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Avance Star Citizen, el simulador espacial más ambicioso de la historia

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A lo largo de la ya dilatada historia de los videojuegos no son pocos los grandes nombres que han surgido. Hablamos de creativos que se han convertido en el alfa y el omega de un género, en auténticos padres de una nueva forma de entender este ocio electrónico. Y entre todos ellos encontramos a Chris Roberts, veterano desarrollador de cuyo imaginario han salido sagas largamente veneradas como Wing Commander y títulos como Freelancer. ¿Y qué tienen en común estos nombres? Pues que hablamos de los que posiblemente sean los dos mejores simuladores espaciales de todos los tiempos.

Pero Roberts no siempre ha estado al pie del cañón creando juegos de ‘navecitas’. Durante diez años se alejó de la industria para dedicarse a la producción de películas, hasta hace bien poco, que volvió a primera línea de fuego con uno de los proyectos más ambiciosos jamás concebidos, un Star Citizen que busca convertirse en el juego que Roberts siempre ha querido pero no ha podido hacer gracias a la tecnología actual y al hecho de haberse convertido en el título que más ha recaudado en una campaña de financiación colectiva tras superar la barrera de los 55 millones de dólares y subiendo.

Pero, ¿qué podemos esperar de Star Citizen? Se habla de un vasto universo persistente que nos dará la posibilidad de convertirnos en héroe o villano, donde cada una de nuestras acciones tendrá consecuencias tanto para nosotros mismos como para el resto de jugadores reales que darán forma a esta experiencia fuertemente orientada al online. Suena ambicioso, ¿verdad? Pues aún hay mucho más que contar.

Pese a que es un proyecto a largo plazo cuyos responsables, el estudio Cloud Imperium Games capitaneado por el propio Roberts no esperan tener listo hasta bien entrado el 2015, y eso siempre y cuando todo marche como es debido, ya se conocen suficientes detalles de Star Citizen como para poder afirmar que estamos ante uno de los grandes juegos no ya de la presente generación, si no de toda la historia. Su idea como decimos radica en ofrecer al jugador la posibilidad de ser quien desee ser en un nutrido y complejo universo de ciencia ficción que podremos explorar con total libertad.

Así pues podremos ser soldados, piratas, comerciantes, mineros, exploradores, cazadores de recompensas… Las posibilidades prometen ser realmente extensas. Por supuesto podremos deambular por este universo sin tratar de armar demasiado jaleo, yendo a lo nuestro y tratando de prosperar sin más, aunque también podremos intentar destacar sobre el resto de los jugadores convirtiéndonos en leyenda para bien o para mal.

Es decir, podremos convertirnos en adalides de la justicia o en villanos incorregibles. Aprovechar las oportunidades, hacer cumplir las normas, traicionar a nuestros aliados o defender al más débil estará en nuestras manos, aunque como decimos siempre habrá que tener en cuenta que cada acción que realicemos, aunque pueda parecer buena y justa, puede conllevar una serie de catastróficas consecuencias.

Si por ejemplo decidimos asaltar un carguero mercante, perfecto, podremos hacerlo. Pero se nos echará encima la policía y lo que es peor, toda una buena colección de cazarrecompensas, otros jugadores que se dedicarán a dar caza a los de nuestra calaña. Si por el contrario optamos por defender un carguero que está siendo atacado por una fuerza alienígena, bravo, estaremos realizando una acción de la que nuestros padres estarían orgullosos, aunque debemos saber que dichos alienígenas, que seguramente tengan muchos más amigos, no se lo tomarán nada bien.

Pero, ¿cómo podremos hacer todo esto? Bien, con nuestra nave. Para ello Star Citizen contará con un complejo sistema de economía galáctica que deberemos ser capaces de dominar para prosperar. De esta forma podremos ir mejorando nuestra nave con decenas de nuevas piezas, convirtiéndola en una máquina de combate única, o bien optar por comprar otra de clase superior. Habrá tantas que será difícil probarlas todas, y lo mejor de todo es que cada una de ellas es distinta en manejo, defensa, potencia de fuego, velocidad, etcétera. Y está claro que no podremos ser un gran piloto, comerciante, minero o lo que sea que queramos ser si no tenemos una nave apropiada para dicha tarea.

Por supuesto tendremos muchas formas de obtener recursos, ya sea comerciando con diferentes productos, arriesgando nuestro pellejo en combates espaciales frenéticos o saltando a la caza del chico malo de turno. Podremos aceptar misiones mientras tomamos una copa en la cantina, al más puro estilo Star Wars, o bien enrolarnos en las filas de una poderosa nava de combate acorazada repleta de cazas.

Eso sí, su baza principal recae como era de esperar en lo espectacular de sus combates espaciales y la complejidad de la IA del juego, de forma que podremos sumergirnos en auténticas trifulcas donde los misiles volarán de un lado a otro, abriéndonos paso entre decenas de enemigos que reaccionarán a nuestras acciones como nunca hemos visto hasta ahora, ya sea guiándonos hacia la boca de lobo, organizando retiradas o contraatacando de forma virulenta, al igual que lo hará nuestra IA aliada. Además de estos combates también podremos asaltar naves enemigas, algo que requerirá de gran pericia para acoplar ambas naves así como de una buena habilidad a la hora de entablar combates a corta distancia al más puro estilo de los FPS modernos.

Lo dicho, no exageremos cuando hablamos de un universo de ciencia ficción complejo y sumamente extenso, que dará cabida a diferentes razas alienígenas con idiomas propios creados para la ocasión, diferentes facciones humanas con un complejo entramado sociopolítico, y multitud de sistemas solares que esperan a ser descubiertos y explotados por las diferentes fuerzas que pueblan este universo. Hablamos de un mundo online persistente y en constante evolución que estará siempre esperando a que iniciamos el juego para seguir forjando nuestra leyenda siempre y cuando las hazañas de otros no tapen nuestros logros.

Sin embargo el hecho de que este universo aspire a ser permanente no implica que nuestro personaje y nuestra nave también lo sean. Es decir, si nos jugamos demasiado el culo es más que probable que perdamos nuestra nave con todas las mejoras realizadas y todo aquello que llevemos en su bodega, tal como sucedería en la vida misma. La única diferencia entre perderlo todo o no perderlo será la contratación de una póliza de seguros, en cuyo caso nos devolverán parte de lo perdido según la póliza contratada. Vamos, una movida que seguro que termina por desquiciar a más de uno que no se lea la letra pequeña.

En cuanto a la vida de nuestro personaje, tres cuartas partes de lo mismo. Tendremos un número limitado de vidas, dado que tras sufrir un accidente o un ataque enemigo podremos recurrir a una cabina para que nos curen con implantes cibernéticos o para que nos clonen sin perder así nuestro nombre y méritos. Cada herida de guerra se reflejará en nuestro rostro, y cuando hayamos superado el número de vidas disponibles, no nos quedará otra que pasar nuestro legado a un sucesor, el cual heredará nuestro nombre, naves, recursos y por supuesto parte de la fama frente al resto de jugadores. Esto también implica que si somos un maldito mamón mata inocentes, nuestro descendiente heredará nuestro mal nombre y a los enemigos que correspondan.

En definitiva, repetimos que nos encontramos ante uno de los títulos más ambiciosos jamás concebidos, una auténtica oda a la ciencia ficción que además lucirá de miedo gracias al uso de la última versión del motor CryEngine, ofreciendo un auténtico espectáculo visual tanto en los combates entre diferentes naves espaciales como en el interior de los escenarios o en la exploración terrestre de los planetas que encontremos. Lo que hemos visto hasta ahora en este punto nos ha dejado sin palabras por su nivel de detalle, aunque mucho nos tememos que será necesario de un PC puntero para poder gestionar todo esto con fluidez.

En Star Citizen podemos encontrar el juego siempre soñado por Chris Roberts, el simulador espacial definitivo. Hablamos de un título que no tiene miedo a la hora de crear algo que pueda convertirse en cultura pura y dura como a día de hoy lo son Star Wars o Star Trek. Hablamos de un título que de cumplir con las expectativas, de saber canalizar todo el esfuerzo y pasión que están demostrando ser capaces de poner sobre la mesa tanto sus propios responsables como una entregada y numerosísima comunidad de fans que han tenido a bien financiarlo con su propio dinero, a buen seguro se convertirá en todo un hito, en uno de los juegos más importantes de la historia.