La popular franquicia de Bioware promete dar la campanada con su nueva entrega, y no sólo por la espectacularidad gráfica, su profundidad como RPG táctico o su enorme abanico de posibilidades durante el combate. Quizás uno de sus principales atractivos sea que el argumento Dragon Age: Inquisition está siendo cuidado con mimo y esmero para dotar a cada protagonista de una personalidad única.
Quizás el mejor ejemplo sea Dorian, un mago gay que no esconde su homosexualidad a pesar del profundo rechazo que despierta su condición en la nación de la que procede, un lugar donde las relaciones con personas del mismo sexo son motivo de vergüenza e imperfección.
Aunque esta delicada situación le convierte en un marginado, Dorian no da por perdida su lucha y a pesar de que desaprueba la mentalidad y las prácticas de su tierra, luchará por devolver la grandeza que tuvo en el pasado, lo que en última instancia le llevará a unirse a la Inquisición junto con el resto de protagonistas.
Según David Gaider, guionista y escritor del juego “crear a Dorian ha sido una experiencia muy personal para mí, y a pesar de saber que será un personaje controvertido que provocará polémica en determinados círculos, creo que acabará encantando a los fans del juego por su riqueza argumental y por un trasfondo de lo más interesante”. En anteriores ocasiones la saga Dragon Age ha presentado personajes con tendencias bisexuales, pero según afirma Gaider “Dorian es el primer personaje plenamente gay, es el primero en la serie al que sólo interesan las relaciones con personas de su mismo sexo”