A día de hoy ya a pocos le extraña que a la portátil PS Vita tan sólo lleguen títulos indies dado las moderadas ventas de la misma pese a ser una consola potente, versátil y con unas funciones más que llamativas. Pero tampoco es como para echarse a llorar, ya que la hermana pequeña de PS3 y PS4 se lleva bastante bien con este tipo de juegos, sirviendo en ocasiones como su escaparate perfecto. The Swapper, Lone Survivor, FEZ o Doki-Doki Universe son algunos de los juegos de este estilo que ya podemos disfrutar en ella.
Uno de los últimos en llegar ha sido Metrico, un título desarrollado por Digital Dreams en exclusiva para la portátil con, de primeras, bastante buena pinta al tratar de ofrecer toda una buena colección de puzles bajo un apartado visual sencillo pero sugerente explotando de paso todas las funcionalidades de la portátil como su pantalla y su panel táctil así como sus giroscopios.
El problema sin embargo es que esta unión a priori perfecta nos acabará llevando en ocasiones de cabeza al tener que jugar como si espasmos nerviosos sacudiesen nuestra columna, girando la consola hasta posiciones imposibles mientras pulsamos determinado botón. Y ya sabéis que a nosotros eso de hacer cosas raras con nuestras consolas no nos entusiasma demasiado.
Puzles, geometría y movimientos dignos del Kamasutra.
Nuestra primera impresión al iniciar Metrico fue más que buena. Un estilo visual sencillo, realmente llamativo (aunque con inexplicables caídas en la tasa de imágenes), y varios puzles capaces de obligarnos a poner en funcionamiento la mollera, algo que agradecemos y mucho. En el universo del juego no seremos más que una simple forma humana de hombre o mujer en mitad de unos escenarios donde todo está controlado por formas geométricas y leyes físicas, con porcentajes y números que sirven para hacernos una idea de la importancia de las matemáticas a la hora de resolver cada desafío.
Casi todos los elementos reaccionan de una forma u otra a nuestras acciones. Es decir que si nos movemos hacia la derecha un bloque se moverá con nosotros, mientras que si saltamos otro subirá o bajará. Por lo tanto la clave estará en avanzar midiendo cada uno de nuestros movimientos, cada paso y salto, si queremos seguir progresando en este mundo bidimensional.
No hay trama ni historia que valgan. Aquí la única motivación existente la encontramos en saber qué puzle viene detrás, ni más ni menos. Así iremos sorteando cada desafío hasta completar los 60 disponibles distribuidos en 6 mundos con una estética diferente, algo destacable ya que el apartado artístico, realizado como decimos casi exclusivamente con formas geométricas, resulta de lo más llamativo, entremezclando niveles más o menos coloridos con otros en blanco y negro o donde dominan determinados tonos. Este punto además gana enteros si hacemos uso de unos auriculares para sumergirnos en una banda sonora bastante cuidada.
Hasta aquí todo está muy bien, pero pronto empiezan los problemas. La dificultad para empezar no está bien medida, contando con algunos picos realmente frustrantes. Pero el gran fallo no radica en que ciertos puzles sean enrevesados, que también, si no en el hecho de que no resultan intuitivos añadiendo a cada nivel una funcionalidad que puede no resultar nada cómoda, como el uso de los giroscopios para alterar o mover los elementos.
Realizar giros excesivos con la consola no resulta cómodo ni sentado en el sofá ni tumbado en la cama ni en mitad de un vagón de metro atestado de gente ni muchísimo menos en el váter, al igual no resulta práctico andar con la cámara buscando determinado color al que apuntar. Al final parece que en vez de estar jugando a un título de puzles estamos bailando con Just Dance.
Y el gran fallo es que este tipo de mecánicas pueden valer para determinados juegos, pero no para un título donde la precisión y la exactitud de nuestros tiempos y movimientos es básica. Sinceramente, menear la consola a la vez que no perdemos de vista la pantalla para pulsar ‘salto’ en el momento preciso puede ser realmente frustrante, más aún cuando fallar nos puede mandar al carajo un puzle que ya teníamos casi completo. Estamos 100% seguros que de haber reducido el uso de estas funcionalidades a un nivel menor potenciando el control tradicional Metrico habría sido capaz de ofrecer una experiencia mucho más satisfactoria.
Por otro lado nos encontramos con un buen puñado de fallos técnicos. A las ya mencionadas caídas en la tasa de frames, algo inexplicable si tenemos en cuenta que no es que estemos ante la quinta esencia de la espectacularidad gráfica, hay que unirle unos tiempos de carga excesivos y la aparición de ciertos bugs que harán que nos volvamos locos pensando que no somos capaces de completar determinado puzle por ineptitud propia.
Experimentación excesiva.
En conclusión nos encontramos ante una propuesta interesante que podría haber dado muchísimo más de sí de haber dejado un tanto atrás el uso de ciertas funciones como el control giroscópico, capaces de sacarnos por completo de una inmersión por otro lado bastante lograda gracias al llamativo apartado visual y el buen nivel de la banda sonora.
Metrico es un juego de contrastes. Por un lado tenemos algunos puzles realmente ingeniosos que nos motivan a seguir avanzando, a sumergirnos un poco más en su geométrico universo mientras exprimimos nuestra materia gris, mientras que por el otro lado cuenta con ciertos errores tanto a nivel técnico como jugable que acaban llevándonos a una peligrosa frustración que, de apoderarse de nosotros, puede preceder al abandono total.
Y sinceramente, resulta una lástima. Aún y así todo buen amante de los puzles debería, al menos, echarle un vistazo.
Lo mejor:
Lo mejor:
- Llamativo y vistoso apartado visual y sonoro.
- Ciertos puzles resultan realmente sugerentes.
Lo peor:
- Se excede a la hora de tratar de explotar las funciones de Vita.
- Controles mal integrados, caídas en la tasa de frames...