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Yolanda Díaz se suma al plantón a Orbán: no acudirá a la reunión de ministros de Trabajo en Hungría

La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, en una imagen de archivo.

Irene Castro / David Noriega

16 de julio de 2024 12:10 h

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Yolanda Díaz se suma al plantón a Viktor Orbán. La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo ha anunciado en Bruselas que no acudirá en octubre a la reunión informal de ministros de Empleo organizada por la presidencia en húngara. La dirigente de Sumar se suma a los ministros de otros países que han delegado la presencia en segundos niveles y al paso dado por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que anunció este lunes que ningún comisario acudirá a ese tipo de citas y lo harán funcionarios en su lugar como 'castigo' por el acercamiento de Orbán a Vladímir Putin.

“No voy a asistir a la reunión informal de octubre”, ha contestado Díaz a los periodistas en Bruselas, a su llegada a una reunión con sus homólogos de Empleo. La decisión la toma por ahora a título personal porque el Gobierno no ha tomado una decisión al respecto mientras el malestar con Orbán por sus viajes a Moscú y Pekín bajo la premisa de una autodenominada “misión de paz” en el arranque de la presidencia húngara del Consejo de la UE va derivando en decisiones inéditas por parte de las capitales y el gobierno comuntario.

“No he podido hablar con el ministerio de Exteriores, pero estamos trabajando en esto”, ha agregado Díaz. Por el momento el departamento que dirige José Manuel Albares guarda silencio. La semana pasada la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, aseguró que ella sí asistiría a las reuniones informales, que corresponde organizar al estado que ostenta la presidencia rotatoria del Consejo de la UE porque argumentaba que son “importantes” para establecer las líneas estratégicas de la UE. Por su parte, el ministro de Agricultura, Luis Planas, dejó en el aire su presencia en la cita de septiembre y dijo que cerraría la agenda con su equipo a finales de mes.

Las reuniones de Orbán con Vladímir Putin y Xi Jinping en lo que denominó una 'misión de paz' elevaron al máximo la tensión en la UE y algunas capitales plantearon tomar medidas por lo que consideraron que es un uso inadecuado de la presidencia rotatoria del Consejo. De hecho, todos los embajadores, a excepción del eslovaco, reprendieron a su homólogo húngaro en una reunión la semana pasada por la agenda internacional de Orbán, que posteriormente visitó a Donald Trump en Estados Unidos, aunque en esta ocasión no utilizó el logo de la presidencia en los vídeos de propaganda de la reunión.

En Bruselas acusan a Orbán de haber ido en contra de las normas de la UE, que establecen que los “estados miembros apoyarán activamente y sin reservas la política exterior y de seguridad de la Unión”. “Se abstendrán de toda acción contraria a los intereses de la UE o que puede perjudicar su eficacia como fuerza de cohesión en las relaciones internacionales”, agrega el Tratado de Funcionamiento de la UE.

Eso consideran que lo ha incumplido Orbán al acudir a Moscú y Pekín a defender un planteamiento sobre el conflicto en Ucrania que choca con el que hacen el resto de capitales y que pasa por dar apoyo a Kiev frente a la invasión rusa y que sea Volodímir Zelenski el que establezca el marco para iniciar las conversaciones de paz. Hungría, de hecho, veta todas y cada una de las medidas de apoyo a Ucrania que requieren de la unanimidad de los 27.

La posibilidad de que los ministros plantaran a la presidencia húngara por el uso que consideran que está haciendo de la presidencia rotatoria del Consejo de la UE está sobre la mesa de las capitales. Por el momento ha sido la Comisión Europea la que ha tomado la delantera y, según fuentes comunitarias, el alto representante, Josep Borrell, también está barajando opciones respecto al encuentro informal de ministros de Exteriores (Gymnich) de finales de agosto.

La decisión de Von der Leyen se ha producido tres días antes de que el produzca la votación en el Parlamento Europeo de su candidatura para un segundo mandato y en un momento en el que eurodiputados de su partido reclaman que se den pasos para castigar a Hungría bajo el artículo 7 de vulneración del estado de derecho que tiene abierto desde hace años y que puede derivar en la cancelación de su derecho a voto en el Consejo. No obstante, esa decisión requiere de la unanimidad de los estados miembros y previsiblemente Eslovaquia se estaría en contra, que es lo que ocurría antes con Polonia, que Budapest y Varsovia se protegían mutuamente. También los liberales quieren apretar y han planteado que se anule la presidencia húngara y se pase directamente al siguiente en el turno (Polonia, que coge el testigo en enero de 2025).

El paso de Von der Leyen ha llevado a un nuevo choque con Hungría. “La UE es una organización internacional constituida por sus estados miembros. La Comisión Europea es una institución de la UE. La Comisión Europea no puede elefir con qué instituciones y estados miembros quiere cooperar. ¿Todas las decisiones de la Comisión se basan ahora en consideraciones políticas?”, criticó el ministro de Asuntos Europeos, Bóka János.

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