Ya hemos hablado mucho del tema, pero quizás a más de uno le siga pillando de nuevas. Xbox One, la consola de nueva generación de Microsoft, nació con un apéndice en teoría inextirpable: Kinect, la nueva versión del sensor por movimiento de los de Redmond que supuestamente nos permitiría disfrutar de los videojuegos de una forma nunca vista hasta ahora, siendo además capaz de revolucionar la forma con la que interactuamos con nuestra consola a la hora de reproducir y gestionar todo tipo de contenido multimedia mediante el uso de gestos y comandos de voz.
Debido a esta unión, Xbox One salió a la venta costando 100 euros más que Playstation 4, consola de la competencia que por este y algún que otro motivo extra le ha acabado sacando una notable ventaja en ventas a nivel global. Para colmo cuantos más meses pasaban más evidente era el hecho de que Kinect no es tan fundamental y necesario como nos hicieron creer, por lo que desde Microsoft decidieron eliminar del pack el sensor por movimiento lanzando a la venta su consola de forma independiente.
Desde entonces el futuro de este periférico ha sido puesto más que en entre dicho al contarse con los dedos de una mano los videojuegos que lo aprovechan, aunque desde Microsoft siguen defendiendo su gran valor de cara a desarrollar nuevas aplicaciones, por lo que tal y como hicieron en los tiempos de Xbox 360 han lanzado una nueva versión para PC orientada en gran medida a los desarrolladores al cambio de 199 euros, mientras que la versión original de Xbox One ya está a la venta en EE.UU. por 149 euros y se espera que pronto llegue a Europa. ¿Pero qué ocurre? Pues que por motivos que desconocemos, pese a que Xbox One es básicamente un PC, ambos versiones son incompatibles.
Es decir, no puedes conectar el Kinect de Xbox One en PC o viceversa, por lo que si quieres conversar por Skype en Xbox One y a la vez desarrollar aplicaciones para Windows tienes que comparte las dos versiones de un mismo aparato, algo que, cuanto menos, suena un tanto abusivo.
Quizás sea por ello que desde Microsoft han tenido el gesto de sacar a la venta un adaptador por 50 euros que permite conectar el Kinect de One en PC con Windows 8, 8.1 y tabletas. Quizás no sea la solución más justa, pero viendo cómo funcionan las cosas en este mundillo, menos da una piedra.