‘Los videojuegos son cosas de chicos’. Es cierto que esta afirmación, tan errónea como tantas otras, cada vez suena menos tanto dentro como fuera de la industria del videojuego gracias a que hay más mujeres que invierten su tiempo libre cazando dragones en Dragon Age: Inquisition, a robando bancos en GTA V o a combatiendo la invasión alienígena en XCOM 2. De hecho en algunos países la relación entre jugadores y jugadoras es del 50%, aunque dicho porcentaje aún está lejos de verse reflejado dentro de la propia industria.
Así lo señala Michael Gallagher, presidente de la Entertainment Software Association de los Estados Unidos, quien en el marco del DICE Summit ha afirmado lo siguiente:
“Estoy muy animado por el crecimiento y la trayectoria positiva de la industria en cuanto a diversidad. Si te fijas en lo referente a nuestra industria tenemos un 22% de los puestos ocupados por mujeres. En otras partes del sector tecnológico este dato es muy inferior. Ahora bien, este dato no es suficientemente bueno, y sabemos que no lo es”un 22% de los puestos ocupados por mujeres.
Gallagher se muestra optimista respecto al futuro inmediato de la industria debido a que en los 180 centros de estudio en los que hoy por hoy se imparten grados relacionados con videojuegos el 31% de los estudiantes inscritos son mujeres, por lo que “tenemos un 31% más que están por venir, y eso es útil, veo el final del camino más cerca cuando se trata de los problemas de diversidad actuales”.
El directivo trata de explicar este relativamente rápido crecimiento del número mujeres señalando que “los videojuegos son un medio cultural; los elementos de entretenimiento y cultura nos empujan en esa dirección más rápido que en otras ramas del sector tecnológico debido a la energía creativa que compartimos”.
Como muestra de que cada vez más mujeres se animan a estudiar un grado de videojuegos destacan las estadísticas de la USC de California, con un equilibrio del 50% entre hombres y mujeres en el curso que ha comenzado este año.