Todos los aficionados a los videojuegos saben que han evolucionado desmesuradamente desde sus inicios. Esos píxeles en movimiento han pasado de ser meras formas de entretenimiento puntual a transmitir y significar mucho más. Cuentan historias, emocionan, algunos incluso son terapéuticos, y aún así, siguen siendo brutalmente desvalorados por todos aquellos que no los entienden o no les han dado una oportunidad.
Uno de los últimos ejemplos es el documental “Videojocs, la seducció imparable”, que este fin de semana emitió TV3 a través del programa 30 Minuts. Un documental de calidad, que pretendía mostrar la realidad detrás de los videojuegos, qué son, qué significan. Un gran propósito que acabó quedándose en nada, pues no hizo más que recalcar los estereotipos negativos que todos hemos oído alguna vez.
Por ejemplo, el documental, que podéis ver aquí, nos contó la historia de un adolescente aficionado al videojuego League of Legends. Cuando le preguntan, el chico responde que debería estudiar más, hacer los deberes y dedicar menos tiempo al juego, momento en que el documental aprovecha para recriminar a aquel título que distraiga al chico de sus tareas.
Por supuesto, la violencia y los videojuegos también cuenta con un alto grado de protagonismo. Un jugador enseña algunas escenas bélicas o violentas, como el asalto terrorista en Modern Warfare 2 o momentos de Assassin's Creed, y “expertos” de la materia comienzan a repetir la cantinela de que esas escenas afectan gravemente al desarrollo de los jóvenes, volviéndolos más violentos e irritables. Una teoría que se ha demostrado falsa en multitud de ocasiones, o al menos no generalizada, como la presentan. Un individuo debe tener predisposiciones violentas para que un contenido de entretenimiento como un juego, una película o una serie le empuje a realizar actos deleznables. Lo peor es que acusan sólo a los videojuegos de generar esa conducta violenta, sin compararlo con otros productos culturales como los mencionados anteriormente.
Otro de los tópicos hace referencia al tipo de individuos que juegan videojuegos. El documental los trata como un producto consumido casi exclusivamente por adolescentes, cuando en realidad la mayoría de los jugadores son adultos y se aproximan más a los 30 años que a los 15.
Todas estas afirmaciones generaron malestar entre los espectadores, que no tardaron en publicar sus quejas a través de redes sociales como Twitter. Todas ellas se encuentran etiquetadas bajo el hasthag #VideojocsTV3. A continuación podemos leer algunos ejemplos.
Además, todas estas quejas no se limitaron a usuarios anónimos. Por ejemplo, el crítico catalán de series de televisión Toni de la Torre, también criticó el documental por su sensacionalismo y falta de veracidad.
“El videojuego ya se ha consolidado como una forma artística y un producto cultural. Basta de tópicos y retratos distorsionados” dice en su tweet.
Siempre es lo mismo, y parece que por mucho que se trabaje en mejorar la imagen del videojuego, siempre habrá quienes los vean como un producto de segunda, adictivo, sin base cultural, que provoca violencia y distrae de las cosas realmente importantes.
Desde Juegoreviews ya hemos analizado las críticas que se hacen contra los videojuegos, desmintiendo varios de los rumores infundados que se lanzan contra ellos, que podéis ver en nuestra sección de Reportajes: Videojuegos y adicción, el regreso de la alarma social de moda, La ideología que se esconde tras los videojuegos bélicos, Los males de los videojuegos, la leyenda urbana.