El regreso de Lara Croft allá por el ya lejano 2013 supuso toda una alegría para sus fans, más aún cuando se confirmó lo que todos esperábamos: que el reboot de Tomb Raider realizado por Crystal Dynamics era un gran juego, con unos valores de producción altísimos, y una jugabilidad capaz de beber de propuestas actuales sin que el espíritu primogénito de la franquicia quedara disuelto. Se trató, sin lugar a dudas, en todo un salto hacia adelante en la ya extensísima carrera de nuestra heroína, significando una evolución (o maduración más bien) completamente necesaria.
Frente a la mera explotación de un personaje que acabó por convertirse en poco más que un icono sexual a finales de los 90 y principios de siglo, Tomb Raider nos presentó a una joven e inexperta Lara, tan humana como cualquiera. Con sus debilidades, con sus defectos, con sus miedos. Pero también bajo un apariencia física mucho menos explosiva pero no por ello menos cautivadora. Este nuevo juego, este renacer de la franquicia, nos permitía ver como la arqueóloga más famosa de la historia de los videojuegos pasaba de ser una joven inocente criada entre algodones a una mujer de armas tomar, capaz de desenvolverse igual de bien contra animales salvajes que contra humanos psicópatas o criaturas sobrenaturales.
Ahora la pregunta es, ¿qué puede ofrecer su secuela? Las medias tintas no suelen gustar a todos los paladares, y está claro que en Crystal Dynamics tienen una delicada labor por delante al tener que dar con la tecla justa entre la Lara de 2013 y la Lara todoterreno de los 90. Ya no nos vale aquello de que esta chica acaba de caerse de la cuna, porque ha cazado demasiados lobos y degollado a demasiados tarados como para que caigamos en ese truco. Lara tiene que demostrar que su nueva aventura no ocurre por accidente, si no porque le ha cogido el gusto, aunque sea sin querer, a esto de jugarse la vida.
Rise of the Tomb Raider, así se llama este nuevo título que está siendo desarrollado por ahora en exclusiva para las consolas Xbox, teniendo los ojos bien puestos en la nueva generación gracias a que la versión para 360 será desarrollada por otro estudio. Dejando atrás las tormentosas islas de Yamatai, para esta ocasión nos vamos a Siberia, por lo que no faltará la nieve, el frío y esos osos con los que boxea Vladimir Putin a pecho descubierto en sus ratos libres.
¿Y por qué Siberia? Pues porque la buena de Lara sigue obcecada con los mitos sobre la inmortalidad, tratando de buscar la fuente de la vida eterna, y resulta que en dichas tierras dejadas de la mano de Dios (según tenemos entendido) se esconde algo que puede ser clave para su investigación. No, no son los gulags soviéticos, se trata de Kitezh, una ciudad legendaria a la que supuestamente sólo pueden llegar los puros de corazón.
Pero no todo será nieve, ventiscas, avalanchas y vientos gélidos, dado que también visitaremos otras localizaciones. Por ahora se sabe que al menos el prólogo se ambientará en una ciudad moderna, civilizada y, suponemos que por ello, repleta de Starbucks en los que Lara podrá sentarse a tomar un frapuccino mientras escribe su tesis en su Mac y tuitea la foto de un perro orinando en una farola acompañada de un texto profundo sobre la fragilidad humana (o quizás no). También sabemos que habrá otra área algo desértica, con riscos escarpados y no pocas ruinas sobresaliendo entre escasa vegetación.
Dejando a un lado las bromas, que el prólogo transcurra en plena civilización conlleva que Lara aterrice en Siberia con ciertos útiles impensables en las primeras fases del Tomb Raider de 2013, dado que entonces teníamos que fabricar nuestras propias herramientas siendo de entrada muy rudimentarias. Ahora parece que Lara podrá hacer uso de entrada de algún que otro juguetito más tecnológico, y no estamos hablando del nuevo iPhone 6 con Google Maps.
Eso sí, al igual que en Yamatai, Lara no se lanza a la aventura en solitario, dado que contará con el apoyo de Jonah Maiava, personaje que algunos recordaréis con cierto cariño, mientras que a muchos otros ni os sonará su nombre. El caso es que Jonah nos acompañará durante las primeras fases del juego prestándonos un valioso apoyo en forma de consejos, pero más pronto que tarde acabaremos nuevamente perdidos. Lara se quedará sola, otra vez con la obligación de sacarse las castañas del fuego.
Sus responsables han prometido ofrecer escenarios mucho más grandes y abiertos que los vistos en cualquier otra entrega de la serie, permitiendo además que Lara pueda interactuar de forma más profunda con el entorno al poder trepar por los árboles y esconderse entre la maleza. Esto sin lugar a dudas fomentará la exploración, permitiendo mecánicas propias de los juegos de mundo abierto que sin lugar a dudas enriquecerán la experiencia. Además, el elemento supervivencia volverá a estar muy presente, ampliando significativamente el catálogo de recursos a recoger para crear nuevos ítems o mejorarlos; sin olvidarnos de la caza, que ahora será más compleja al requerir por nuestra parte que rastreemos a la presa. Por supuesto también volverán las armas de fuego, permitiendo aplicar mejoras en cada una de ellas.
La idea es que el propio escenario sea un elemento vivo, por lo que habrá ciclos de día y noche y diversos elementos dinámicos capaces de afectar directamente a la jugabilidad. Para que os hagáis una idea, diversa fauna sólo saldrá de su escondrijo en determinadas horas del día o de la noche, mientras que diversos elementos climatológicos, como la lluvia y sobre todo las ventiscas de nieve, serán capaces de alterar profundamente la mecánica de combate, impidiendo la visibilidad y entorpeciendo nuestros movimientos. Además el mencionado mayor tamaño de los escenarios también hará posible que cada cual afronte los diversos objetivos de formas muy variadas, fomentando la diversidad de acción y la rejugabilidad.
Por supuesto también vuelven las tumbas para ofrecer esas mecánicas de tipo puzle que tanto gustan. De hecho sus responsables han prometido que no sólo serán más grandes, si no también más complejas con la idea de que el jugador se estruje el cerebro para completarlas. De esta forma esperan que nadie pueda entonar aquello de que falta variedad de opciones y situaciones.
Con todo esto no nos queda otra que esperar esperanzados a que Rise of the Tomb Raider aterrice en las tiendas en una fecha aún por determinar de 2015, probablemente a finales de año. Como decimos, por ahora es un exclusivo de Xbox 360 y Xbox One después de que Microsoft llegara a un acuerdo con el estudio, pero nadie descarta que no pueda aterrizar posteriormente en otras plataformas como el PC y las consolas Playstation.