A estas alturas y teniendo en cuenta que ya no queda nada para que se estrene en las tiendas el próximo 25 de marzo, hay que decir que se ha hablado mucho sobre Bloodborne, generándose una gran expectación a su alrededor con cada nuevo detalle ofrecido por sus responsables, por pequeño que sea. Nosotros mismos ya hemos escrito más de un avance y otros tantos artículos, y si, no podemos negar que nos sentimos encantados de ser parte de esa marabunta mediática que lo acosa a cada instante tratando de descubrir hasta el último de sus secretos.
La explicación a todo esto es más que sencilla: se trata de la nueva obra del reputado creativo nipón Hidetaka Miyazaki, genio detrás de la que se ha convertido en una de las sagas más emblemáticas y alabadas de la pasada generación de consolas: Souls. Así es, hablamos por lo tanto de lo nuevo de From Software, quienes nos han hecho sudar horrores para completar (en el caso de haberlo conseguido) tres juegos que no deberían faltar en ninguna biblioteca, empezando por un Dark Souls II que no quiere perderse la nueva generación de consolas con la edición Scholar of the First Sin.
Pero Bloodborne quiere y no quiere ser un nuevo Dark Souls, puesto que se trata de una nueva IP exclusiva de Playstation 4 cimentada sobre algunas de sus bases pero con la ambición de dar forma a un nuevo y rico universo, propiciando que aquellos que hayan jugado a los títulos de From Software encuentren muchas similitudes, desde luego, pero también un toque de frescura tanto en lo jugable como en lo puramente visual.
Nosotros ya lo hemos podido probar gracias a Sony, y aquí van nuestras impresiones jugables:
Para empezar ya sabéis que la ambientación cambia radicalmente pasando de la fantasía medieval a una estética victoriana realmente oscura. Sinceramente, nos parece un salto espectacular, dado que la ambientación conseguida puede llegar a provocar ciertas sensaciones propias de los juegos de terror, con ciertas escenas y sonidos capaces de ponernos los pelos de punta y algún que otro sobresalto. Tanto los escenarios como los personajes y las diferentes escenas de las que seremos testigo reflejan un toque perturbador, casi de psiquiátrico. Y sí, puede que se mantengan presentes muchos elementos de Souls como el continuo viaje de la vida a la muerte y viceversa, pero en vez de sentir que estamos recreando una epopeya de guerreros y fuerzas de ultratumba tendremos la continua sensación de que estamos experimentando la pesadilla más truculenta de un demente.
Como decimos la ambientación es sencillamente soberbia. Por ahora es cierto que no hemos visto una gran variedad de escenarios, pero su toque tétrico nos ha dejado literalmente flipados. Y aunque no se puede hablar del título tecnológicamente más puntero, lo cierto es que el salto desde la saga Souls es enorme tecnológicamente hablando, ofreciendo un gran nivel de detalle que nos permite sentir que los escenarios son todo y parte del juego, casi como una ramificación más del mal.
Según recorremos las diferentes estancias nos vamos dando cuenta de la profunda oscuridad que reina en este mundo. A cada paso que damos encontramos un nuevo cadáver en descomposición, ya sea de un ser humano o de un animal, y los destrozos y los desperdicios abundan por doquier, mientras que por las calles deambulan no pocas criaturas de ultratumba, o bien descansan en cualquier rincón a la espera de que pasemos por su lado, como si el mundo fuera suyo y nosotros su presa.
¿Nuestro papel? Seremos un cazador. Por ahora no sabemos mucho de la historia más allá de que nos tendremos que dedicar a acabar con todas y cada una de las criaturas de este tipo que nos encontremos, aunque siempre podremos tratar de evitar algún que otro combate, por supuesto.
Y en este punto entramos en lo que más preocupa a los jugadores de Souls: el combate puro y duro. Se ha comentado mucho la diferencia de estilo entre Dark Souls II y Bloodborne, y sinceramente, no podemos hacer más que ratificar muchas de las cosas dichas hasta ahora. Bloodborne es un juego infinitamente más rápido y ofensivo, aunque parece mantener intacto el extremo nivel de exigencia que caracteriza a las obras de From Software, obligándonos a pensar bien y mucho cada uno de nuestros movimientos.
Contamos con un arma principal y una secundaria. Habrá varios tipos, pero de momento hemos podido probar una especie guadaña plegable y la pistola. Esta guadaña se puede usar plegada, permitiendo un combate más rápido, o bien extendida, resultando más lenta pero devastadora. La pistola por el contrario será ideal para mantener a raya a los enemigos cuando se nos vayan a echar encima, permitiéndonos interrumpir su ataque para golpear nosotros. Así pues, también podremos realizar varios ataques, uno cargado más lento y potente y otros más rápidos que consumen menos energía. Si conseguimos realizar como es debido un ataque poderoso, podremos disfrutar de una brutal ejecución; pero ojo, porque si realizamos demasiadas acciones y nos quedamos sin energía, ya sabéis que habrá que esperar a que se recargue para volver a atacar, por lo que no podemos ir por la vida repartiendo golpes como Chuck Norris.
En cuanto a los escudos, otro de los puntos de los que se ha hablado mucho, por ahora no hemos tenido ocasión de probarlos, aunque ya nos imaginamos por dónde irán los tiros: lejos de servir para mantenernos a salvo de las repetidas embestidas del rival, en Bloodborne serán un complemento defensivo ideado para darnos un segundo de paz antes de decidir nuestro próximo movimiento, pudiendo bloquear algún que otro ataque. Pero aquello de avanzar parapetado tras él no creemos que pueda llegar a ser posible por este nuevo ritmo más frenético del que hace gala el juego, por lo que es probable que muchos acaben sustituyéndolo por un combo arma de fuego + arma principal que parece funcionar a las mil maravillas.
Por supuesto contaremos con ciertos ítems, como cócteles molotov ideales para incinerar a uno o más enemigos y las típicas pociones de siempre para recuperar parte de nuestra vida. En dicho sentido, tenemos la sensación de que durante la parte del juego que hemos podido disfrutar podíamos recolectar bastantes pociones, lo que puede que no agrade a los jugadores más hardcore. También existe una nueva forma de recuperar vida, consistente en aventurarnos a contraatacar nada más recibir un daño. Básicamente si conseguimos devolver varios golpes podremos recuperar parte o toda la vida que nos hayan quitado con el último ataque, algo que resulta la mar de práctico impulsando el estilo ofensivo de Bloodborne. Eso sí, es cierto que, pese al aparentemente elevado número de pociones y a esta nueva mecánica, no por ello hemos dejado de morir una y otra vez en cuanto nos hemos visto superados en número o nos hemos comido un par de ataques a bocajarro.
Si morimos ya sabéis lo que ocurre, perdemos toda la experiencia ganada, volvemos a empezar desde el punto de control, esta vez una especie de lámpara en sustitución de las míticas hogueras, y los enemigos del nivel resucitan. Es decir, nos tocará volver a matarlos a todos y, a ser posible, recuperar nuestra experiencia, ahora en manos de aquel enemigo que nos haya matado.
¿Qué más podemos contaros? Pues nos ha llamado la atención un editor de personajes bastante completo, que nos permitirá seleccionar el nombre, género, edad y constitución de nuestro héroe al detalle, incluyendo por supuesto sus parámetros básicos de habilidad, como fuerza, resistencia, agilidad, etcétera. Esto vendrá determinado en parte por su origen, pudiendo elegir entre ‘pusilánime’, ‘único superviviente’, ‘pasado violento’, ‘vástago noble’ y otras tantas, dejando el último, ‘desperdicio’, para los más atrevidos al reducir todos los parámetros al mínimo (el propio juego reza: “Desperdicio: no tienes ningún talento, no deberías haber nacido”).
En conclusión, Bloodborne parece posicionarse como una continuación natural de la saga Souls con espíritu propio gracias a una magnífica ambientación victoriana bastante escalofriante y a cierta diferenciación en lo jugable, pese a compartir no pocas similitudes con las anteriores obras de From Software. Habiéndolo probado algo más libremente que en ferias como la Madrid Games Week, os podemos decir que el juego ya va tomando su forma definitiva, puliendo por lo que hemos podido comprobar varios puntos flojos como por ejemplo una tasa de frames poco sólida, y contando además con el sensacional doblaje al castellano que caracteriza a la gran mayoría de los juegos editados por la propia Sony.
Una vez más, sólo podemos decir que esta prueba nos ha dejado con muchas ganas de seguir luchando, muriendo y resucitando en Bloodborne, reafirmando la sensación de que nos encontramos indiscutiblemente ante uno de esos juegos exclusivos de Playstation 4 que serán envidiados durante mucho tiempo por la competencia.