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ANÁLISIS

Análisis UnEpic, una delirante aventura medieval

Alabados sean los freaks porque ellos, de una forma u otra, dando pena por el camino o maravillándonos con repentinas muestras de ingenio, serán los encargados de heredar la Tierra el día en el que la alianza de Disney (Star Wars) y Activision Blizzard (World of Warcraft) acabe por imponer su dominio sobre los gobiernos y las instituciones planetarias. Porque si el presente ya es suyo, nadie puede negar que su peso en el futuro será total. Por ello, hermanos, debéis mostrar con orgullo tanto vuestra afición al rol como las secuelas de acné juvenil mientras gritáis al mundo que sí, que aún sois vírgenes, pero a mucha honra.

Ah sí perdón, que esto iba de analizar UnEpic. Pero es que, ¿qué es UnEpic sino una oda a lo freak, a lo nerd? ¿Puede haber mejor homenaje a los fans de Dragones y Mazmorras, a quienes son capaces de hablar en Klingon y a los que sueñan con empuñar la reconstruida Narsil contra Sauron? Pero ojo, porque también es un homenaje a los videojuegos de los ochenta, o mejor aún, pretende ser en no pocos puntos un auténtico videojuego de rol de los ochenta tanto a nivel visual como de mecánicas.

Antes que nada toca hablar de sus orígenes. Obra de Francisco Téllez de Meneses, ha sido desarrollado en los ratos libres, sin apenas presupuesto y sin una editora detrás dando apoyo. Pese a esto ha conseguido un éxito notorio, llegando a estrenarse en PC, Wii U y más recientemente en Xbox One. Pero su mayor logro ha sido el saber conquistar el corazón de los jugadores dejando atrás toda chulería. UnEpic es ese juego que desarrollarías con los colegas de tener la fuerza de voluntad para ello. Y mucho tiempo. Y bastantes cervezas fresquitas en la nevera. Y un novio o novia que aguante todo esto.

Todo empieza como empiezan las grandes historias: con una tarde con los colegas. En UnEpic encarnamos a Dani, un chaval de barrio aficionado a los 'viajes psicotrópicos' que queda una tarde para echarse una partidita de rol de mesa con sus colegas freaks. Ya en la escena introductoria, la cual como el resto del juego podemos disfrutar con voces y textos en castellano, se respira un acogedor aroma a habitación sin ventilar y pizzas frías. Es un ambiente idílico en el que las coñas y las puñaladas vuelan a la par, siempre con repletas de amor.

En una de estas nuestro protagonista, a todas luces el menos puesto en juegos de rol de mesa pero bastante ducho en videojuegos, se levanta para echar una meadita con tan mala suerte que acaba teletransportándose a un misterioso castillo medieval repleto de escaleras, lámparas, pasadizos, puertas cerradas, esqueletos y criaturas espectrales. ¿Qué hace nuestro colega? Pues evidentemente pensar que sus amigos le han drogado y que está disfrutando de un peculiar viaje en el que quizás acabe encontrando las claves para convertirse en un auténtico maestro del rol.

A partir de aquí poco más hay que podamos desvelar de una trama que, pese a no ser ni mucho menos perfecta contando con ciertos personajes poco memorables y algún que otro diálogo un tanto pesado, sirve para cimentar la aventura. Pero hay una cosa muy importante, UnEpic se siente como si estuvieras jugando a un título hecho por ese colega al que por cosas de la vida hace años que no ves. En ningún momento esconde su intención de ser familiar, cercano como una caricia que viaja en el tiempo hasta nuestra adolescencia para decirnos ‘ey chaval, tranquilo, te comprendo’. Eso es MÁGICO. Y ciertamente hay diálogos pesados, pero también hay otros tantos repletos de humor con no pocas referencias clásicos del cine de los ochenta, escritos con las mismas palabras que usamos con nuestros colegas. Y si acaso los tacos nos generan incomodidad, siempre podemos usar la ‘versión mojigata’, digo… sin palabras ‘mal sonantes’.

¿Qué encontramos a nivel jugable? Pues un buen batiburrillo de cosas la verdad. Estamos ante una aventura rolera en 2D en la que tendremos que ir explorando mazmorras repletas de escalinatas, puertas cerradas, cofres del tesoro y enemigos. Es decir, clasicazo a más no poder. Además contamos con un completo inventario a rellenar con dagas, espadas, mazas, arcos, flechas, magias… todo sea por mantener vivo nuestro síndrome de Diógenes. Utilizar cada objeto en la circunstancia apropiada será crucial. Por supuesto los enemigos son también los típicos, como serpientes, demonios, murciélagos, dragones… Y ahí están los jefes finales, muchos de proporciones inmensas.

Sin embargo, aunque parezca que todo es clásico en UnEpic, también hay ciertos puntos quizá no innovadores, pero sí diferenciadores. Para empezar existen toda una serie de detalles capaces de enamorar a los fans del género, detalles que incluso rompen con lo establecido en una muestra de que su creador quería hacer SU juego tomando para ello lo que más le convenía. Ello deriva en que ciertas cosas funcionen muy bien y otras no tanto, pero el balance general es que se consigue cierto toque único.

Por señalar algo menos bueno en concreto, he de decir que personalmente el sistema de control y la resolución de los combates no me convencen. Los movimientos de nuestro héroe se sienten un tanto torpes, mientras que por otro lado se podría haber sacado más jugo a los enfrentamientos con los enemigos, puesto que la gran mayoría de las veces el único secreto que hay para seguir avanzando con éxito es pararse unos segundos a tantear la situación, echar un vistazo a nuestro inventario y ejecutar la acción pertinente.  

A nivel visual es justo decir que al principio hace daño. Sí, hay que tener en cuenta cómo se gestó UnEpic, pero eso no evita que tengamos que juzgarle por el mismo rasero que a cualquier otro juego, y en este punto es innegable que el diseño de los personajes resulta un tanto infantiloide y tosco, algo que si no recuerdo mal ha reconocido su responsable. ¡Ojo! Esto no quiere decir que no tenga su gracia, puesto que luce cierta maña a la hora disimular sus defectos y realmente tiene personalidad.

Donde encontramos pocos peros es en la localización al castellano con un buen nivel de doblaje para las voces. Por otro lado toca señalar las diferencias entre las distintas versiones. Particularmente he probado la de PC, pero me encantaría echarle el guante a la de Wii U por el aprovechamiento del GamePad para acceder al inventario dejando la pantalla de juego mucho más limpia y resultona. UnEpic también ha aterrizado este mismo mes en Xbox One al precio de 9,99 euros.

Lo mejor:

  • Fantasía medieval de la clásica (de la buena) aliñada con ciertos toques actuales. La mezcla perfecta para el jugón de hoy.
  • UnEpic quiere ser tu amigo. Déjale serlo y ambos saldréis ganando.

Lo peor:

  • Visualmente disimula sus carencias como mejor sabe. La primera impresión chunga no te la quita nadie. Luego la cosa mejora.
  • No termina de brillar en ninguna de sus mecánicas. Ciertas situaciones, diálogos y personajes pueden resultar un tanto pesados.

Conclusiones

ConclusionesAnálisis UnEpic, una delirante aventura medieval

En definitiva nos encontramos ante una aventura rolera bastante peculiar, creada con mimo por su responsable y capaz de hacer gala de todo un aluvión de pequeños detalles que encandilarán a los fans. ¿Qué podría ser mejor? Desde luego. Pero no por ello deja de ser un título largo, divertido y encantador. UnEpic es cómplice en tus aventuras y desventuras, es en sí mismo nuestro compañero de viaje y el propio viaje. ¡Incluso me atrevería a decir que en ocasiones es épico!

No sé hasta dónde llegará UnEpic largo plazo. Lo que sí puedo decir es que me muero de ganas por saber qué más puede ofrecernos su creador. Paciencia amigos, paciencia.

Por: Daniel Moreno

Análisis UnEpic, una delirante aventura medieval

01/15/2016

7 / 10 estrellas