El desaparecido Tom Clancy (Annapolis, 12 de abril de 1947 – Baltimore 1 de octubre de 2013) se la apañó siempre para traernos enormes mundos con no menos gigantescas historias, llevando al límite lo que siempre hemos dado por bueno y posible.
¿Un ataque nuclear en un estadio? Hecho. ¿Una organización secreta con solitarios y sigilosos agentes? Hecho. ¿Una guerra mundial entre los EE.UU., la Confederación Europea y la Federación Rusa? Hecho. ¿Os imagináis lo que pasaría si un patógeno creado por el hombre escapase de los laboratorios a la calle? ¿Cuánto tiempo pasaría hasta que se colapsasen los hospitales? ¿Cuánto durarían los suministros detenida la maquinaria del comercio mundial? ¿Cuánto duraría la Ley y el orden cuando la comida y el compañerismo comenzasen a escasear? ¿Qué pasaría si el Gobierno hubiese creado una unidad autosuficiente con el único propósito de mantener la calma de producirse una catástrofe de este tipo? Pues esa es la premisa de The Division.
En el juego nos encarnaremos en la piel de un miembro de esta unidad, y nuestra tarea principal será la de restaurar el orden. Sin embargo no somos un splinter cell y no formamos parte de un equipo de fantasmas, que tienen, como ya sabemos, una ingente cantidad y capacidad de apoyo. Estamos solos. Nuestro papel es insignificante, pero la contribución que podamos hacer es vital. Habrá que vivir de lo que nos dé la tierra pues, aunque en un principio se nos proporcionen algunos suministros, lo que vendrá después hará que tengamos que buscar continuamente provisiones si queremos sobrevivir y restaurar el orden en un mundo asolado por la enfermedad y el crimen.
Con ese fin podremos hacer uso de algunas habilidades a las que tenemos acceso. Algunas de las que hemos visto en los diferentes vídeos mostrados hasta la fecha son un pulso óptico que nos permite ver a través de las paredes, torretas automáticas, minas de proximidad, un dispositivo de distracción, un sistema de control de multitudes, adrenalina o un reparador de salud para el equipo. En total habrá más de 20 habilidades sin limitación de acceso más allá de un tiempo de reutilización, de las cuales 2 estará a tiro de un botón.
El modo de juego será el de un shooter en tercera persona estándar con algún elemento tomado de los RPGs como los indicadores numéricos de daño, barras de salud sobre las cabezas de los enemigos y aliados y puntos de habilidad que se usarán para aprender las que se encuentren bloqueadas. Parece que el menú de juego será de los que se superponen a la acción, por lo que no se romperá la inmersión en el mismo. De hecho, en el último gameplay pudimos observar una escena que comienza en una estación de metro abandonada, donde el protagonista accede a un plano generado sobre el terreno. Algunas de las muchas características que acompañaran a The Division serán la de búsqueda de materiales para crear objetos o la investigación. Dentro del inmenso mapa habrá muchas cosas que ver, explorar o hacer, como eventos o misiones de grupo, o áreas que habrá que asegurar una y otra vez de los ataques enemigos.
De forma parecida a lo que pasaba en los S.T.A.L.K.E.R., aunque por motivos diferentes (en éstos por la radiación y en The Division por la contaminación por virus), un medidor nos avisará de que pasamos por zonas que están infectadas, lo que sugiere que habrá lugares a los que no tendremos acceso si no llevamos algún tipo de atuendo y máscara. En otro orden de elementos nos encontraremos con información que se desplegará ante nuestros ojos en tres dimensiones gracias a algún tipo de dispositivo electrónico que incluye nuestro equipo, y que nos hace ver lo acontecido en el pasado, así como en Batman: Arkham Origins, donde podíamos reconstruir los crímenes, pero de forma aparentemente automática.
EL juego se desarrolla con el Snowdrop Engine, que comenzó a desarrollar Massive hace 5 años en exclusiva para PC, pero que dadas las características de la actual generación de consolas se ha modificado para que puedan usarlo. Gracias a él hemos podido ver un gran espectáculo en la presentación en el E3, aunque nos tememos que, como es costumbre, la calidad final de las gráficas cuando acabe llegando The Division a nuestras manos habrá descendido bastante. De todos modos habrá que quedarse con lo visto, desérticas calles pero con un grado de detalle pocas veces igualado, efectos de luces dinámicas que cortaban la respiración y sombras que dan hasta miedo de lo buenas que son, se entiende. Pero, sobre todo, lo mejor es la recreación de una ciudad por la que da la sensación de que se podría pasear sin que resultase demasiado “digital”.
La mala noticia es la de su retraso, algo a lo que nos hemos acostumbrado ya con otras dos docenas de casos parecidos. Su aparición estaba prevista para finales de este año pero, según cuenta una voz anónima, se desplazará hasta el año que viene porque “no quieren cometer el mismo error que los de Battlefield 4 y lanzar un juego sin terminar.” Aunque tanto el juego como sus posteriores DLCs llegarán antes a Xbox One, también lo harán a PS4 y PC. Incluso podría ser que los usuarios de PS3 y Xbox 360 tuviesen la suerte de poder jugarlo, aunque todavía no existe confirmación al respecto.