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Análisis. Battlefield Hardline, cambiando los tanques por placas

Battlefield Hardline

Álvaro Alonso

Los jugadores que estaban deseando poner las manos encima a Battlefield Hardline, la nueva entrega de la saga de acción bélica propiedad de Electronic Arts, por fin pudieron hacerlo la semana pasada, con el acceso anticipado de los usuarios de EA Access en Xbox One y el posterior lanzamiento del juego.

Tras la decepción que supuso Battlefield 4 y los numerosos errores de sus servidores para el modo multijugador, los auténticos fans de la saga estaban deseando dar una oportunidad a Hardline, que no sólo cambiaba de ambientación y estilo, sino que incluía varios cambios en el sistema de juego. El equipo de Visceral Games nos ha preparado un auténtico título de policías y ladrones, cambiando los fusiles y los tanques por una pistola y una placa.

¿Funciona este cambio? ¿Se pierde la esencia de la saga con Hardline? ¿Han repetido sus creadores los errores de la anterior entrega, o es un título que destaca por su calidad?

Corrupción en Miami, la campaña de un jugador

Corrupción en Miami, la campaña de un jugadorComo ocurre en anteriores entregas de la franquicia, en Battlefield Hardline podemos jugar en dos modalidades: la campaña principal de un jugador, y el variado modo multijugador. Por lo tanto incidiremos en ambos por separado.

La campaña principal nos cuenta la clásica historia de policías, narcotráfico y corrupción. El protagonista es Nick Mendoza, un joven detective de antivicio de origen cubano, que cuando era niño huyó a Miami con su madre. Ahora se enfrenta cada día a traficantes, matones y toda clase de delincuentes, actuando con rectitud e intentando cumplir la ley. Pero como ya es costumbre, las cosas se tuercen.

Tras una operación “chapucera”, Nick comienza a trabajar con una nueva compañera, Khai, detective acostumbrada a tratar con los bajos fondos de la ciudad. Mientras investigan diversos casos, Nick comienza a sospechar que algo extraño está ocurriendo entre los traficantes de la ciudad y el cuerpo de policía. Cuando confirma lo que temía, que hay agentes corruptos en el cuerpo, intentará desenmascararlos y poner fin al auge de las mafias en Miami. Sin embargo, al intentar destapar todo el entramado que se oculta bajo antivicio verá como su vida se desmorona sin remedio.

La historia de Battlefield Hardline, si bien no destaca por su brillantez u originalidad (hemos visto en muchas ocasiones al policía bueno que se mete en problemas por culpa de los corruptos), sí que cumple con lo que promete: está llena de acción, tiene alguna que otra sorpresa y momentos de humor.

Además, el formato episódico similar al de cualquier gran serie de televisión americana, le sienta estupendamente. Por ejemplo, cada vez que salimos del juego, aunque sea en medio de un episodio, nos aparece el típico avance de “En el próximo episodio”. Lo mismo ocurre cuando entramos al juego, da igual en que punto de la campaña nos encontremos. Nos hacen un resumen a lo “En anterior episodios” que resulta especialmente útil para acordarnos de los detalles importantes de la trama.

En total la campaña principal cuenta con diez episodios (sin contar el prólogo), que aunque pueden alargarse más o menos en función de nuestra forma de jugar, nos llevarán al menos siete horas para completarlos. La duración es poco más correcta y sigue los estándares de los últimos años, aunque eso sí, invita a podemos rejugar los episodios que decidamos para completar todos los objetivos secundarios que nos proponen.

¿Cómo es el sistema de juego de la campaña principal? En general, no cambia respecto anteriores Battlefield en lo básico: es un shooter en primera persona. A partir de ahí todo varía para amoldarse a la nueva ambientación policial, que aunque lo parezca, no tiene nada que ver con la militar. Dejamos atrás las batallas campales, llenas de enemigos, ametralladoras, bombas y acción continua, por algo más calmado, en lo que tenemos varias opciones para avanzar.

Cada vez que empieza un episodio se nos da un objetivo principal, normalmente atrapar a un delincuente que ha estado tocando las narices más de la cuenta. Este objetivo está dentro de la historia, por lo que si llegamos al final del episodio lo cumpliremos, da igual lo que hagamos. Además, nos dan objetivos secundarios de dos tipos. Por un lado, se nos presentan órdenes de captura contra diversos delincuentes que rondarán por el episodio, y por otro nos pedirán que recabemos distintas pruebas para las investigaciones del cuerpo.

Cuando comienza la acción, tenemos que avanzar por los gigantescos escenarios persiguiendo el objetivo principal. La variedad de los lugares que visitaremos es un punto a favor para este Hardline, que nos llevará desde los barrios más pobres de Miami a la zona rica, desde los pantanos de Florida a un autobús de presos.

En los escenarios, como ocurre en los anteriores títulos de la saga, hay repartidos multitud de enemigos que aparecen resaltados en el minimapa con flechas naranjas, acompañadas por zonas “iluminadas” en color blanco, que señalan hasta donde alcanza su visión. Podemos atacar a lo bestia disparando contra los malos y limpiando el camino de amenazas. Sin embargo, esta opción nos dará menos puntuación.

Lo mejor es avanzar con sigilo, intentando no ser detectados por los delincuentes. Para ello podemos caminar agachados o arrastrarnos, escondernos tras muros y cajas o lanzar casquillos para distraer a los enemigos. Cuando nos acercamos a ellos tenemos dos opciones, o noquearlos o detenerlos. Si optamos por la segunda opción debemos sacar nuestra placa y apuntarlos con ella, acercarnos y ponerles las esposas.

Podemos detener hasta a tres delincuentes de golpe. Para hacerlo debemos ir poniéndoles las esposas de uno en uno, eso sí, sin perder de vista a los demás. Si nos centramos en uno, los otros dos aprovecharán para atacarnos. Para evitar eso tenemos que fijarnos en un marcador que aparece en la pantalla, de color rojo. Cuando se llena, los delincuentes sacarán sus armas y abrirán fuego. Para evitarlo debemos dirigir la placa hacia ellos, como advertencia: “Oye, sé que estás ahí. Intenta algo y te la cargas”.

Si intentamos detener a más de tres, o nos pillan poniéndole las esposas a uno, comenzará un tiroteo del que no hay vuelta atrás. Una vez empiecen los disparos, ya no podremos detener a ninguno de los enemigos y la situación se solventa con un formato más habitual.

Volviendo a lo mencionado antes, los objetivos secundarios, la mejor forma de dar con ellos es con un escáner que recibiremos en el primer episodio. Con él podemos ocultarnos en la distancia y analizar todos los enemigos que hay en el mapa. Aquellos que tienen una orden de busca y captura aparecerán resaltados. Si los detenemos, conseguimos una mayor puntuación. En cuanto a las pruebas, cuando nos encontremos cerca de alguna el escáner vibrará. Solo tenemos que activarlo y buscarlas (aparecerán resaltadas en verde) para hacernos con ellas.

Al final de cada episodio recibimos puntos de experto en función de lo bien que lo hayamos hecho. Si hemos detenido a todos los sospechosos sin derramamiento de sangre, habremos hecho un buen trabajo. Si por el contrario hemos provocado una masacre, no recibiremos muy buenas críticas, es decir, lo mismo que si fuéramos un policía auténtico. Eso sí, si optamos por ir a lo bruto no tendremos ningún tipo de penalización en la historia.

Con los puntos de experto, y a medida que subimos de nivel, vamos desbloqueando nuevas armas y accesorios. Si trabajamos bien, a mitad de juego podemos habernos hecho con auténticas armas de destrucción masiva, aunque claro, de poco servirán si queremos actuar con sigilo.

Leyendo lo mencionado sobre la jugabilidad, deduciréis que Hardline no alcanza los niveles de destrucción de otras entregas, con grandes explosiones y tiroteos interminables. Es algo lógico si queremos que la trama sea creíble, al fin y al cabo un policía no va a hacer estallar media ciudad para atrapar a un traficante. Sin embargo, hay momentos en los que un poco de destrucción sí está permitida, pudiendo volar barriles de combustible u otros elementos del escenario. En los momentos en que conducimos también podemos liarla parda, llevándonos por delante toda clase de contenedores, vayas y material urbano.

En definitiva, la campaña principal es divertida de jugar, especialmente por lo permisiva que es. Si nos gusta pegar tiros, nos deja. Si nos gusta creernos policías y actuar con sigilo, nos deja. Nos permite elegir la ruta que queremos tomar para llegar a los objetivos, decidir si queremos detener a los delincuentes en busca y captura, decidir si queremos entretenernos buscando las pruebas... Sin duda, es una gran ventaja respecto a otros juegos del género más lineales.

En cuanto al apartado técnico. Battlefield Hardline aprueba con nota, aunque no es brillante. Aprovecha correctamente el potencial de Frostbite 3, pero en algunos puntos su calidad parece inferior a la de Battlefield 4. No nos malentendáis, el modelado de los rostros de los personajes es espectacular, así como sus expresiones. Las mayoría de las texturas son de excelente calidad, llegando a sorprender en algunos casos (como la famosa hamburguesa que se ha hecho protagonista en las redes sociales), pero por desgracia no son todas, haciendo que las zonas con menor calidad resalten más de la cuenta.

Lo que más “decepciona” es la inteligencia artificial de los enemigos y la física de los vehículos. En cuanto a lo primero, si pasamos por delante de un delincuente nos detectará, obviamente, pero si lo hace nuestro compañero de misión (por ejemplo, Khai) es como si fuera invisible. Es una pena, ya que el juego podría haber sido mucho más desafiante si no tuviéramos que cuidar sólo de nosotros, si no también de nuestro compañero.

En cuanto a la física de los vehículos, cuando conducimos parece que no pesamos. Podemos dar auténticos saltos mientras avanzamos a gran velocidad, y mantenernos unos segundos en el aire como si flotáramos. Lo mismo ocurre cuando chocamos con otros vehículos, provocando explosiones de las que salimos prácticamente ilesos. Estos “fallos” juegan en contra de la inmersión, restando realismo a la conducción y haciéndonos ver que esas partes del juego son las más cerradas.

El Modo Multijugador, una nueva aproximación al juego cooperativo

El Modo Multijugador, una nueva aproximación al juego cooperativoUna vez hecho un repaso a la campaña principal, pasamos al que es considerado el punto fuerte de los Battlefield, su Modo Multijugador, que por supuesto también cambia de temática y se centra en los distintos conflictos entre policías y delincuentes. Eso, sin embargo, no significa que cambie su sistema de juego más básico.

En Hardline tenemos siete modos competitivos, aunque algunos de ellos ya son veteranos de la saga. Por una parte tenemos Rescate (en el que tenemos que salvar a los rehenes encerrados en un recinto), por otra Punto de mira (en el que debemos defender un personaje importante), el divertido Todos contra Todos, y el modo Conquista, en versión grande y pequeña (en el que tenemos que recolectar banderas y mantenerlas).

Debutan otros tres modos, con una temática más centrada en el mundo del crimen y la policía. El primero de ellos es Atraco, en el que debemos elegir si formamos parte de los delincuentes (llamados Ladrones o Criminales) o de la policía (Fuerzas Civiles o SWAT). Si somos ladrones, nuestro objetivo es recoger dos bolsas de dinero especialmente bien protegidas. Una vez las tengamos en nuestro poder, debemos irnos a la zona de extracción, donde supuestamente debe recogernos un helicóptero. Una vez allí debemos defendernos de las fuerzas de la ley hasta que nos “salven”. Si somos policías, el objetivo es claro: impedir que roben el dinero del lugar original o, en caso de fallar, antes de la extracción.

Este modo se ve influenciado mucho por el mapa donde decidamos jugar, ya que tendremos que extraer el dinero o bien de auténticas cámaras acorazadas, o de un sótano oculto en una plantación de marihuana, o de una lujosa mansión de Hollywood, entre muchos otros, por lo que tendremos que planear al detalle nuestra estrategia en función del lugar donde nos toque dar el golpe.

La segunda novedad es Dinero Sangriento, un modo en el que los dos bandos vuelven a enfrentarse. En medio del mapa hay una pila de dinero que ambos equipos deben conseguir. Para ello deberán acercarse a la zona y exponerse a los enemigos mientras roban billetes. Cuando hayan cogido unos cuantos, deben llevarlos a su base. Por supuesto, podemos acercarnos a la base contraria e intentar robar allí, o disparar a un enemigo cargado, que dejará caer los billetes al suelo. En general, es un modo tan alocado como divertido, en el que tendremos que corretear de un lado a otro intentando que no nos roben los billetes que tanto nos ha costado conseguir. Es especialmente divertido porque podemos usar varios transportes, como coches, motos, etc., y planear toda clase de estrategias en grupo aprovechando la disposición de los distintos mapas.

El tercer nuevo modo es Puente, que aunque tiene algunos puntos en común con Conquista, introduce varias características novedosas. Esta vez tendremos que movernos en coches y camiones para llevar los objetos a nuestra base, así que los niveles de destrucción pueden llegar a ser épicos. Accidentes, coches conduciendo en todas las direcciones, helicópteros y enemigos armados dispuestos a hacernos estallar en mitad de la carrera... Por supuesto podemos disparar desde las ventanillas y golpear a los coches más pequeños, provocando una auténtica batalla en carretera.

Como en otros modos multijugador de la saga, ganamos recompensas en función del buen trabajo que hayamos hecho (o dejado de hacer), aunque éstas han experimentado un cambio de nombre. Por ejemplo, ya no ganamos galones, si no monedas, y las distintas medallas han sido sustituidas por otros tipos de recompensas.

Con el dinero ganado podemos comprar battlepacks (accesorios, experiencia, camuflajes, etc.), armas o dispositivos especiales. Anteriormente estos añadidos se desbloqueaban subiendo de nivel y acumulando victorias, lo que hacía que los novatos no tuvieran casi oportunidades contra los más veteranos. Ahora podemos desbloquearlos “pagando” y dar forma a nuestro personaje casi desde el minuto uno.

Podemos equipar armas (una principal y una secundaria) a nuestros personajes desde el menú principal, así como dispositivos como máscaras de gas, tirolinas, láser, ganchos, etc. Algunos de estos dispositivos son generales, pero otros sólo se pueden equipar a una clase determinada de las cuatro existentes, “recicladas” de las anteriores entregas: operador, mecánico, tirador y especialista. Cada clase tiene cinco tipos de armas principales, así como habilidades especiales que se desbloquearán al ir subiendo de nivel y que les proporcionan ventajas como recargar más rápido la munición, moverse más ágilmente o escalar en menos tiempo.

La variedad de mapas y las distintas formas que podemos interactuar con ellos es uno de los puntos fuertes de Hardline. Se nos presentan toda clase de escenarios, desde los ya mencionados barrios de Hollywood y plantaciones de marihuana a otros, como pantanos en los que tendremos que tener cuidado no sólo de los enemigos, si no también de caimanes y cocodrilos. También podremos jugar en desiertos, ciudades plagadas de rascacielos, etc.

Conclusiones

ConclusionesBattlefield Hardline conserva la esencia de la saga, especialmente en su completo Modo Multijugador, aunque introduce varias novedades y una ambientación totalmente distinta que la serie necesitaba. El enfrentamiento entre policías y delincuentes llega como un soplo de aire fresco, consiguiendo el perfecto equilibrio entre lo novedoso y lo clásico.

La campaña principal es entretenida y ofrece mucha libertad a la hora de afrontar los distintos objetivos. Las partes de sigilo están muy bien conseguidas, al menos en lo referente a nuestro personaje, ya que nuestro compañero parece inmune a que lo detecten los enemigos. Las escenas de acción son ligeras y desafiantes, muy distintas a las que estamos acostumbrados en la saga Battlefield, pero no por ello peores.

El multijugador también es notable, a pesar de reciclar algunos modos de las anteriores entregas que podían haberse sustituido por otros más acordes al enfrentamiento de delincuentes con las fuerzas de la ley.

En general, Battlefield Hardline es un juego decente, divertido y ameno, que mejora algunos aspectos de la saga pero que patina en otros puntos, como la ya mencionada IA o la diferencia gráfica de unas zonas y otras. Por supuesto, si nos pusiéramos a analizar hasta el más mínimo detalle todos los juegos tienen errores, pero si miramos el conjunto y lo que nos hemos divertido con él, sin duda Battlefield Hardline es un título que merece la pena probar, tanto si estás acostumbrado a los conflictos bélicos a gran escala, como si quieres experimentar con un enfoque un tanto diferente.

Lo mejor:

  • La nueva ambientación, centrada en los enfrentamientos entre policías y delincuentes. Da un toque refrescante a una saga marcada totalmente por los combates bélicos masivos.
  • La campaña principal nos permite elegir como jugarla, actuando con sigilo o pateando puertas con todos nuestro armamento a punto. La historia no es espectacular, pero tiene sus momentos.
  • Los nuevos modos para el multijugador, Atraco, Puente y Dinero Sangriento. Se alejan de los modos de las anteriores entregas y reflejan perfectamente la ambientación del juego, no así como el resto de modos.

Lo peor:

  • La Inteligencia Artificial de los enemigos en la campaña principal. Son incapaces de detectar a nuestro compañero, aunque lo tengan a cinco palmos. Hubiera estado muy bien que nuestro compañero pudiera revelar nuestra posición por accidente, haciendo más imprevisible la partida.
  • Los modos de juego “reciclados” de anteriores entregas. Podrían haber incluido más características para adaptarse a la nueva temática.
  • Experimenta un pequeño bajón respecto a Battlefield 4 en algunos puntos. Eso no quiere decir que sea un juego con gráficos malos, que conste. Los rostros y expresiones de los personajes sorprenden en muchas ocasiones.
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