrio de Bullrich
Sobre la costanera del Río de la Plata, en Parque Norte, donde montó su comando Juntos por el Cambio, primaron los rostros de preocupación.
Bullrich logró mostrarse junto a su rival Rodríguez Larreta y destacó a “nuestro presidente”, Macri, quien también subió al escenario. En un paso llamativo, la candidata a presidenta conservadora eligió tender puentes con Milei, su principal competidor a partir de ahora por el voto de la derecha.
“Quiero felicitar a Javier Milei por la elección enorme que hizo”, dijo la exministra desde el escenario de Parque Norte. Marcó una coincidencia con su rival: “No quiere que el Estado sea una cueva de La Cámpora”, la organización de Máximo Kirchner, hijo de Cristina.
En el búnker de Unión por la Patria en el Complejo C Art Media, barrio de Chacarita, de clase media, Kicillof era el único sonriente. Tras un discurso encendido y algo extemporáneo de Grabois, allegado al papa Francisco, quien rescató al figura de Cristina, Massa llamó a “dar vuelta la elección.
“Quiero decirle a cada simpatizante, pero sobre todo a cada argentino independiente, que quiere vivir con un modelo de desarrollo e inclusión, que vamos a dejar a hasta nuestra última gota de transpiración para ganar en octubre, y en noviembre y para seguir siendo gobierno en la Argentina”, dijo Massa. “El esfuerzo empieza mañana de vuelta. Tenemos 60 días para dar vuelta esta elección”, dijo .
Un nuevo tablero
La impactante victoria de Milei modifica el tablero y fuerza a Unión por la Patria y Juntos por el Cambio a un drástico replanteo de la estrategia.
Bullrich casi no tiene opciones donde abrevar entre la decena de partidos que no llegaron al 1,5% de los votos, mayormente de izquierda y peronistas
Bullrich quedó fortalecida por su clara victoria sobre Rodríguez Larreta, pero las fricciones de la pelea interna en Juntos por el Cambio parecen haber desgastado a ambos. La sintonía con Milei, ratificada en el discurso de la exministra de Seguridad y el de Macri en Parque Norte, sería un activo para la hipotética segunda vuelta en noviembre, en caso de que el orden de las elecciones hubiera sido inverso, con ella en primer lugar. Tal como terminó el escrutinio, Bullrich encontrará dificultades para sumar por derecha, porque ese espacio ahora encuentra en Milei un atractivo mayor,, y casi no tiene opciones donde abrevar entre la decena de partidos menores que no llegaron al 1,5% de los votos.
Rodríguez Larreta no ganó ni siquiera en la Capital Federal, la ciudad que gobierna, y perdió la maquinaria sobre la que cimentó su proyección política . El 11% de los votos nacionales obtenido estuvo por debajo de las peores previsiones del alcalde y su capital político parece agotado. Sin embargo, ese caudal, indispensable para Bullrich, tampoco lo tiene asegurado por entero dada la deriva radicalizada de la exministra.
El baile del dólar y el FMI durante los próximos días
El devenir político quedará sujeto al curso de la economía en los próximos días. El plan de dolarización de Milei podría disparar presión sobre el peso, y la escalada devaluatoria redundaría en más inflación, un escenario que podría debilitar a Massa. Como está demostrado, ante cada crisis, los argentinos que tienen ahorros acuden al dólar como refugio. En situación de pánico, la institucionalidad económica tambalea.
El plan de dolarización de Milei podría disparar presión sobre el peso, y la escalada devaluatoria redundaría en más inflación, un escenario que podría debilitar todavía más a Massa
También está pendiente que el Fondo Monetario Internacional (FMI) comience a transferir los US$ 7.500 millones comprometidos en julio, indispensables para que el Banco Central tenga algún margen de intervención en la cotización de la divisa. Esos giros forman parte de un acuerdo de refinanciación del préstamo por 44.500 millones de dólares otorgados por el organismo al Gobierno del conservador Macri en 2018, un ancla que lastra cualqueir intento de que la economía argentina levante cabeza.
En ese punto, no habría que descartar que el Fondo considere que la situación cambió y decida revisar lo comprometido, instancia que en el Gobierno e incluso en la oposición consideran improbable, dado que un derrumbe no sería, en principio, un escenario deseado por el organismo multilateral.
Para Emiliano Libman, exdirector de la Unidad de Relaciones Técnicas con el FMI del Ministerio de Economía entre 2019 y 2022 e investigador de la organización Fundar, el préstamo a Macri fue “una operación política de muy dudosa legitimidad”.
Cerca de dos tercios de los 44.500 millones de dólares transferidos fueron utilizados para pagarles a inversores financieros que se deshacían de sus bonos argentinos, según el ministro y candidato Massa, y el consenso de los economistas, incluidos los liberales.
“El Fondo no está comportándose como idealmente debería, porque no fue diseñado para eso, sino para, por ejemplo, ayudar a países en ciertos contextos, como la sequía que vive Argentina”, indica Libman a elDiario.es
Como Argentina representa por sí sola el 40% de toda la deuda que los países le deben al FMI, la hipótesis de que “cierre la canilla” y corte del todo la refinanciación del préstamo otorgado a Macri no parece probable. Si lo hiciera, Argentina podría asomarse a un abismo, pero ese resultado no sería gratuito para el organismo multilateral, tanto por cuestiones de legitimidad como de flujo operativo. Según el exnegociador del Gobierno peronista con el FMI, éste “no tiene voluntad de desconectarse de Argentina y que ocurra lo mismo que en 2001”, cuando Argentina conoció los peores indicadores socioeconómicos de su historia.
Libman utiliza la figura de “respirador artificial” para describir la situación actual.
El peso de las primarias
En las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO), los ciudadanos de entre 18 y 70 años están obligados a votar, pero es optativo para los de 16 a 18 años y para los mayores de 70. Los votantes deben elegir una única papeleta por categoría (presidente, diputados, senadores, parlamentarios del Mercosur y, en algunas provincias, autoridades locales), de cualquier coalición o partido, incluidos aquellos que presentan una candidatura presidencial única.
Este peculiar sistema, que se implementó hace 12 años, ha hecho que, en ocasiones, las primarias resuelvan prematuramente la contienda presidencial, como ocurrió en 2019, cuando el peronista de centroizquierda Alberto Fernández obtuvo el 48% de los votos, con unos 17 puntos porcentuales de ventaja sobre el derechista Mauricio Macri. No fue el caso de este año. En el juego del trasvase de votos, parece improbable, pero no imposible, que el propio Milei quede en tercer lugar en octubre y fuera de la segunda vuelta.
El balotaje también supone una singularidad en Argentina: el ganador de la primera vuelta debe superar el 45% de los votos u obtener entre 40% y 45% y más de diez puntos porcentuales sobre el segundo para evitar una segunda vuelta, que este año sería el 19 de noviembre.