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Walz entra al choque con Vance: “Fue a Yale e hizo carrera en Silicon Valley. Eso no es la clase media americana”

Tim Walz, candidato a vicepresidente de Kamala Harris, en un momento de su discurso.

Antònia Crespí Ferrer

Washington —

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Tim Walz era la inyección de energía y optimismo que necesitaban los demócratas para consolidar el giro de su campaña. El flamante candidato a la vicepresidencia de Kamala Harris ha vuelto a demostrar esta noche en Filadelfia que no le teme a los memes de internet y que es un hombre de clase trabajadora. “Vance estudió en Yale, su carrera fue financiada por los millonarios de Silicon Valley y después escribió un best seller destrozando su comunidad. Vamos, eso no es la clase media americana. No puedo esperar a debatir contra él, si es que quiere levantarse del sofá y aparecer”, ha dicho Walz, desafiando al vicepresidenciable de Donald Trump.

De un solo plumazo ha puesto los puntos sobre las íes a J. D. Vance, quien se presentó como la voz de la clase trabajadora, y ha hecho que el estadio estallara en carcajadas. La referencia al sofá es un guiño a los memes que en los últimos días han circulado por las redes sobre el rumor de que Vance tuvo sexo con un sofá. Hecho que supuestamente narra en su biografía Hillbilly Elegy, la cual se convirtió en best seller

El rumor es falso, pero Walz no ha desaprovechado la oportunidad para atacar a los republicanos en un terreno donde muchas veces los demócratas no son tan hábiles: los memes en redes. Clips de vídeo e imágenes que se han convertido en caballos de Troya en medio de la guerra cultural y que la extrema derecha sí ha sabido capitalizar a su favor.

“Estos tipos [Trump y Vance] son raros y espeluznantes. Lo estáis viendo”, ha asegurado Walz, que ya en su discurso de presentación como compañero de ticket de Harris se ha puesto manos a la obra y no ha dejado títere con cabeza. “Donald Trump no está luchando por vosotros o vuestra familia. Él nunca se sentó a una mesa de cocina como en la que yo crecí, preguntándonos cómo pagaríamos las facturas. Él estaba sentado en su mansión de Mar-a-Lago, preguntándose cómo podría rebajar los impuestos a sus amigos ricos”.

A pesar de haber buscado el cuerpo a cuerpo con Trump y Vance, Walz ha hilado buena parte de su discurso con un lenguaje constructivo que se proyecta hacia el futuro. Se trata de un giro de 180 grados que deja atrás la narrativa que había construido hasta el momento el antiguo presidenciable Joe Biden, que había basado gran parte de su narrativa en el miedo a Trump. 

“Tenemos 91 días. Dios mío, eso es fácil. Ya dormiremos cuando estemos muertos”, ha dicho al público. Walz ha hecho valer las incontables tardes que ha pasado como entrenador de futbol americano arengando a chavales de instituto. No solo es el hombre de clase trabajadora nacido y criado en el Midwest, sino que también es el coach que los demócratas necesitaban para salir al campo y jugar. Ahora queda por ver si podrá sostener esta energía inicial hasta el final del partido, el próximo 5 de noviembre. 

“Métete en tus propios asuntos” 

Haciendo honor a su imagen de hombre sencillo y afable, Walz ha puesto por delante de sus logros políticos los personales. Podría haber presumido de todas las leyes que ha sacado adelante con un Congreso estatal de mayoría republicana, pero ha preferido hablar del arduo camino para concebir a su hija Hope. Walz ha explicado cómo él y su mujer cada noche rezaban esperando a que la llamada del doctor les confirmara que el proceso de fecundación in vitro había funcionado. 

Su historia con la fecundación in vitro no solo es un hecho que liga perfectamente con la campaña de Harris para proteger los derechos reproductivos (donde también se incluye el aborto) sino que también apela a las divisiones entre los republicanos. El partido de Trump se ha visto dividido entre el sector más conservador que aboga por prohibir la fecundación in vitro y el que la defiende. “En Minnesota respetamos a nuestros vecinos y las decisiones personales que toman, incluso cuando tú no tomarías la misma decisión. Hay una norma de oro: métete en tus propios asuntos”, ha defendido Walz. 

“Cuando la vicepresidenta y yo hablamos sobre libertad, nos referimos a la libertad de poder tomar tus propias decisiones sobre tu salud y para que nuestros niños sean libres de ir a la escuela sin miedo a ser tiroteados”. Como exsargento y cazador, Walz ha decidido hacer suya la campaña de los demócratas para aumentar la regulación sobre la compra de armas. 

Después del atentado contra Trump, algunos demócratas ya habían vuelto a poner el tema sobre la mesa. Probablemente, los mismos argumentos en la boca de Walz, quien en el pasado contó con la simpatía de la Asociación Nacional del Rifle, sean mucho más efectivos que en boca de otros políticos. “En Minnesota creemos en la Segunda Enmienda, pero también creemos en el sentido común de unas leyes que regulen la violencia de las armas”, ha afirmado. 

Antes de que Walz tomara la palabra, Harris lo ha presentado ante el público por todos los nombres que se le conocen: marido, padre, profesor, sargento y entrenador. A lo que ha añadido: “Y en los próximos 90 días la nación lo conocerá como vicepresidente”. En su discurso, Harris ha aprovechado la incorporación de Walz para añadir más referencias a la clase media y a trabajadora. “Reforzar la clase media será mi principal objetivo como presidenta de los Estados Unidos”, ha prometido la demócrata. 

Pensilvania, un escenario clave

La elección de Filadelfia, Pensilvania, como lugar donde arrancar la campaña con la candidatura al completo no es casual. Este año Pensilvania reparte 19 votos electorales y será un estado decisivo de cara a las elecciones del 5 de noviembre. De entre los 7 swing states que hay este año, parece ser que el camino que lleva a la Casa Blanca pasa por Pensilvania. 

El gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro, ha hecho de anfitrión para Harris y Walz en Filadelfia. Shapiro, que por momentos había parecido que sería el elegido para ser el vicepresidente de Harris en lugar de Walz, ha destacado nada más empezar que una de las cosas que más “ama” es ser el gobernador de Pensilvania.

Shapiro también se ha deshecho en elogios hacia quien ha sido su rival: “Walz es el tipo de profesor y mentor que a cada niño le gustaría tener. Es el tipo de persona que hace sentir a la gente que pertenece al lugar y les inspira a soñar en grande. Y es el tipo de vicepresidente que América se merece”. En el comunicado de esta mañana ya prometía que trabajaría duro para que el tándem Harris-Walz consiguieran ganar en su estado.

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